Opinión

Venezuela: Inconcebible y vergonzosa la posición del PT

Desde muy joven he militado en las filas del movimiento trotskista.

Desde muy joven he militado en las filas del movimiento trotskista. En estos momentos, en que arrecia la escalada agresiva de Trump y sus lacayos contra Venezuela, es detestable que el Partido de los Trabajadores (PT), encabezado por John Vega, sección costarricense de la LIT. (que se hace llamar trotskista), levante la consigna “Abajo Maduro”, pero con la nada convincente salvedad de que no lo deben echar los gringos ni Guaidó, sino los trabajadores (¡sic!).

¡Qué clase de galimatías es ese! ¿Cuáles organismos de trabajadores existentes hoy en Venezuela son capaces de disputar la hegemonía a la oligarquía que representa Guaidó, que copa la oposición al régimen, como es absolutamente evidente? No se necesita tener más de dos centímetros de frente para entender que a la caída de Maduro hoy le sucedería un gobierno proyanki hasta los tuétanos. Detrás de un discurso sectario y ultra, partiendo de que el gobierno de Maduro no es en verdad socialista, sino nacionalista boliburgués, olvida el PT un principio medular de la Internacional Comunista bajo la conducción de Lenin y Trotsky, que es clave en nuestras latitudes: el Frente Único Antiimperialista, y tiran por la borda todo el bagaje teórico-político del leninismo-trotskismo en la materia.

Más allá de las diferencias que tengamos con el régimen de Maduro, el deber número uno de las y los revolucionarios del mundo es colocarse del lado de la nación oprimida ante la potencia opresora, guardando nuestra independencia política, pero sin dudar un instante de nuestro lugar en la trinchera. Así lo hicimos en los casos de conflictos con el imperialismo de nacionalistas burgueses, como Perón en Argentina, Nasser en Egipto, Hussein en Irak, Noriega en Panamá y hasta el sanguinario dictador argentino Videla cuando se enfrentó a la dama de hierro Tatcher (al imperialismo inglés) en la corta, pero justa, guerra por la recuperación de las Islas Malvinas.

A modo de corolario, me permito reproducir un fragmento de la entrevista que le realizó a Trotsky Mateo Fossa, dirigente obrero de la construcción argentino en la década de los treinta. Ante la pregunta sobre la lucha por la liberación nacional de los pueblos de América Latina, Trotsky respondió:

“Hay actualmente en Brasil un régimen semi-fascista que cualquier revolucionario solo puede encarar con odio. Supongamos, sin embargo, que mañana, Inglaterra entre en conflicto militar con Brasil. ¿Te pregunto de qué lado del conflicto estará la clase obrera? Yo respondería: en ese caso yo estaría del lado de Brasil “fascista” contra Inglaterra “democrática”. ¿Por qué? Porque el conflicto entre los dos países no será una cuestión de democracia o fascismo. Si Inglaterra triunfa ella pondría otro fascista en Río de Janeiro y fortalecería el control sobre Brasil. De lo contrario, si Brasil triunfa, esto daría un fuerte impulso a la conciencia nacional y democrática del país y conducir a la caída de la dictadura de Getulio Vargas. La derrota de Inglaterra, al mismo tiempo, representaría un duro golpe para el imperialismo británico y daría un gran impulso al movimiento revolucionario del proletariado inglés. Es necesario no tener nada en la cabeza para reducir los antagonismos mundiales y los conflictos militares a la lucha entre el fascismo y la democracia. Es necesario saber distinguir a los exploradores, los esclavistas y los ladrones detrás de cualquier máscara que ellos utilicen”.

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