La jornada legislativa del 1 de mayo deja un camino empredrado y cuesta arriba para los proyectos que impulsa Hacienda y para la agenda de derechos humanos. Esa parece el primer resultado de la alianza -reeditada por seis de los nueve partidos- que coloca en el Directorio a Antonio Álvarez Desanti (como en 1995), a un libertario, a un representante del bloque evangélico y a tres mujeres en cargos secundarios. Y -de reojo- al 2018.
La elección de las nuevas autoridades legislativas para este año afianzó hacia una posición de ventaja las tesis conservadoras representadas por el bloque de seis partidos opositores y pusieron cuesta arriba los planes del gobierno de Luis Guillermo Solís, en materia fiscal y de derechos humanos, además de volver a dejar relegadas a planos secundarios a las mujeres.
El liberacionista Antonio Álvarez Desanti, uno de los diputados de más kilometraje político, logró aprovecharse del alineamiento de los astros políticos para juramentarse como nuevo presidente de la Asamblea Legislativa, 21 años después de tomar ese mismo cargo como parte del oficialismo de José María Figueres en 1995.
Con él llegan también dos representantes del Movimiento Libertario, abanderado contra el incremento en impuestos, y también el legislador Gonzalo Ramírez, como ficha del bloque de legisladores evangélicos que pelean contra proyectos que rocen su moral religiosa.
El Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), que se siente revigorizado después de las elecciones municipales de febrero y de tener la presidencia legislativa por un año, se abstuvo de postular a sus diputados, pero condicionó sus votos a cambio de una agenda centrada en el recorte del gasto público y además votó de manera indirecta por las candidaturas que resultaron ganadoras.
En promedio se juntaron 30 de los 57 votos posibles para relegar en este 1 de mayo al Partido Acción Ciudadana (PAC) y su aliado de turno el Frente Amplio, pues junto a la independiente Carmen Quesada intentaron colocar mujeres en los puestos de más poder. Intentaron y fracasaron.
Aunque lograron posicionar la equidad de género como uno de los temas en la jornada, al final no lograron impedir que se nombrara a tres hombres en los puestos más relevantes.
Además de Álvarez Desanti como presidente y Ramírez como primer secretario, resultó elegido como vicepresidente José Alberto Alfaro, diputado del Movimiento Libertario conocido por su combate al aumento de impuestos.
Los tres puestos menos importantes del Directorio fueron para la joven libertaria Natalia Díaz, la liberacionista guanacasteca Marta Arauz y su copartidaria cartaginesa Paulina Ramírez, todas con los votos del bloque opositor formado por seis de los nueve partidos representados en el Congreso.
De poco sirvió la presión pro equidad de género impulsada por PAC, FA y otras diputadas, incluso algunas dentro del PLN, que acabó votando unido. Tampoco fue eficaz, para efectos de esta elección, el intento de la legisladora oficialista Marcela Guerrero de protestar mediante su vestimenta de corbata, saco y pantalón.
En un claro y consciente codazo al protocolo legislativo, Guerrero quiso vestirse de reivindicación de los derechos de las mujeres a los espacios de poder político en un Congreso donde son dueñas de 20 de los 57 escaños.
El criterio del género se sumó este lunes a otras consideraciones como la repartición de puestos en Directorio y comisiones, o la fijación de temas de interés para esta legislatura en un año preparatorio de campañas electorales.
Es lo que llaman “la agenda” y que subrayan como una prioridad en sus negociaciones.
Para una legislatura en la que el Gobierno de Solís pretende impulsar reformas fiscales que incrementen la recaudación, la respuesta de los diputados es diferente: primero contener el gasto público y después, tal vez, nuevos impuestos.
Es la postura del PUSC y del Movimiento Libertario, apoyada por el PLN al menos en forma de firmas en un papel. Del otro lado, el oficialismo adoptó una posición más pasiva, consciente de la desventaja aritmética, de las diferencias internas en casi todos los partidos y de la imposibilidad de lograr alianzas con unos sin que se zafen otros.
