El expresidente de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), Álvaro Ramos Chaves, acusó al gobierno de Rodrigo Chaves de carecer de una agenda de propuestas que atiendan los problemas serios de la institución, mientras eleva el volumen de denuncias sobre supuestos actos de corrupción que están aún en proceso de investigación interna y ni siquiera están denunciados en instancias penales.
Casi tres meses después de su destitución tras el conflicto con Chaves por el aumento salarial aplicado para los funcionarios de la CCSS, Ramos decidió romper su distancia con los medios de comunicación para dar su respuesta a las acusaciones judiciales que anunció el mandatario el miércoles pasado en su conferencia de prensa semanal.
Tras asegurar que se sintió utilizado por Chaves en el caso de Parque Viva con el conflicto con la empresa periodística Grupo Nación, Ramos se centra en la situación de la CCSS después de que fue despedido y sustituido por Marta Esquivel, nombre de confianza del mandatario y ejecutora de las líneas que él planteó desde semanas atrás contra la aplicación del aumento salarial que ahora está en firme.
Ese aumento salarial, después de arduas discusiones y frases fuertes de Chaves (“La Caja está quebrada”), fue el motivo dado por el mandatario para anunciar un procedimiento administrativo contra cinco de los nueve integrantes de la CCSS y un proceso penal contra ellos y contra Ramos, con el argumento de que hubo conflicto de interés al aprobar un alza que acabaría beneficiando a familiares funcionarios, además de otras acciones supuestamente antirreglamentarias.
Esto hace ahora a Ramos hablar, pues asegura haber dado el beneficio de la duda a su sustituta. “No entiendo como ante tantos problemas problemas (Esquivel) saca tiempo para cosas que no tienen ni pies ni cabeza”, dice Ramos antes de ir a lo que considera más importante: la falta de claridad sobre el propósito del Gobierno más allá de ganar de poder sobre la CCSS.
““Chaves no ha mostrado para qué quiere tanto poder en la CCSS. Lo que digo es que está promoviendo acciones antisistema fundadas en el discurso anticorrupción, queriendo hacer ver que la institucionalidad es corrupta. Está claro que se debe mejorar, pero con trabajo fino y diálogo, no con esta avanzada de poder por encima de las leyes”, dijo Ramos, en referencia al intento de inhabilitar de los directivos adversos.
El problema adicional, insistió, es que no ha demostrado para qué quiere el poder, en el sentido de una agenda con propuestas completas sobre las soluciones a los problemas de la CCSS.
“Yo tenía una agenda grande, técnica, casi tediosa, con cientos de puntos explicados, pero ahora no se sabe. Solo sabe que quieren más poder de una manera distinta a la que se establece en el marco legal, que que son los decretos”.
“No decreta para no asumir la responsabilidad, como sí lo hizo cuando era ministro y firmó a favor del aumento salarial, solo quiere mostrar autoridad para poner a otros y que sean los que asumen la responsabilidad legal”, señaló Ramos en entrevista este lunes.
“Igual con lo de las denuncias penales. No hace el trabajo de poner la denuncia por escrito, porque eso obliga a una responsabilidad, no, prefiere verbalizarlo y que sean los fiscales los que buscan algo presuntamente ocurrido. Por eso digo que solo ensucia el ambiente y proyecta autoridad”, añadió Ramos.
Y sigue con su lectura: “Prefiere hacer el show y transmitir imagen de hombre fuerte (…) Seguro que los fiscales tampoco estarán muy contentos de sentirse utilizados. Lo que hace el presidente es utilizar mecanismos originalmente legítimos de manera abusiva”.
Para Ramos, un indicador de la gravedad ha sido tal que despertó la molestia de todos los sectores a los que representan los directivos cuestionados, incluida la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones de la Empresa Privada (Uccaep), que corrió a afirmar que “El Poder Ejecutivo no puede pasar por encima de las funciones que la ley le ha otorgado”.
