Opinión

¡Saltó el Jettatore!

Francisco Pacheco, del círculo de Óscar Arias, su recadero quizás, saltó a la palestra en La Nación S.A. para indicar a sus lectores,_en_un_artículo_extensísimo_(09/03/2018),_que_él_no_se_pronunciará

Francisco Pacheco, del círculo de Óscar Arias, su recadero quizás, saltó a la palestra en La Nación S.A. para indicar a sus lectores, en un artículo extensísimo (09/03/2018), que él no se pronunciará respecto a por quién votar el próximo 1° de abril: “Algunas personas (…) me preguntan qué hacer con esta situación. No doy respuesta. Nadie puede decidir las opciones de otro cuando son de conciencia. Aunque ya me decidí, opté por no influir en los demás”. Antes, sin embargo, redactó: “Según dicen algunas encuestas, el Partido Restauración Nacional (PRN) parece tener buenas opciones para ganar las elecciones”; líneas más abajo, disipa una ilusión: “Reconozcámoslo: el PRN llegó para quedarse”; y añade: “Muchos liberacionistas se disponen a darle su apoyo al nuevo partido, en abril. Entre ellos hay dirigentes locales, exfuncionarios y militantes. Algunos buscan desquitarse, así, del odio que le profesa el Partido Acción Ciudadana (PAC) a Liberación Nacional (PLN) y de sus acusaciones falsas y denigrantes”. En realidad, el fundador del PAC, Ottón Solís, se retiró del PLN alegando y dando pruebas de la corruptela de este, pero no odia a sus militantes; una prueba es que colaboró eficazmente con la presidenta liberacionista Laura Chinchilla para presentar un plan que pudo dar otro rumbo al déficit fiscal. El PAC, además, no se ha conformado como partido, de modo que tiene varios rostros. Al no existir como una organización, no puede “odiar” a nadie. Un perro cuyo hocico va por un lado y sus dientes por otro no califica para morder en absoluto.

El candidato del PAC sí existe. Pacheco lo describe como sin justicia emocional y mental: “El candidato del PAC (…) no se muestra como un estadista, no da pasos hacia la modernización de Costa Rica. Por él, todo seguiría igual. Y esto no puede ni debe ser  (…) No propicia una reforma equilibrada del empleo, no ofrece una salida para el déficit fiscal, ni qué hablar de una transformación profunda del sector público. En fin… las razones para votar por él solo se alimentan de las razones para no votar por Fabricio Alvarado”. Otro botón: “…Carlos Alvarado optó por no crecer, por ceder la Presidencia con tal de conservar intacta su base electoral, absteniéndose de causarle el menor disgusto. No se atrevió a mover a su gente en dirección a la modernidad y, más bien, decidió parapetarse en ideas gastadas. ¡Y este porro insensato le ganó al liberacionista Álvarez Desanti! Ya se autoderrotó”, ha  escrito el zahorí expresidente del PLN, F.A. Pacheco. Desde luego, él no perderá su voto. Nadie debería hacerlo. El apoyo político de Piza, no vale nada.

Con desaliño, Pacheco expone su impulso central para repudiar a Carlos Alvarado: ¡se acerca al comunismo!: “… (una forma) ideológicamente fosilizada y empeñada en ocupar el lado izquierdo del espectro político, junto al Frente Amplio, dándole la espalda a lo mejor del futuro”. Por supuesto, el Frente Amplio tampoco es comunista, pero nadie exigirá a Francisco que abandone la Guerra Fría.

La realidad parece ser muy otra. La derecha económico-política del país (que no requiere de Guerra Fría alguna para existir porque saca energías de su gula) supone que un estúpido conservador restauracionista será fácil de manejar por el conservadurismo experto de la neoligarquía y que si triunfa con Restauración podrá seguir cobrando a futuro: tienen dinero/poder y, por fin, los votos de los pobres encarismatizados. Negocio redondo. Los derrotados serían la floja Iglesia Católica y todos los sectores que han hecho de Costa Rica un país distinto en América Central. Y, para los opulentos golosos, ya era hora de una Costa Rica centroamericanizada. Alguno, no el zahorí Francisco Pacheco, ya vislumbra en el horizonte a una policía militarizada o ejército que apalea y mata gais, lesbianas, campesinos, sindicalistas, estudiantes y quema imágenes de la Negrita. Aunque quien esto escribe, por ser extranjero, no vota, le pediría a todo ciudadano costarricense votar en contra de los conservadores restauracionistas (según Pacheco, reciben dinero del extranjero, ¿se enteró el TSE?) y en contra del conservadurismo neoligárquico. En la base de los primeros se da gente buena y sencilla, pero tienen también dirigentes ambiciosos y sin escrúpulos. De la neoligarquía no es necesario decir palabra. Miren cómo va América Central. En yunta, lo que todavía no alcanza a caca lo transformarán en mierda. Incluye a la Virgen de los Ángeles.

 

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