País

Alianza legislativa de derecha cuenta con 50 votos para reformar el Estado a su gusto

Está por ver si la simpatía ideológica que concretó una histórica elección de directorio se mantiene sólida para impulsar y aprobar proyectos que decidan el futuro de instituciones, entre otras cosas. 

La alianza de cinco partidos políticos para conformar un bloque de 50 votos en la elección del directorio legislativo, construida a partir de un vago acuerdo temático, evidencia una conjunción ideológica de derecha que bien puede legislar para transformar el país a su gusto, si se mantiene sólida.

En tiempo récord y con una votación inédita en la historia reciente, la unión de Liberación Nacional (PLN), la Unidad Social Cristiana (PUSC), el Partido Liberal Progresista (PLP) y el Partido Nueva República (PNR), a quienes se logró sumar el oficialista Partido Progreso Social Democrático (PPSD), logró diseñar a su gusto el directorio legislativo y darle la presidencia al liberacionista Rodrigo Arias.

La oficialista Pilar Cisneros, así como Kattia Rivera (PLN), Eliécer Feinzaig (PLP), Fabricio Alvarado (PNR) y Daniela Rojas (PUSC) aseguraron que el acuerdo se dio gracias a una agenda común. Jonathan Acuña (FA) cuestionó la solidez de la alianza. (Fotos: Fabián Hernández)

Significativamente, esa alianza excluyó a la única fuerza política de izquierda del parlamento, el Frente Amplio (FA).

El pacto significó que el PNR logró colocar en la vicepresidencia a la abogada Gloria Navas, quien al igual que Arias logró 50 votos. Los otros puestos del directorio se eligieron con apoyos similares, con no menos de 47 votos.

El acuerdo, que fue anunciado en la víspera de la votación, abarcó una agenda común constituida por la mera enunciación de temas de interés: ética y transparencia; costo de vida y de producción; reactivación económica, educación, “optimización” del Estado y fortalecimiento de la democracia.

Sin embargo, de más importancia y concreción fue el anuncio de la conformación de comisiones especiales dedicadas a educación, energía y reforma del Estado. Ello es notorio en un contexto en el que sectores empresariales hace tiempo claman por la apertura en el mercado eléctrico; mientras que los sectores conservadores y religiosos, ya desde la campaña electoral, intentaron negociar con el presidente electo Rodrigo Chaves que les permita echar mano del Ministerio de Educación Pública (MEP).

Además, el mismo Rodrigo Arias, desde hace años, se ha hecho megáfono del clamor de las élites empresariales por llevar a cabo reformas que “destraben” el Estado, (Ver nota aparte). Figuras de todos los partidos que concretaron el pacto han hablado de eliminar “duplicidades” en las instituciones públicas, incluso de fusionar algunas, sin ser específicas.

“Mayor capacidad de consensos”

En criterio de Jonathan Acuña, jefe de fracción del excluido FA, aún no se puede afirmar que la mencionada elección implique un proyecto político que lleve a cabo reformas a golpe de tambor, pues señaló que el acuerdo no tiene “contenido preciso” y, por ello, “existe la posibilidad de que dentro de las propias fracciones aún no tengan claridad sobre los elementos más concretos de ese acuerdo y, por tanto, no los pudieron poner en el papel”.

“Si se escuchan los discursos de los jefes y jefas de fracción, hay una tendencia a apuntar a que tienen coincidencias muy significativas, por tanto, nuestra tarea será ser muy contundentes en lo que tengamos distancias”, indicó Acuña.

Por su lado, la jefa de fracción del PLN, Kattia Rivera, subrayó la agenda común como punto de partida de la alianza conformada: “Lo importante para nosotros, cuando hicimos el anuncio, fue precisamente la agenda, porque nuestro discurso inicial y nuestro trabajo fue en enfoque de agenda antes de ver los puestos”.

Rivera añadió que la figura de Arias “estaba más que presente y eso brindaba una gran seguridad por su capacidad de diálogo y de negociación, pero el resto de las fracciones estuvimos conversando en función de cómo poder ir armando alrededor de esa agenda y posteriormente el tema de los puestos”.