También salió ganador el bloque de legisladores evangélicos, pues creen valioso haber excluido los proyectos polémicos de la lista de planes susceptibles de trámite rápido en la Asamblea Legislativa.
Es decir, proyectos como el de unión de parejas del mismo sexo o la regulación de la Fertilización in Vitro (FIV), están condenados a seguir flotando en la marea legislativa.
“Estamos haciendo historia”, celebraba el legislador Ramírez hacia el final de la jornada de diez horas de este lunes, minutos antes de que Álvarez Desanti cerrara su discurso con la mira puesta en el futuro inmediato: “Termino diciéndoles, queridas compañeras y compañeros diputados: todos tenemos la ilusión de que vamos a ganar las próximas elecciones de febrero del 2018”.
Por si alguien dudaba, ahí está la alusión directa. Esta elección del directorio del Congreso significa el banderazo de salida para el año preelectoral y para el surgimiento de precandidaturas presidenciales, como ya se lo hizo en el PLN el exmandatario José María Figueres y en el PUSC el excandidato Rodofo Piza y Rafael Ortiz, presidente saliente del Congreso.
El que hablaba del 2018 era Antonio Álvarez Desanti, el exdiputado, exjefe de campaña de José María Figueres en 1994, expresidente legislativo 1995-1996, exaspirante presidencial con PLN y con Unión para el Cambio (UPC, 2006), excrítico del partido verdiblanco y exjefe de campaña de Johnny Araya en los comicios de 2014.
A Desanti lo acompaña, como vicepresidente, el legislador libertario José Alberto Alfaro, recordado por su ligamen con el sector de taxistas informales, pues su esposa preside una empresa propietaria de 772 placas de llamados “porteadores”.
El tercer elegido de la jornada fue el diputado Gonzalo Ramírez, representante del bloque de cuatro legisladores evangélicos y del movimiento de esta corriente cristiana que se extiende también a otras instancias políticas, como la Municipalidad de San José.
En la municipalidad más grande del país, Paula Vargas -esposa del diputado evangélico Ramírez- tomó la vicealcaldía junto al alcalde Johnny Araya, el candidato presidencial del PLN que tuvo a Álvarez Desanti como jefe de campaña.
Álvarez, quien en su discurso también dijo que mantendrá su línea crítica con el Ejecutivo junto a intentos de mejorar los canales de comunicación, dio por acabada la sesión solemne a las 7 p. m.
Los rostros en el oficialismo y el Frente Amplio parecían más cansados que el resto.
¿Desanti candidato? ¿En serio?
“Mantengo mi posición de poner fin a mi carrera política”, tuvo que aclarar de inmediato el liberacionista Antonio Álvarez Desanti al asumir la presidencia del Congreso para esta legislatura.
Tuvo que hacerlo porque los periodistas se lo preguntaron y alguno parecía información valiosa sobre un interés de Álvarez Desanti en volver a intentar una candidatura presidencial, como lo ha hecho al menos tres veces en el pasado, dentro y fuera de su partido.
Desanti había dicho en febrero del 2014, al saberse diputado electo, que esta sería su última participación en un algo cargo público o de elección popular, pues razones familiares y personales lo hacen dejar de lado el anhelo que tiene desde joven por presidir Costa Rica. Siempre lo ha querido.
Ahora, después de que la ruleta política previa al 1°. de mayo lo colocó ante la oportunidad de tomar presidir el Directorio legislativo, sabe que tendrá una mayor exposición, pero de momento descarta haber cambiado su decisión de retiro.
Ya se verá lo que ocurra en este año dentro del PLN donde José María Figueres confirmó su aspiración presidencial, Óscar Arias da largas a su conclusión reelectoral (más cerca del “no” que del “sí”) y otros buscar una “tercera vía”. Ya se verá.
