País Estudio de Cepal presenta perspectivas económicas para 2018

Déficit fiscal de Costa Rica destaca por encima de países de la región

El Salvador, Panamá y Honduras reflejaron menor déficit, mientras que otras naciones tuvieron valores negativos.

De acuerdo con un estudio sobre la evolución económica en 2017 y las perspectivas para el 2018 de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Costa Rica se ha convertido en uno de los países de la región de Centroamérica y República Dominicana (CARD) con los mayores índices de déficit fiscal.

En promedio, el déficit fiscal del gobierno central en los países de CARD alcanzó un 2,5% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2017, levemente inferior al 2,6% observado en 2016, pero, cuando se desgranan las cifras por país, Costa Rica sobresale por sus indicadores negativos.

Las cifras son explicadas por la falta de acuerdos en el país para la aprobación de una reforma fiscal, lo que se ha traducido en un incremento significativo del déficit en los años recientes, asociado con un mayor pago de intereses y el crecimiento de los gastos corrientes.

El informe rescata los esfuerzos que se realizan desde el gobierno anterior para avanzar en materia fiscal, con la aprobación de proyectos de caja única, pensiones e impuestos a personas jurídicas, así como el intento del actual gobierno por aprobar una iniciativa para solventar el problema.

De acuerdo con Ramón Padilla, jefe de la Unidad de Desarrollo Económico de la Sede Subregional de la Cepal en México, las diferencias son considerables entre los países de la región CARD, pues El Salvador, Panamá y Honduras presentaron una reducción del déficit fiscal del gobierno en el año 2017 y los restantes países tuvieron un deterioro.

“El año pasado, Costa Rica registró un déficit de 6,2% y para este año se espera un 6,8% o 7% del PIB, debido a que no se han aprobado las principales reformas en materia de ingresos y gastos. Si no se establecen cambios en lo que queda del año, los niveles seguirán mostrándose muy altos y, aunque hay consciencia por parte del Gobierno, el tema es preocupante”, indicó Padilla.

Según el experto, entre más se come la deuda del presupuesto del Gobierno, menores recursos habrá para invertir en educación, salud, seguridad, ciencia y tecnología, y se limita la capacidad del Gobierno de ejecutar dinero en proyectos sociales, por lo que es un tema que requiere una solución lo antes posible.

En contraste, El Salvador presentó una reducción del déficit fiscal, en un esfuerzo por contener el crecimiento del gasto público ante la situación de impago en la que se encontraba al no cumplir los compromisos de la deuda de Certificados de Inversión Provisional, relacionada con el pago de pensiones. A pesar de que el gasto se mantuvo igual que en 2016, se dio una fuerte reducción de la inversión brutal, cercana al -13,9%, lo cual compensó el gasto.

En Guatemala se dio una política fiscal levemente expansiva, con una reducción del superávit primario y con acciones centradas en incrementar la recaudación tributaria y mejorar la transparencia de las finanzas públicas.

Honduras, por su parte, ha logrado disminuciones graduales del déficit fiscal, pasando del 4,3% en 2014 al 2,7% en 2017, en gran medida porque redujo su déficit primario del 0,3% en 2016 al 0,2% del PIB el año anterior.

Nicaragua presentó una invariabilidad del déficit fiscal en 2017, lo que reflejó el heterogéneo balance de resultados de las empresas públicas y un avance en la dinámica de recaudación y controles del gasto, pero con el conflicto que se vive en la nación centroamericana se prevé un incremento para este año.

Mientras tanto, Panamá presenta el menor déficit fiscal, producto de un incremento en los ingresos no tributarios relacionados con el aporte del Canal de Panamá y una estabilidad de la recaudación. Igualmente, República Dominicana tiene un programa de consolidación fiscal que dio un ajuste fiscal y una reducción del gasto público.

Urge solución de largo plazo

Padilla recordó que la situación fiscal de Costa Rica ya lleva años y se requiere una reforma que brinde soluciones de largo plazo, la cual apunte a reducir al menos un 3,5% del déficit sobre el PIB, porque un proyecto que logre algo menor requerirá de una solución de mayor profundidad al poco tiempo.

Sin embargo, según expertos locales, los recursos que se obtendrían con el actual proyecto de reforma fiscal serán insuficientes, considerando que la proyección de deuda del Estado para el 2019 con reforma fiscal sería del 59,6% y sin reforma del 60,6%.

“Hay que tener cuidado en el diseño del Impuesto al Valor Agregado (IVA), porque en muchos países de Latinoamérica el problema ha estado en el establecimiento de demasiadas exenciones, que dificultan el control y abren la puerta para la evasión y elusión fiscal”, argumentó el representante de Cepal.

Según argumentó Padilla, lo que permite un IVA, cuando es universal, es cerrar círculos porque cualquier persona que no pague se identifica fácilmente, pero el establecimiento de muchas exenciones reduce la fiscalización; por ello, debe cuidarse este elemento a la hora de aprobar una reforma.

Perspectivas económicas de la región

El estudio, además del tema fiscal, analizó las cifras y proyecciones de cuatro indicadores más para la región de Centroamérica y República Dominicana: crecimiento económico, sector externo, empleo e inflación.

Sobre el crecimiento económico, señaló Padilla, el promedio de la región estaría cercano al 4%, la misma tasa que se dio en el año 2017; pero, cuando se analizan los países de forma independiente, hay variaciones importantes.

El más representativo es el caso de Nicaragua, donde, debido a la crisis política y social que enfrenta desde hace meses, se espera una fuerte desaceleración y un 0,5% de crecimiento para este 2018, un dato revelador si se toma en cuenta que había tenido un desempeño sólido en los años recientes, pues en 2016 fue de 4,7% y en 2017 de 4,9%.

Costa Rica tuvo en los años anteriores un crecimiento del 4,2% y del 3,2%, y la proyección de Cepal para este 2018 es cercana al 3,3%.

Sin embargo, en términos promediales, para la región se valora que hay una buena demanda interna del consumo y una inversión extranjera directa que permite la dinamización de las economías, relacionada con una expansión de la economía estadounidense, principal socio de los países CARD.

“Dos índices que se muestran positivos para la región son la inflación y la cuenta corriente (sector externo). La inflación el año pasado se situó en el 3,6% y para este año se espera un 3,5%, que son cifras moderadas para el contexto latinoamericano, gracias a que los países han tenido una política monetaria prudente y se ubican en sus metas”, detalló el jefe de la Unidad de Desarrollo Económico de la Sede Subregional de la Cepal en México.

Gracias a estas políticas monetarias prudentes, un buen manejo de las reservas y un tipo de cambio bastante estable, el índice de inflación ha estado bajo control, lo que significa que las personas pueden comprar bienes duraderos como autos, casas y electrodomésticos a tasas de interés bajas.

El segundo punto positivo tiene que ver con cuenta corriente, que, por tercer año consecutivo, ha presentado reducciones. Lo anterior indica que las economías se encuentran sanas y con capacidad de hacerse de bienes importados, sin que se generen desequilibrios para los países, lo cual se compensa con las remesas familiares y la llegada de inversión extranjera directa (IED).

Por último, el estudio señala que en el índice de desempleo se observa una reducción, pues, en promedio, la región pasó de 6,5% en 2016 a un 5,6% en 2017, lo cual es positivo para los mercados formales. No obstante, Padilla alertó que hay una fuerte presión en la informalidad, que se ha convertido en una válvula de escape para solventar lo que sucede en los países.



 

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