Ante la pregunta de si detrás de la elección del directorio se puede ver una coincidencia de proyecto país, la legisladora manifestó “sí, claro”.

Similar criterio expresó la periodista Pilar Cisneros, jefa de fracción del oficialista PPSD. Cuando se le preguntó por la posibilidad de que ese bloque de 50 votos impulse una agenda particular común y hasta qué punto la fracción de gobierno ha encontrado coincidencia temática con los otros partidos, aseveró que “el hecho de que haya habido coincidencia temática ayudó mucho a que la elección de directorio fuera fluida y todos estuviéramos de acuerdo”.

Se le inquirió también si coincide con Rodrigo Arias en su concepto de reforma del Estado, a lo que la nueva diputada replicó “no es Rodrigo Arias, es que todas las fracciones nos pusimos de acuerdo, no es Rodrigo Arias y Pilar Cisneros, es todos los jefes de fracción que estamos representando a 51 diputados”.

Daniela Rojas, jefa de la bancada del PUSC, se cuidó de preservar el rol opositor de su partido. Si bien apuntó que el acuerdo para la elección del directorio representa una “visión en la que pensamos avanzar, ya eso representa 41 votos”, pues el trato original no incluía al oficialismo, además, añadió que “aunque el directorio es multi partidista, nosotros vamos a tener el papel de oposición”.

Ante la pregunta de si la mentada reforma del Estado para el PUSC significa cierre de instituciones, Rojas expresó que “significa analizar qué es lo que debemos hacer” y añadió que “queremos ir más allá y debemos de hablar de optimización del Estado, tratar de buscar donde hay duplicidades para eliminarlas, revisar el tema de trámites y saber si simplificación es suficiente o si incluso tenemos que hablar de eliminación”.

Añadió que “no sé si tenemos que hablar de cierres, pero sin duda tenemos al menos que discutir sobre la fusión de algunas instituciones. En este momento todavía nos encontramos analizando y revisando cuáles son esas que podemos integrar a la comisión”.

“Convencido” de que el acuerdo trasciende la elección del directorio y el tema de los puestos, se mostró el predicador y legislador repitente Fabricio Alvarado, fundador y jefe de la fracción del PNR.

El también periodista destacó el acuerdo de “ejes temáticos en los que vamos a trabajar” y de las tres nuevas comisiones “que se enfoquen en tres temas muy sensibles para el país” en los cuales “podemos allegar a grandes acuerdos”.

Tras declararse “muy satisfecho por los resultados de esta negociación”, Alvarado indicó que ello demuestra al país “que tenemos claro cuál fue su mensaje del día de las elecciones”, según él de que “menos fraccionamiento legislativo redundará en mayor negociación, en mayor capacidad de consensos y hacia eso vamos”.

Alvarado puntualizó que, desde la perspectiva del PNR, la reforma del Estado no incluye cerrar instituciones: “por eso es que llegará el momento de sentarnos a conversar de las líneas específicas de acción”.

De seguido, el diputado se sumó al coro de “sí eliminar duplicidades, sí hacer traslados horizontales, sí darle eficiencia al Estado para que los ciudadanos, los emprendedores, encuentren un Estado facilitador, un Estado amigo que les permita trabajar y producir”. Admitió, además, que “podría darse el caso de unificar instituciones, que es algo que tendremos que discutir con toda la Asamblea Legislativa”.

Finalmente, el pintoresco líder del PLP, Eliécer Feinzaig, dijo que la intención de buscar el acuerdo es “encontrar espacios de coincidencia para que, en aquellos puntos donde estamos de acuerdo, podamos hacer avanzar las reformas de una manera ágil y expedita”.

Reconoció, empero, que ello no quiere decir que se vaya a estar siempre de acuerdo: “yo no soy iluso, yo no me engaño y sé que habrá momentos en los que no nos pongamos de acuerdo y no vamos a contar con esos 50 votos”. Al respecto aseveró que “la Asamblea Legislativa tiene una agenda tan amplia, que si solo nos dedicamos a trabajar en aquello en lo que estamos de acuerdo, tenemos suficiente y nos sobra para los cuatro años”.

