Opinión

Tren eléctrico: el primer paso para transformar San José

Nuestra ciudad se convirtió en una “gran parada de autobuses”.

Costa Rica carece de un sistema de transporte público eficiente que permita a las y los costarricenses transitar de manera fácil y rápida a través de la ciudad. Las nuevas generaciones solo hemos conocido los autobuses o los microbuses que se convirtieron en nuestra forma más económica de desplazarnos. Nosotros no logramos conocer aquel San José de antaño donde transitaba un tranvía, de lado a lado, por nuestra linda ciudad; quizás logramos conocer el tren que nos llevó a Puntarenas o a la hermosa provincia de Limón en nuestra infancia.

Durante mis años de colegio y universidad recorrí mi San José en autobús mientras observaba como la población iba creciendo más y más. Cuando viajaba a la ciudad de Heredia, a la Universidad Nacional, recuerdo que el tiempo de desplazamiento era de 30 minutos, ya fuese por la “pista” (como le decimos) o por las “micros” de Tibás. Es increíble saber que actualmente el tiempo estimado de esas rutas es de hora y media a dos horas, dependiendo del tránsito del día. Eso sin dejar de lado que las provincias de la GAM están más contaminadas debido al smog de los autobuses que ya carecen de mantenimiento y se encuentran en muy mal estado.

Quienes usan el transporte público a diario viven una pesadilla interminable, no solamente en las filas debido al colapso de los servicios, sino también durante el recorrido, ya que pierden horas valiosas mientras se desplazan hacia sus trabajos o hacia sus hogares y producen altos niveles de estrés y cansancio que repercuten en su desempeño y su estado de ánimo. Todo eso genera estragos en la productividad de nuestra fuerza laboral.

Nuestra ciudad se convirtió en una “gran parada de autobuses” que va desde el Paseo Colón hasta Curridabat. Es necesario que busquemos el aprovechamiento de los espacios públicos, que se construyan más bulevares y parques y que aprendamos a caminar por esta joya “josefina” que merece estar mejor.

Es por estas y muchas otras agravantes que Costa Rica necesita un tren eléctrico, merecemos desarrollarnos y avanzar como lo han hecho las grandes ciudades del mundo. Además, es derecho humano contar con un medio de transporte eficiente y que no sea contaminante, lo que reduciría los tiempos de desplazamiento, evitaría atascos en las carreteras y nos daría unas valiosas horas extra durante el día.

Debemos cambiar nuestra mentalidad y verlo como parte de la construcción constante de obra pública que los costarricenses debemos realizar. El tren es una gran obra de infraestructura que nos facilitará el desplazamiento, permitiéndonos contar con días menos agotadores y mejor aprovechados permitiéndonos, en un futuro cercano, ver una GAM mucho más moderna y mejorada.

Esta obra que propone el Gobierno de la República no es una deuda, es una inversión en desarrollo y solo el inicio de esta inversión generará fuentes de empleo, generará encadenamientos productivos y una ciudad más gustosa de transitar. Además de brindarle mejores servicios públicos a la ciudadanía, contribuirá con su salud mental y física y repercutirá en el crecimiento socioeconómico del país. No se puede atrasar más el desarrollo de la GAM, urge trabajar en conjunto para que dentro de unos años podamos ver este sueño hacerse realidad.

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