Lo conocí hace más de 15 años en el Partido recién fundado, el PAC. Era parte de las personas que se sumaron al voluntariado, propuesta impulsada desde el inicio por Ottón Solís, líder y candidato presidencial, llamamiento que caló en cientos de personas a lo largo y ancho del país. Así fue, en la sede-club se trabajaba con las uñas, el equipo inicial operó en casa facilitada por la hermana del Candidato, pocos muebles -tal vez los necesarios- mesas y escritorios facilitados por seguidores que ya creían en la propuesta de acción ciudadana. Tony era parte de ese grupo fundacional; auxiliar, chofer, mandadero, misceláneo de su sueño, le entró a todas las tareas. Ya calaba en su corazón el compromiso partidario para con la Patria herida por el flagelo de la corrupción.
Tony Bolaños vio pasar frente a sus ojos en todas las campañas, tal vez algunas veces sorprendido, los diputados y diputadas electas, las autoridades municipales sufragadas, regidores y síndicos municipales escogidos , también los que llegaron por un puesto y luego marcharon, y los que se quedaron para continuar en la lucha.
Ha sido memoria del Partido, tuvo un recuento de la dirigencia partidaria, de los liderazgos, registrados en un mamotreto, con anotaciones, marcas y tachones de los que estaban en vigencia o no, documento de consulta en los procesos electorales, fue Tony la primera persona en consultar, era gran conocedor de la organización partidaria del país.
Un hombre de bien, honrado, sin tacha, amante de las buenas conversaciones, también afable y cariñoso. No le conocí enemistad alguna -lo que en política es frecuente-. Un militante de la causa, siempre en la organización administrativa partidaria, un peón raso, nunca en puestos medianos o altos, no era su norte, siempre un denodado trabajador.
En cada campaña, en su momento, asumía con éxito reconocido, la organización y conducción de lo que se llamó la “toma de San José´”, la gran movilización de partidarios que confluyen a la capital en los días previos a las elecciones, abanderamientos y movimiento popular; caravanas, mítines y marchas, que dependiendo de la intensidad y lucidez, ya marcaba el terreno sobre el posible resultado del proceso electoral.
Muchas veces sin recursos, a veces con sus propios medios, visitaba a la dirigencia partidaria, campaña tras campaña, para proceder a detección de “cuadros” la nueva dirigencia distrital de aquellos cantones de dificultad organizativa. ¡Siempre lo logró!
Tony Bolaños, ya septuagenario, enfermo y consumido por la pérdida de su única hija, enfrentó sin proponérselo un juicio público ante el estrado judicial cuyo proceso nunca buscó. Su pecado, trabajar incansablemente por el Partido de sus amores y desvaríos. Fue simple acatador de órdenes.
Luego del veredicto del alto Tribunal se le condena a tres años de prisión (con condicionalidad de la pena) en un juicio que para muchos, un proceso que tenía que encontrar “cabezas de turco” para estigmatizar al Partido Acción Ciudadana.
Tony Bolaños estará pronto a recibir una pensión, tal vez testimonial de la CCSS, por lo que deberá trabajar algunos meses adicionales en el Partido como el mismo amanuense de hace 15 años. Sus amigos esperamos, sensatez, sigilo y compromiso solidario con su causa