País Análisis electoral

Abstencionistas se ocultan en las ciudades

Aunque las zonas costeras presentaron los porcentajes de abstención más altos, tres cantones josefinos son los que concentran la mayor cantidad de “no votantes”.

Del millón de personas que decidió no votar en las elecciones del pasado 4 de febrero, una cuarta parte está empadronada en los cantones que son cabecera de las siete provincias del país.

Según los datos del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), pese a que las zonas costeras presentan un mayor porcentaje promedio de abstencionismo, con un 42%, 12 puntos más que el promedio nacional, en los cantones centrales de San José, Alajuela y Puntarenas es donde se puede encontrar la mayor cantidad de personas que decidió no ir a votar.

San José es la provincia con el tercer porcentaje de abstencionismo más bajo, pero su amplio padrón electoral la coloca como la que concentra la mayor cantidad de abstencionistas, 330.648 personas, cifra que supera el total de votos que obtuvo el candidato del Partido Unidad Social Cristiana, Rodolfo Piza (324.904).

El cantón capitalino, que alberga distritos como Zapote, San Sebastián, Uruca, Pavas, Hatillo y San Francisco de Dos Ríos, fue donde más ciudadanos se abstuvieron de votar: 72.150 personas.

Además, la provincia de San José abarca algunos de los cantones más poblados del país, como Desamparados y Pérez Zeledón, uno urbano y uno rural. Ambos tienen índices de progreso social similares y están ubicados dentro de los cinco cantones con más abstencionistas en términos absolutos.

Litoral abstencionista

Históricamente, los habitantes de las costas nacionales han dejado de ejercer el voto en casi un 50%. En las últimas cinco elecciones, los cantones costeros han sido los que lideran las listas de abstencionismo, y aún aquellos más involucrados en el proceso electoral, como Tilarán, Hojancha y Montes de Oro, superan el promedio nacional de abstención.

En 2018, nueve de los diez cantones con mayor porcentaje de abstención pertenecen a una provincia costera. Inclusive, cinco de los 11 cantones de Puntarenas se ubican dentro de los diez más abstencionistas del país. Aunque Corredores, Garabito y Buenos Aires iniciaron el milenio con un porcentaje que rondaba el 30% de abstencionismo, en 2002, las elecciones de 2006 sentaron una tendencia que al parecer llegó para quedarse. Ese año, hubo un salto de entre cinco y diez puntos porcentuales en el abstencionismo en esos cantones, y dio inicio al 40% costero para las elecciones siguientes.

Por otro lado, Osa ya estrenaba milenio dentro del 40% de ausentismo a las urnas y para las elecciones de este 2018 se acerca al 50%. Con uno de los diez índices de progreso social más bajos del país y el tercero más bajo de su provincia, Osa es uno de los cantones más abstencionistas de Puntarenas, pues presenta una diferencia de 14 puntos frente a su contraparte, en el otro extremo de provincia, el cantón de Montes de Oro.

Golfito, el cantón más abstencionista del país, había alcanzado su nivel más alto del milenio en 2006, con un 51%; sin embargo, había ido disminuyendo de nuevo hasta esta elección, en la que pasó de un 46% en 2014 a un 49,9% en 2018.

En el otro extremo de la costa está Guanacaste, que, pese a ser la tercera provincia más abstencionista en porcentaje (40%), es la de menor cantidad de personas que se abstienen de votar: 88.612 en total. Lo mismo sucede con Liberia, que ocupa el último lugar en cantidad de abstencionistas en el ranking de cabeceras provinciales.

Entre las siete provincias, los mayores contrastes son visibles en Limón y Cartago. La primera, es la más abstencionista y su cantón central está marcado por uno de los índices de progreso social más bajos del país. La segunda, ha sido cuna de una ciudadanía activa y sus índices de progreso superan en nueve puntos a los de Limón. Son las dos caras de una moneda, pero solo las separa una diferencia de 7.000 abstencionistas, según su peso electoral.

Esta es también la historia de los cantones de Golfito y Zarcero: agua y aceite en indicadores de vivienda, seguridad personal y salud y bienestar. Golfito se encuentra entre los diez más bajos en índice de progreso social y Zarcero entre los cinco más altos. En lo electoral, también hay dos extremos: el cantón del sur-sur es el primero en porcentaje de abstencionismo, mientras que los zarcereños son los que más salen a votar en el país.

Ni Carlos ni Fabricio

Los resultados electorales del pasado 4 de febrero dividieron el padrón electoral en tres: 944 mil que votaron por el Partido Restauración Nacional (PRN) o el Partido Acción Ciudadana (PAC), un millón que decidió no salir a votar, y otro millón que votó por alguno de los otros 11 partidos.

A estos últimos bloques es a los que Fabricio Alvarado y Carlos Alvarado, candidatos que se disputarán la Presidencia de la República en la segunda ronda electoral del próximo 1º de abril, deberán llegar para obtener más votos.

En un cuarto de los cantones nacionales, ninguno de los “Alvarado” ganó la pelea. Incluso, en cantones como San Mateo, Escazú, Turrubares y Zarcero sus partidos no estuvieron dentro de los primeros dos más votados.

Allí, la victoria se la alternaron el Partido Liberación Nacional (PLN) y la Unidad Social Cristiana (PUSC), quienes, juntos, sumaron 22.304 votos en los cuatro cantones.

Tampoco triunfaron en Puriscal, Santa Ana, Orotina, Jiménez, Belén, Nicoya, Santa Cruz, Abangares y Hojancha, cantones que fueron tomados en su mayoría por el PLN, con un total de 30.565 votos.

El resto del país quedó dividido entre quienes apoyaron a Restauración Nacional y quienes apoyaron a Acción Ciudadana.

Fabricio Alvarado arrasó las costas, donde ganó todos los cantones de Limón y diez de los 11 cantones de Puntarenas, dos de las provincias con mayores porcentajes de abstencionismo y con un peso electoral de medio millón de empadronados.

Mientras tanto, Carlos Alvarado venció en las dos provincias con menos abstencionismo: Heredia y Cartago. Allí, ganó 14 de los 17 cantones y se posicionó en una de las zonas con mayor cantidad de empadronados: 613.063 ciudadanos.

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