País

Era cierto: Figueres inscribe su tozuda precandidatura

El proyecto electoral que trabaja desde hace dos años quedó formalizado este miércoles con la ambición de retornar al poder en el 2018.

 

No es gratuito el lema “Vamos con todo” que escogió el expresidentes José María Figueres Olsen para la precampaña que empezó este miércoles al inscribirse como precandidato en el Partido Liberación Nacional (PLN).

“Vamos con todo” es, más que una propuesta de gobierno o una expresión retórica, una confesión de actitud y lo que quiere decir es también lo contrario: “vamos contra todo”.

Porque solo con el ímpetu conocido del precandidato liberacionista (ingeniero industrial de 62 años cumplidos en la pasada Navidad) se podría emprender un proyecto electoral reprobado en tantas encuestas y atiborrado de íconos de enojo en la transmisión que hicieron por Facebook del evento de esta noche en el Balcón Verde.

Figueres, que para un sector de la población es la cara más visible de la cuestionada política tradicional, formalizó esta noche un proceso que ha lleva casi dos años trabajando de manera incansable en los terrenos con una curiosa mezcla de paciencia, tozudez y fogosidad genética. Lo ha hecho consciente de que tiene en frente un enorme paredón de cuestionamientos y críticas, como lo aceptó en el anuncio en el cual contó que algunos llaman “hijodeputa” al hijo del caudillo.

Pero su cara es resistente y no se arruga. Nada iba a evitar que iniciando este 2017 inscribiera su proyecto de reelección. Por eso el “vamos con todo” (en mangas de camisa), un día después de que se formalizara su mayor rival para la elección del candidato (2 de abril), su ex jefe de campaña de 1994, Antonio Álvarez Desanti, pero esta vez de traje entero sobre los hombros de la corriente arista dentro del PLN.

Ya están las espadas arriba y los presupuestos afilados. También está inscrito el diputado Rolando González, que podría jugar un papel dentro de una contienda interna en la que se manejan mínimos de participación para poder ganar en primera vuelta. No son tiempos de votaciones multitudinarias dentro de un partido (ni siquiera el más voluminoso del país) y cada voto que caiga en otro saco puede resultar doloroso.

Figueres, que en argucias políticas no es un aprendiz, sabe bien que debe ir etapa por etapa. La primera de ellas es en abril con solo verdiblancos y por eso su mensaje de esta noche se centró en exaltaciones al PLN y al trabajo que desarrolló como presidente de la agrupación después de la aparatosa derrota liberacionista del 2014 con el candidato Johnny Araya. “Este partido volvió de las cenizas en 2016 y ganó 61 alcaldías”, recordó en referencia a las elecciones municipales.

Se atrevió incluso a una aseveración trascendental sin posibilidad de pruebas: “volvimos a ser un partido socialdemócrata”. Lo dice a tono con su deseo, o al menos su discurso, de orientar el partido más hacia la izquierda después de años de deriva neoliberal. Nadie sabe aún si incluye a su gobierno entre 1994 y 1998, pero será una de las cartas que juegue contra el contendiente Álvarez Desanti.

El diputado, que ayer anunció se separará del cargo de presidente de la Asamblea Legislativa hasta conocer el resultado de la convención, explotará como una fortaleza suya la honestidad y no será casual. Será una indirecta a los cuestionamientos por un supuesto soborno en el caso Alcatel, que desde 2004 pesa sobre el nombre de Figueres.

Pero ahí está el lema: “vamos con todo”. El plan es hacer ver como experiencia lo que otos llaman “cola que le majen” o como “visión de mundo” lo que los críticos se explicará como “huyó de Costa Rica”. Blande también algunas ideas “del siglo XXI” en sectores de energía y ambiente, o planteamientos que dejarán pensando a los tradicionales, como la posibilidad de poner al Seguro Social a vender servicios a extranjeros.

Tanto Desanti como Figueres tienen una puesta fuerte para abril, porque creen que quien gane la convención tendrá altas probabilidades de ganar la elección presidencial de febrero del 2018. Confían en el partido, en el liberacionista duro, en alguna encuesta, en la atomización de otras fuerzas políticas o en un repunte del “mejor viejo conocido” después del gobierno actual del Partido Acción Ciudadana (PAC).

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