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CEPAL: Trabajadores migrantes representan 12,4% del empleo costarricense

El trabajo doméstico remunerado es una de las áreas principales en las que se desempeñan las personas migrantes, con altos niveles de informalidad y concentrado en las mujeres.

El trabajo que realizan las personas migrantes a la economía costarricense ha venido en incremento, logrando un aporte del 9,27% (entre 2009 y 2019) al crecimiento económico del país y representando un 12,4% del empleo total, según reveló un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

El informe denominado “Contribuciones de la migración al desarrollo sostenible: estudios en países seleccionados” brindó evidencia cuantitativa y cualitativa sobre las contribuciones de las personas migrantes en múltiples ámbitos del desarrollo sostenible y arroja luces sobre las necesidades que existen de reconocer y aprovechar estos aportes de la migración.

De acuerdo con la CEPAL existe actualmente una enorme demanda de mano de obra en sectores como la agricultura, construcción, comercio, actividades inmobiliarias, servicios administrativos y trabajo doméstico remunerado.

“Nuestro objetivo es visibilizar las contribuciones de las personas migrantes en múltiples ámbitos del desarrollo sostenible. Es urgente promover una narrativa afirmativa de la migración, sin por ello desconocer las dificultades”, afirmó Simone Cecchini, Director del Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE) – División de Población de la CEPAL.

Entre los principales datos del estudio, destaca que el 58,7% de los ocupados migrantes están en empleo informal, cifra que aumenta en el trabajo doméstico remunerado, llegando a un 74% de informalidad, lo que constituye un enorme desafío para las políticas públicas del país.

Precisamente, el trabajo doméstico remunerado tiene un papel protagónico de las mujeres migrantes, quienes además de aportar con su trabajo y con la socialización de los hogares, permiten que las mujeres nativas puedan incorporarse al mundo laboral. Todos estos aportes tienen como contracara los desafíos del trabajo decente presentando esas elevadas tasas de informalidad.

El documento elaborado aborda las contribuciones de la migración al desarrollo sostenible en cuatro países: Chile, Costa Rica, México y Perú, naciones que se caracterizan por contextos históricos, sociales, políticos, culturales e institucionales específicos, y que comparten la trascendencia de los procesos migratorios para sus sociedades.

“En una época de muchas tensiones, identificar y dimensionar la contribución de las personas migrantes al desarrollo sostenible, considerando además el papel de primera línea que han jugado en la pandemia, es un asunto clave para cambiar las miradas, iluminar nuevas visiones y potenciar sus beneficios, además de servir como instrumento de defensa de los derechos humanos de las personas migrantes”, añadió Cecchini.

Por su parte, Allegra Baiocchi, coordinadora Residente de las Naciones Unidas en Costa Rica señaló que hoy más que nunca es necesario combatir el prejuicio, racismo y xenofobia, propiciando un nuevo relato sobre migración, con un enfoque más humano, centrado en las personas, fomentando una mirada intercultural y respetuosa de los derechos humanos.

“Esto será posible si generamos relatos basados en evidencia sobre la realidad migratoria que permee el discurso público y los medios de comunicación. Contribuyendo así a construir opiniones y argumentos sobre la migración que reflejen y visibilicen la importancia de la migración en el desarrollo sostenible actual y futuro de los países”, dijo Baiocchi.

 

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