Por solamente un voto y tras un cuestionable procedimiento -por parte del jefe de fracción socialcristiano y el presidente del congreso- el plenario legislativo aprobó la tarde de este martes 29 de agosto una moción que permite a los taxis portar publicidad, incluida la que use la imagen de las mujeres, sin restricción alguna.
El cambio se dio durante la discusiones de mociones de fondo del proyecto de ley “para la protección del taxista ante la actual crisis sanitaria, económica y social”, propuesto años atrás por el socialcristiano Erwen Masís.
Previamente el proyecto de ley autorizaba publicidad siempre y cuando no utilizara en una manera que afrenta la “moral” o vulnerabilizara a niños o mujeres con su imagen, pero el Partido Liberal Progresista introdujo una moción para cambiar el texto.
Eliécer Feinzaig dijo que la protección de las mujeres en el articulado respondía a una “moda progre” y a mojigaterías del pasado, y que no era necesaria pues las personas adultas son dueñas de sus decisiones y no había porqué incluirlo.
La moción fue aprobada, pero luego se aprobó una moción de revisión sobre esa votación. Sofía Guillen, que interpuso esa moción, dijo que celebraba uno de los cambios propuestos – que modificaba la palabra “moral” por “dignidad” pero dijo que era necesario mantener la protección de las mujeres pues no es de recibo la objetivización de sus cuerpos.
La moción de Guillén se aprobó y una vez cerradas las puertas e iniciada la votación, el presidente legislativo le dio la palabra al jefe de bancada socialcristiano, Alejandro Pacheco, quien pidió un receso, que se autorizó, por lo que se abrieron las puertas y se interrumpió el proceso de votación.
Al regresar del receso -y una vez que se incorporaron dos diputados que estaban puerta afuera, a saber: Fabricio Alvarado (PRN) y Carlos García (PUSC)- Guillén señaló al presidente legislativo el aparente vicio de procedimiento, pues se dio un receso ya iniciada la votación.
Arias dijo que no había tal vicio pues aún no había ingresado voto alguno y retomó el proceso, que se definió por una diferencia de un solo voto, favorable a la postura de Feinzaig con el apoyo de los sectores más conservadores de la Asamblea, incluyendo claro a Alvarado y a García.
