La Junta Directiva del Banco Central de Costa Rica (BCCR) decidió en la noche de este miércoles no variar la tasa de política monetaria (TPM) por considerar que dejarla en 6,5% permite gestionar con “prudencia” el mercado de dinero y propiciar un ajuste adecuado de las tasas de interés ante el panorama de baja inflación, pero con posibilidad de que ésta aumente en el futuro cercano.
Con una inflación interanual medida a agosto en -3,3% (deflación), por debajo del promedio internacional, numerosos sectores esperaban una reducción de la TPM que funciona como referencia para los créditos que pagan personas y empresas o para las ganancias de ahorrantes. En marzo ese indicador estaba en 9% y se ha reducido progresivamente, pero a una velocidad que no satisface a los productores dinamizadores de la economía.
Sin embargo, el BCCR optó por la cautela para “dar el espacio requerido para que el proceso de reducción de la TPM, iniciado en marzo pasado, continúe su transmisión al resto de tasas de interés”, según el comunicado difundido por la entidad, que además considera que la inflación podría experimentar ajustes al alza en meses próximos por diversos motivos hasta 3%, dentro del rango meta.
Otro factor señalado por el BCCR es el tipo de cambio de semanas recientes, con el dólar más bajo, lo cual hace que los precios de productos importados no se eleven más para consumidores finales, una condición que favorece el consumo.
Además, los directivos del BCCR señalan que en el ámbito internacional persiste la influencia de políticas monetarias controladas ante las presiones inflacionarias, sobre todo con actores como Estados Unidos y la Unión Europea.
La entidad informó de que sus decisiones persiguen unos de los objetivos primordiales: mantener la estabilidad interna de la moneda nacional mediante una inflación baja y sobre todo estable. De esta manera, reiteró, se protege el poder adquisitivo de la población.
