Opinión

“Reflexiones sobre la eficiencia universitaria”

A este sistema solo le interesa el resultado. De manera que el alumno pierde la matemática que hay detrás de todo y, además, la oportunidad de entrar en contacto con el pensamiento matemático y científico. 

Muy buen artículo del señor decano de la Facultad de Ciencias Agroalimentarias, U.C.R.

¡Lástima que no aparezca su e-mail para felicitarlo! La democracia costarricense aún falla en muchos sentidos.

Entre otros, don Luis Felipe se refiere a dos asuntos fundamentales:

Primero, el gasto adicional de recursos que la U.C.R. debe hacer para preparar a los estudiantes que vienen sin preparación de la Enseñanza Media.

Hace unos 10 años apareció en un periódico que la Escuela de Física de la U.C.R. iba a tener que incluir un curso introductorio de Física, pues los estudiantes que venían de los colegios tenían una formación muy deficiente en esa materia.

Este hecho yo lo conocía desde mucho antes, por mi contacto directo con  dicha enseñanza, por lo que envié un documento, “SOS POR LA FÍSICA”, al Ministerio de Educación Pública, con copias a una apreciable cantidad de personas e instituciones. 

Don Luis Felipe menciona solo la matemática, pero lo mismo se da en otras ciencias.

Por ejemplo, en una prueba de Química (X Año, 2018) dice:

Complete en forma correcta el siguiente enunciado: 

Una propiedad extensiva de una sustancia es ________

Es claro que ese “enunciado” no es un enunciado, el cual, según Sebastián Serrano (Lógica, lingüística y matemáticas, Edit. Anagrama, 1977), debe ser “una expresión lingüística que tiene un sentido completo y que se caracteriza por ser verdadero o falso”. Por lo tanto, quien elaboró esa prueba no tiene la menor idea de qué es un enunciado (también llamado proposición).

Segundo, se refiere a lo manifestado por Henry Kissinger: “Filosóficamente, intelectualmente –en cualquier forma–, la sociedad humana no está preparada para el ascenso de la inteligencia artificial”.

Esto se observa claramente en Costa Rica. Un ejemplo muy simple: A un alumno de sexto grado le piden que calcule el resultado de la operación 2 + 3 x 5. 

El alumno hace lo siguiente: 2 + 3 = 5,  5 x 5 = 25; luego lo hace con la calculadora: 

                                                               2 + 3 x 5 = 17

 

Observa que le dio diferente, y piensa que el resultado de la calculadora es el correcto, pues solo hizo “una operación”, como dice la pregunta; solo una vez indicó =.

   

El estudiante no se da cuenta de que no es “una operación”, sino dos, y que se trata de sumarle a 2, el resultado de la segunda operación 3 x 5; es decir, no se dio cuenta de lo realmente importante, por estar obsesionado por el resultado de “la operación”.

Gráficamente, el cálculo puede presentarse usando cubitos unitarios:

 

  •           •••••
  •     + •••••
  • ••••

 

Es claro que si a 3 (número de filas) se agrega 2, se están agregando 2 filas de 5, es decir, 10 cubitos; por eso al niño le resultó inicialmente (2 + 3) x 5 = 25.

La única forma de sumar esos cubitos es poniéndolos en una fila horizontal:

 

  • • + ••••• ••••• •••••

 

Al hacer la suma, desaparece el + y se juntan los cubitos, obteniéndose un rectángulo de 

1 x 17 = 17 cubitos unitarios, que es el resultado.   

La calculadora lo hizo bien, pues está diseñada para eso. El niño debe pensar, pero poco a poco el sistema educativo lo va preparando para no hacerlo.

A este sistema solo le interesa el resultado. De manera que el alumno pierde la matemática que hay detrás de todo y, además, la oportunidad de entrar en contacto con el pensamiento matemático y científico, que está integrado en la tecnología actual. 

Algo similar ocurre con la pregunta en el examen de Química, el estudiante pudo haber escrito: “la temperatura”, y la respuesta sería correcta, porque le pedía “completar en forma correcta un enunciado”, el cual, de acuerdo con Serrano, puede ser falso o verdadero. 

Es fácil imaginar qué pasaría con problemas muy grandes, con muchos datos, con muchas variables, con grandes computadoras, cuando quien debe decidir qué hacer se limita a lo que ellas digan.

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