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“Desconfío de ellos”: documental de la UCR explora las claves del abstencionismo creciente en Costa Rica

Producción de Centro de Investigación Observatorio del Desarrollo (CIOdD) se aproxima a factores múltiples y hondos del fenómeno que llegó en febrero a la mayor cifra en la era constitucional, más como un síntoma que como un problema en sí mismo. Presidenta del TSE anuncia prontos proyectos de ley para reformar reglas de partidos y su financiamiento.

Creciente, multifactorial y misterioso. Revelador de las desigualdades. Profundo, preocupante en lo nacional e invisibilizado en lo municipal. Y sobre todo protagónico.

Los adjetivos abundan en la exploración académica sobre el abstencionismo, ese que llegó a máximos en la Costa Rica de la actual era constitucional en las recientes elecciones de febrero, con 42,4% del padrón nacional.

El acercamiento lo hicieron investigadores del Centro de Investigación Observatorio del Desarrollo (CIOdD) de la Universidad de Costa Rica (UCR) en un documental titulado “La fuerza del abstencionismo”, presentado este jueves y comentado por académicos y por la presidenta del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), Eugenia Zamora.

Con entrevistas a votantes, pero sobre todo a personas abstencionistas de los cantones periféricos Talamanca, La Cruz y Golfito, así como investigadores y especialistas, los autores del documental mostraron las aproximaciones al fenómeno del abstencionismo, con el respaldo de la Fundación Konrad Adenauer.

“Nos unimos para tratar de escudriñar las causas estructurales y coyunturales que han incidido en convertir quizás al abstencionismo uno de los principales protagonistas”, dijo en la presentación Sergio Araya, politólogo representante de la fundación.

Se refiere al fenómeno empezó a manifestarse en 1998 con un salto fuerte en la abstención desde un promedio de 20% y que se ha ido acelerando a lo largo del siglo XXI, hasta alcanzar en en las últimas dos décadas un promedio de 34,3%, reseñó el investigador Agustín Gómez

El punto máximo en las últimas siete décadas fue en febrero pasado, en la primera ronda electoral de los comicios últimos, que derivaron en Rodrigo Chaves como “el presidente electo como menor respaldo ciudadano en la historia del país”, dice la producción audiovisual.

De lejos

“Desconfío de ellos”, decía Lidia Lasso, una habitante de Cahuita de Talamanca, en Limón, en referencia a los políticos como agentes de los partidos y de las acciones de los gobiernos, cuyas disfunciones explican en parte el distanciamiento paulatino de los ciudadanos, de acuerdo con los investigadores.

“Hay un alejamiento cada vez mayor de la ciudadanía con la política”, señala desde lo general Ronald Alfaro, investigador del Centro de Investigación y Estudios Políticos de la UCR. Añade que “hay una fractura entre el centro del país y las periferias, aunque no es reciente”, lo que obliga a los partidos políticos  a reconectarse con la ciudadanía con acciones múltiples, entre ellas el impulso de nuevos liderazgos.

“Se ve consistentemente que el siglo 21 no ha sido el más feliz para el fortalecimiento de los partidos”, agregó Alfaro, mientras Mariela Castro, del Instituto de Formación y Estudios en Democracia (IFED, adscrito al TSE) apuntó a la necesidad de normalizar las conversaciones sobre asuntos públicos y política en espacios como los hogares o los centros educativos, como una manera de preparar el terreno social en el que se forman y conviven los partidos políticos.

Luego viene también la responsabilidad de los partidos y las reglas que los rigen para que sean más espacios de participación, construcción de pensamiento y debate, y no solo la carrocería que lleva a ocupar cargos públicos en la carrera electoral.

En esa dirección apuntó la magistrada Zamora, quien anunció en meses próximos el TSE presentará a la Asamblea Legislativa reformas legales que modificarían el marco de los partidos políticos y de su financiamiento en las campañas, considerando que en Costa Rica tienen el monopolio de la participación electoral.

Zamora, sin embargo, llamó la atención sobre el abstencionismo aún mayor en los comicios municipales, al punto de que en 2020 fue del 75% del total del padrón nacional. Es decir, solo votó uno de cada cuatro electores inscritos. 

La magistrada también cuestionó los programas de educación cívica en los colegios, que apuestan por aprendizaje memorístico y no promueve la participación ciudadana desde la edad crítica de la adolescencia. Entre las tareas pendientes está profundizar el fenómeno del abstencionismo en la población joven, aún más distante de los partidos políticos y de las identidades que han marcado al país en el siglo XX.

Carlos Murillo, director del CIOdD, advirtió que el abstencionismo está ligado con el momento de crisis de la democracia en el contexto internacional, que a su vez pasa con el descontento sobre los resultados de la política y, por tanto, de los partidos políticos. Y subrayó que la decisión de una persona de no votar es también la expresión de un mensaje ciudadano, aunque las posibilidades son variadas por los distintos factores que inciden en esa decisión.

Mientras tanto, el politólogo y experto en comunicación política Gustavo Araya recordó que el voto es solo el resultado de todo un proceso de relación del individuo con el Estado y de la construcción de la ciudadanía, lo cual obliga a actuar de manera profunda y no solo para elevar el dato de la participación.

Como ventaja, agregó que Costa Rica tiene robustez institucional para sostener la democracia que sin duda atraviesa momentos de crisis como modelo político, tal como han advertido investigaciones del CIEP-UCE con el programa Estado de la Nación.

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