País

COVID-19 y otros gastos se trajeron abajo los recursos del Fondo Nacional de Emergencias

A pesar de grandes aportes, mayormente de instituciones públicas, los recursos para atender todas las emergencias del país disminuyeron un 31,7% entre enero de 2020 y noviembre de 2021, y continúan en caída paulatina en 2022 a pesar de aportes extraordinarios para costear vacunas.

Entre febrero del 2020 y junio del 2022 los recursos del Fondo Nacional de Emergencias presentaron una tendencia decreciente, desde que llegó al país la pandemia por COVID-19.

Así, entre enero de 2020 y noviembre de 2021 y a pesar de jugosos aportes de instituciones públicas, los fondos se redujeron en un 31,7% y continúan con su disminución paulatina en 2022. Incluso, en noviembre del 2021 se realizó un aporte significativo para la adquisición de vacunas contra Covid-19, pero a partir de ese fecha continúa la tendencia y se han gastado cerca de ¢50.000 millones.

Así lo revela un informe de la Contraloría General de la República que monitorea la evolución del FNE durante el período mencionado.

Según concluye el documento, desde que inició la pandemia se han realizado aportes extraordinarios en varios momentos, pero la emisión de recursos ha sido tal que cada vez hay menos dinero disponible para atender las emergencias, que parecen agravarse cada año.

Es necesario recordar que el fondo mencionado inancia la actividad ordinaria de la Comisión Nacional de Emergencias, en lo que respecta a la prevención y mitigación de riesgos, así como la actividad extraordinaria de la comisión, es decir: la atención de emergencias declaradas y no declaradas, producto de fenómeno de origen natural, tecnológico o provocado por el ser humano, según la ley.

Según el documento de la entidad contralora, los gastos acumulados para atender la emergencia por COVID-19 han sido la principal erogación del FNE, represetando un 69% de los gastos a junio de 2022 y a ellos se han sumado los gastos realizados para atender otras emergencias como impactos de eventos climáticos.

Además de que los recursos en términos generales, han disminuido, el estudio detalla que los recursos con algún grado de compromiso se han imcrementado, por lo que hay aun menos dinero disponible en caso de eventualidades.

Así, es necesario entender que el FNE se compone de recursos libres aún no asignados a emergencias, recursos disponibles de emergencias vigentes y recursos con algún grado de compromiso, que en promedio representan un 61,06% del total de recursos. Pero este año, los fondos que tienen algún grado de compromiso han aumentado, debido según la CGR, a reasignaciones que ha realizado la CNE de los saldos disponibles de emergencias vigentes, por lo que el margen de reasignación se ha reducido cada vez más, lo que podría dificultar la atención de emergencias futuras si no hay aportes.

El informe también detalla que en el período estudiado el FNE se nutrió principalmente de aportes extraordinarios que realizaron instituciones públicas (80,3%) y en segundo lugar de superávits de instituciones públicas con un 11,4% y los intereses por títulos valores (6,3%, mientras que la suma de aportes de instituciones internacionales, donaciones privadas y otros ingresos no alcanzan el 3%.

Finalmente, la Contraloría concluyó que los ingresos que recibe el FNE son irregulares a lo largo del tiempo, pues las transferencias deinstituciones, Gobierno Central, donaciones y otros aportes gobiernos no tienen estacionalidad definida ni montos constantes, lo que representa un riesgo a su financiamiento.

Por eso, la CGR había notificado en 2020 (mediante informe DFOE-AE-IF-00011-2020) la necesidad de contar con un modelo de proyección financiera. En el más reciente documento, detallan que la CNE en colaboración con el Banco Mundial se encuentra desarrollando un análisis financiero dinámico del Fondo para atender esta situación.

 

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