La inflación es un factor que genera gran preocupación en los mercados laborales, pues los precios que comenzaron a incrementarse en el año 2021, en estos momentos tienen una gran presión alcista por los efectos de la guerra que inciden en la disponibilidad de los alimentos y la energía. Todo esto está afectando directamente los ingresos laborales reales en América Latina y el Caribe.
Esta es una de las conclusiones del más reciente informe Panorama Laboral de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el cual muestra una enorme pérdida de poder adquisitivo de los salarios medios y mínimos frente a la aceleración inflacionaria en los países del istmo.
“La pérdida de poder adquisitivo de los ingresos laborales es lo que da origen al llamado ´fenómeno del trabajador pobre´ que significa que las personas pueden vivir en situación de pobreza aun teniendo un empleo, incluso un empleo formal”, mencionó Roxana Maurizio, economista de la OIT para América Latina.
Claro que este fenómeno del trabajador pobre no es nuevo, pero los altos niveles de informalidad y el contexto de crisis global, marcada por la inflación llevaría a un significativo incremento.
A nivel mundial la inflación mundial para el 2020 alcanzó el 2,8% y en 2021 se incrementó al 6,4%, mientras que las economías desarrolladas pasaron de 0,5% a 5,3% en ese mismo período. La situación ha sido mucho más grave para las naciones emergentes que estaban en 4,5% y alcanzaron el año pasado el 7,3%.
En este contexto, durante la pandemia, los bancos centrales incrementaron gradualmente las tasas de interés para que las expectativas de inflación se mantengan estables y cercanas a sus metas, lo que contribuyó a una paulatina desaceleración del crecimiento en la mayor parte de las economías en la segunda parte de 2021.Adicionalmente el alza en las tasas de interés ha implicado aumentos en los servicios de la deuda acotando el especio fiscal.
Las economías de América Latina y el Caribe estuvieron sumamente marcadas por esta aceleración inflacionaria. Con escasas excepciones, las tasas de inflación se incrementaron significativamente en 2021 en los países, volviendo a poner en vigencia una problemática que por mucho tiempo había perdido relevancia en la discusión de las políticas macroeconómicas en la región.
Esta situación, plantea la OIT, obliga a los países a enfocarse en el fomento de creación de más puestos de trabajo formales, en coordinación con políticas activas de formación profesional y políticas sectores, fortalecer a las instituciones laborales, el salario mínimo y la negociación colectiva en un marco de diálogo social.
“En escenarios de crisis el diálogo social entre gobiernos, empleadores y trabajadores permite adoptar y aplicar con mayores posibilidades de éxito políticas que respondan a los desafíos de la economía real”, recordó Claudia Coenjaerts, Directora a.i. de OIT para América Latina y el Caribe.
