A solo horas de colocarse la banda presidencial, Carlos Alvarado justificó la designación en su equipo de los exaspirantes presidenciales Rodolfo Piza y Juan Carlos Mendoza como ministros de la Presidencia y de Comunicación, ambos con posibles funciones de voceros de gobierno y con oficina en la Casa Presidencial, en Zapote.
El socialcristiano Piza como ministro de la Presidencia y el ex precandidato del PAC Mendoza como ministro de Comunicación comenzarán mañana martes sus funciones una vez quede juramentado Alvarado como presidente de la República.
Consultado el viernes pasado por la designación de su exrival Piza, más proclive a la economía de mercado y a valores religiosos, Alvarado aseguró que su estilo es apostar por “relaciones colaborativas” en función de determinados objetivos, “sin renunciar a los principios y sin permitir que imperen los antagonismos”.
“Por más que parezca una apuesta arriesgada, es lo que necesita al país”, dijo el nuevo mandatario, a tono con el discurso que maneja desde el 8 de marzo, cuando en plena campaña previa a la 2ª ronda firmó una alianza con Piza.
“Él me necesita a mí y yo lo necesito a él”, añadió Alvarado sobre una figura que tendrá funciones claves en el gobierno y que trae al nuevo gobierno a un equipo de profesionales afines, más dispuestos a enfrentar la crisis fiscal por la vía del gasto público.
Cerca del despacho de Piza estará el de una figura distinta. Se trata de Mendonza, que compitió en la precampaña de 2013 en el Partido Acción Ciudadana (PAC) contra Luis Guillermo Solís (presidente saliente) y Epsy Campbell (vicepresidenta electa y canciller designada).
Mendoza fue diputado y presidente de la Asamblea Legislativa en 2011-2012, en cuya gestión se opuso al pacto fiscal entre la entonces presidenta de la República, Laura Chinchilla, y el fundador del PAC, Ottón Solís, el cual derivó en un plan de reformas que fue vetado por la Sala Constitucional.
A Carlos Alvarado no le preocupa este antecedente: “ahora todos tenemos claro que el plan fiscal debe avanzar y los fistos actores deberán trabajar en esa línea”. De Mendoza rescata la experiencia política que ha acumulado como asesor legislativo, diputado, precandidato presidencial y embajador ante Naciones Unidas durante el gobierno 2014-2018.
“Tiene conocimientos en comunicación a nivel de maestría y un enfoque desde lo político, más allá de la prensa. Este un ejercicio central de la política, saber incidir y percibir la opinión pública. Muchas veces se hacen cosas bien no se hacen explícitas y nosotros creemos en una rendición de cuentas proactiva”, añadió.
Además de Mendoza y Piza, cerca del nuevo mandatario estará Ottón Solís como un asesor personal en materia económica y como su representante ante el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE). Esto agrega diversidad política en la Casa Presidencial o peligro de divergencias, como han señalado analistas.
Consultado sobre un tema que sintetiza posiciones ideológicas, el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, el mandatario dejó claro que ahora “es una realidad consolidada”, a pesar de la fuerte oposición que hicieron él mismo, Mendoza y Ottón Solís como uno de los líderes del “No”.
“Ahora a mi gobierno lo que le corresponde es sacar los mejores beneficios de ese acuerdo y otros siempre pensando en el bienestar de la mayor cantidad de personas” contestó en la entrevista por teléfono.
Consultada su opinión sobre la manera en que acaba el gobierno de Luis Guillermo Solís, Alvarado elige su estilo relativista. “El mejor momento no es ahora. Es bueno dar un momento de reposo para ver alcance. Tengo claro que se hicieron cosas positivas y hay muchas cosas pendientes”. Lo inminente: “corregir la situación fiscal, que no es atribuible al gobierno pero sí lo atravesó”. Lo que se debe corregir: “necesitamos ser más consistentes en mejoramiento del transporte y la movilidad”.
