Opinión

Xinia Saravia Corrales: una de las primeras sastras y modistas de la Avenida Central

La historia de la sastrería es siempre interesante, tanto por el estudio de los movimientos obreros como por su relación con la alta costura y la moda.

El diccionario de la Real Academia Española define que un sastre o una sastra es una “persona que tiene por oficio cortar y coser trajes, principalmente de hombre”. Por su lado, un costurero o una costurera es quien cose y arregla prendas. A diferencia del sastre o la modista, la costurera no se dedica a diseñar o confeccionar ropa. Es claro que en estas profesiones se juega con una lógica de roles de género en la vida laboral, ya que no es común la utilización de la palabra sastra.

Sin embargo, en la Costa Rica de los años 1960, el talento en la sastrería de una mujer fue reconocido por los empresarios extranjeros Samuel Gudes y Estanislao Scriba, quienes la contrataron para trabajar como sastre y modista en El Caballero y La Dama Elegante, dos tiendas icónicas de moda que existieron en la Avenida Central de la ciudad de San José.

Esta mujer fue Xinia (Cinia) Saravia Corrales, según su acta de bautismo, nació el 8 de junio de 1928 en el distrito Hospital del cantón y provincia de San José, en Costa Rica. Su madre y padre, Israel Saravia Delgado y Encarnación Corrales Morales, también eran josefinos. Doña Xinia nació en un país que empezaba su modernización durante la segunda presidencia de Cleto González Víquez, lo que atrajo la posterior inversión de empresarios extranjeros.

Saravia desde niña se interesó en la sastrería gracias a una máquina de coser de marca Pfaff que le había regalado su tío. Al casarse a fines de su adolescencia se dedicó por mucho tiempo a la sastrería junto con su esposo, con quien tuvo dos hijos y cinco mujeres, aunque uno de ellos falleció siendo un bebé de meses. Se divorció en la década de 1960, aunque a los años posteriores se volvió a casar con su novio de la niñez, con quien tuvo a su última hija. Así, en ese contexto de recién divorciada fue contratada como sastra para trabajar en El Caballero y La Dama Elegante, unas de las tiendas de mayor importancia en el mundo de la moda en la ciudad de San José, debido a que su mismo tío le mostró la calidad de su trabajo a los dueños de aquellos negocios, convirtiéndose así en una de las primeras sastras y modistas de la Avenida Central, por lo que pudo seguir proveyendo de manera estable a su familia a través de sus propios méritos en las décadas siguientes.

Mi abuela, Xinia Saravia Corrales, sigue viva hasta la fecha. Su historia oral revela la trayectoria de una mujer que participaba del mercado laboral en una profesión monopolizada por hombres y que llegó a divorciarse en un contexto conservador para terminar siendo reconocida por el mundo más profesional de la sastrería para la Costa Rica de los años 1960 y 1970.

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