Feinzaig añadió que “si nos ponemos a resaltar las diferencias y sobre todo si lo hacemos desde el día uno, se va a entrabar la Asamblea Legislativa y creo que a nadie en el país le conviene eso”.

“Arremetida ideológica conservadora”

La politóloga Juany Guzmán, profesora jubilada de la UCR, señaló que el acuerdo “histórico” tiene que ver en primer lugar con “el personaje, el actor al que eligieron, es un reconocimiento personal a Rodrigo Arias”, quien de hecho ha fungido como presidente de la Asamblea Legislativa “casi desde el momento en que fue designado de candidato de primer lugar por San José”.

En segundo lugar, apuntó que el apoyo a Arias por casi la totalidad de cinco fracciones, es a causa de las coincidencias ideológicas: “si pensamos en un espectro político más orientado hacia la derecha, está en sintonía con esa lógica”.

“Dichosamente —acotó— está el FA que muestra que el espectro político también tiene una mirada más hacia la izquierda”.

La posibilidad de que esa alianza se mantenga con fuerza depende de factores como,  “principalmente, el liderazgo que supongo que quiere mostrar el jefe de fracción del PLP, Eliécer Feinzaig”, quien en su criterio es previsible que “estará interesado en construir su propio liderazgo con miras a sus aspiraciones políticas en el Ejecutivo”.

Similar caso encontró en Fabricio Alvarado. “Hay que pensar el tema de los liderazgos de las fracciones, si están dispuestas a sacrificar totalmente su identidad, que el público las conozca y las reconozca en aras de una agenda común”.

Tras destacar la vaguedad del pacto para la elección del directorio, “el acuerdo era la excusa para decir que era por un acuerdo”, subrayó que el perfil de estas fracciones “no es muy plural, es mucho más a la derecha en el espectro político y entonces calculan que están de acuerdo. Pero en la política como en la vida, está en los detalles”.

Francisco Barahona, abogado y politólogo, consideró que la alianza de esos partidos era “absolutamente previsible, lo que no sabíamos era si podrían reunir los 50 votos”.

Barahona señaló que “ese grupo mayoritario que no es de oposición al gobierno, porque el gobierno forma parte de ese grupo con todos sus diputados y diputadas”, por lo que “efectivamente tenemos una conjunción de pensamiento conservador en Costa Rica, tan claramente establecido como al final de la administración anterior, en lo que fue el PAC, el PUSC y el PLN”.

“Ideológicamente, no hay diferencia, queda en el otro polo de la ecuación solo el FA con seis diputados y diputadas que por lo menos, desde el punto de vista doctrinario o ideológico, se presentan como la única oposición a este Gobierno”.

Apuntó que “lo que hay es un pensamiento único en la Asamblea Legislativa, que fue la misma situación que se produjo con la administración anterior, por eso se aprobó el paquete de reforma fiscal, la ley contra las huelgas, empleo público, etc.”

“La unión de estas fuerzas conservadoras solo se va a ir en función del pensamiento conservador neoliberal”, es decir “eliminar o rejuntar algunas instituciones, pero en materia de derechos humanos, por más que hablen de que los defienden, pasan a un segundo nivel de jerarquía de importancia frente al tema económico o de las preocupaciones financieras fiscales del Estado”.

Ante la pregunta de si es previsible que ese talante conservador figure en la propuesta comisión de educación, así como un aperturismo neoliberal en las otras dos (energía y reforma del Estado), replicó “delo por un hecho, porque si todo este grupo que ya probó ser muy eficaz con los 50 votos no tiene un pensamiento similar incluyendo el tema de educación, puede explotar y partirse en mil pedazos. Cosa que no creo que ninguno de los partidos tenga ninguna intención que suceda, al contrario, creo que va a haber una especie de borrachera ideológica conservadora”.

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