País

Cancillería amonestó a embajador en Brasilia por no enviar informes

Embajador de Costa Rica, Jairo Valverde, incumplió debe de enviar reportes a San José, según oficio elaborado en el marco del “affair Brasil”

La embajada de Costa Rica en Brasilia ha incumplido de manera reiterada el deber de mandar informes a San José, según una nota de amonestación con fecha 13 de octubre que el canciller en funciones, Alejandro Solano, le envió al jefe de esa misión, Jairo Valverde.

Esta amonestación escrita, contenida en el oficio DM-549-16, llegó a manos de Valverde en momentos en que el país discutía  sobre el llamado “affair Brasil”.

El debate se extendió al carácter público o secreto de los informes políticos que esa legación diplomática habría emitido en relación a la situación del último año en ese país.

El caso se originó con la decisión del presidente Luis Guillermo Solís y del canciller Manuel González de realizar, el 20 de setiembre pasado, en Nueva York, una protesta contra el mandatario de Brasil, Michel Temer, por asuntos internos en su país. La delegación tica se retiró apenas se anunció el discurso del mandatario brasileño, en la jornada inaugural de la Asamblea General de Naciones Unidas.

“Con instrucciones del señor Ministro (Manuel González) le informo que la Dirección General del Servicio Exterior ha reportado un reiterado incumplimiento de su parte en relación con la entrega de informes de gestión y del Plan Prioritario Anual de Trabajo para el 2016. Dicha Dirección ha hecho referencia a que se le ha solicitado reiteradamente ponerse al día pero que usted no lo ha hecho”, escribió el vicecanciller Solano en el oficio DM-549-16.

Embajador de Costa Rica en Brasilia, Jairo Valverde.
Embajador de Costa Rica en Brasilia, Jairo Valverde.

Esta carta fue enviada dos días después de que se publicó en el diario oficial La Gaceta el decreto en el que Solís y González declararon secreto el contenido de 12 supuestos informes políticos, por considerar que su publicación afectaría la relación con Brasil.

Este tipo de reportes son distintos a los “informes de gestión” señalados en la nota de amonestación, pues estos se refieren a documentos obligatorios cada semestre, en los cuales se debe rendir cuentas del trabajo hecho en ese período.

La relación bilateral entre Costa Rica y Brasil se deterioró de por sí desde el momento en que el presidente Solís y el canciller González se levantaron del salón en la sesión inaugural de la Asamblea de Naciones Unidas, cuando fue anunciado el discurso de Michel Temer. Fue una medida de protesta por acciones de su gobierno posteriores a la salida de la antecesora Dilma Rousseff, según la explicación oficial.

Esa protesta coincidió con la de delegaciones de Cuba, Nicaragua, Ecuador, Bolivia y Venezuela, lo que molestó a diputados de oposición en Costa Rica y así se lo dijeron al canciller González en una interpelación legislativa el pasado 7 de octubre.

En esa interpelación el diputado Rolando González cuestionó la justificación de la protesta ante Temer y puso en duda la calidad de los informes que, se suponía, debía enviar el embajador Jairo Valverde a San José sobre los acontecimientos en Brasil y que debían servir como base para la decisión en Nueva York.

En ese momento empezó a cobrar notoriedad la figura del embajador Jairo Valverde, nombrado en comisión (sin ser diplomático de carrera) por el presidente Solís en enero del 2015.

Valverde, como todos los embajadores, debe ser calificado por su gestión y por su labor en el 2015 recibió una calificación de 10,8 puntos en una escala de 1 a 100 puntos.

“En este caso, los informes de gestión durante el 2015, no fueron tomados en cuenta dentro de la evaluación ya que no fueron recibidos en tiempo y forma”, se lee en una respuesta oficial dada por la Cancillería ante una consulta de UNIVERSIDAD.

No es posible hasta ahora saber cuántos reportes políticos debía enviar Valverde, pues hay referencia a siete que la Cancillería compartió con el diputado González y otros 12 que fueron declarados secretos (aunque la Sala Constitucional estudia un recurso de amparo para determinar si deben serlo o si es información de acceso público).

Este 21 de octubre también circuló en Cancillería el oficio interno DGP/Bilateral/ASL/4-2016, en el cual instruyen a todos los embajadores a enviar los informes políticos únicamente al canciller González, al vicecanciller Solano y al director de Política Exterior, Christian Guillermet.

Después del episodio en Nueva York, el embajador Valverde fue llamado al palacio Itamaraty, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil. Su titular, José Serra, ha restado importancia a la protesta tica, aunque su embajada en San José, aseguró que el acto sorprendió y desagradó a su Gobierno.

El “affair Brasil” se ha convertido para el Gobierno en un dolor de cabeza que ya cumple más de un mes en medio de críticas de opositores y hasta algunos sectores internos.

Hasta ahora no hay certeza sobre posibles consecuencias de parte de Brasil y de la tensión en la relación bilateral, como se supone era el objetivo, según el mensaje que había enviado exministro de Comunicación, Mauricio Herrera, a diputados oficialistas.

Al cierre de esta edición (martes) también está pendiente que los magistrados de la Sala IV declaren si Solís contradijo o no a la Constitución al declarar secretos los 12 reportes que, se supone, envió Valverde en los últimos meses.

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