El proceso electoral que desembocará en los comicios nacionales de febrero del 2022 comenzará en dos semanas con la misma carencia de elecciones anteriores en relación con lo que se suele llamar “campaña sucia” entre candidatos o partidos políticos y con la mayor relevancia que tiene la libertad de expresión.
Así lo subraya el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) en la resolución con la cual rechazó reclamos del Partido Liberación Nacional (PLN) y del Gobierno por el uso ajeno de la imagen de su candidato presidencial, José María Figueres, y del presidente Carlos Alvarado, respectivamente.
La resolución del 14 de setiembre dejó sin efectos la queja del PLN y del ministro de Comunicación, Agustín Castro, quienes pidieron intervenir ante las vallas colocadas por el Partido Progreso Social Democràtico (PSD) con el cual se postula para la Presidencia el exministro de Hacienda Rodrigo Chaves.
Esa agrupación instaló vallas en carreteras utilizando los colores de la bandera del PLN con una imagen de Figueres de espaldas, así como la bandera del Partido Acción Ciudadana (PAC) con el dorso del presidente Alvarado, lo cual no contradice ninguna regla actual, segùn el criterio de las cinco personas magistradas del TSE.
La resolución N.° 4599-E1-2021 indica que es legal utilizar la bandera de partidos ajenos para diferenciarse electoralmente, así como utilizar la figura de personas que ostentan cargos públicos o de interés público, como es el caso del mandatario y del candidato Figueres, además de que en esta ocasión no se señaló ningún perjuicio personal de ambas figuras.
“El control de la propaganda, en lo que a su contenido respecta, debe ser entendido –en democracia– como una facultad excepcionalísima de las autoridades públicas, ya que está de por medio el derecho de libertad de expresión y que, tratándose de nuestro país, no se cuenta con una regulación específica acerca de lo que se ha llegado a denominar ‘campaña sucia’”, dice la resolución.
La resolución cita un voto de la Sala Constitucional del 21 de marzo de 1997, que privilegia la libertad de expresión y reduce a mínimos la posibilidad de censura a la publicidad de los partidos políticos. “Si se admitiera la censura previa en materia de propaganda electoral se estaría, entre otras cosas, impidiendo y obstaculizando un requerimiento esencial del sistema democrático que aspira a un auténtico y libre ejercicio de los derechos de participación política”, habían dicho los magistrados constitucionalistas.
Con base en esos criterios, los magistrados del TSE llegaron a la siguiente conclusión: “en las vallas cuestionadas no hay ningún elemento que haga alusión a alguno de los citados contenidos vedados, ni tampoco se busca la descalificación del candidato del PLN por alguna condición o característica suya que lleve a la discriminación como podría serlo su sexo, su etnia, su orientación sexual, entre otros; en ese tanto, tampoco se acredita una afectación a la imagen del señor Figueres Olsen, máxime cuando, como toda persona que contiende por un puesto de elección popular, se ha convertido en una persona con notoriedad pública, condición que, según las reglas del Derecho común, atenúan las prohibiciones sobre el uso de su imagen sin autorización”.
Figueres aparecía como favorito en intención de voto en la encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la UCR realizada en la última semana de agosto, aunque con solo el 17% del apoyo de las personas decididas a votar, lo cual hace que su ventaja sea vulnerable no permita proyectar un fácil triunfo en primera vuelta, eventualmente.
Rodrigo Chaves, por su parte, es un candidato que logró alojarse en el PSD para lanzar su aspiración presidencial con el apoyo de un grupo que ya lo apoyaba en lo organizativo y lo financiero, lo que la de capacidad de hacer propaganda que no será susceptible de reembolso estatal, por estar fuera del período oficial de campaña. En la encuesta CIPE-UCR, sin embargo, Chaves recoge el respaldo de solo el 2% de quienes aseguran van a votar, un valor inferior al margen de error del estudio.
