Opinión

Puntos de Encuentro

Cada elección guarda, por naturaleza, matices diferentes. Para muchos, la política es una materia vacía y sin sentido.

Cada elección guarda, por naturaleza, matices diferentes. Para muchos, la política es una materia vacía y sin sentido. Sin embargo, para los que nos tomamos esta ciencia en serio, el proceso deja una mayor expectativa por conocer los resultados entre el ramillete de opciones que hay en el panorama político (por lo que no se vale argumentar que no hay por quien votar).

Resultan interesante las cifras que arrojó la elección presidencial. Sobre todo, la victoria de Fabricio Alvarado, seguido de Carlos Alvarado, es significativa. Si bien las encuestas apuntaban un crecimiento sostenido en el caso de don Fabricio, don Carlos se levantó y dejó atrás a otros políticos tan connotados como Álvarez, Castro y Piza. Ambos se medirán el 1⁰ de Abril para decidir el curso del Poder Ejecutivo.

No obstante, en el ámbito legislativo, la conformación del primer poder de la República no es nada alentadora o sencilla para transar, pues, a pesar de la gran cantidad de partidos políticos que lucharon por una curul; esta vez el Congreso se dividió en siete fracciones legislativas.

Nos dirigimos hacia una segunda ronda electoral en la cual cualquiera de los dos candidatos puede ser el ganador. Por ello, ambos caminarán cautelosamente y emitirán declaraciones bien calculadas sobre los temas que, a cada uno, le depararon el elevado caudal electoral; entre ellos, por ejemplo, el matrimonio igualitario. Sin embargo, lamentablemente, en los discursos de estos candidatos parece parece estar ausente el debate público sobre el modelo de desarrollo nacional.

Por otra parte, la consecuencia de los últimos procesos electorales (del 2006 en adelante) muestra el colapso del sistema presidencialista, en el sentido de que una persona, solo con su liderazgo y su bancada de diputados electos, no es suficiente para conducir el país que necesita la población en general.

La conformación de la Asamblea Legislativa produce la apertura sobre la necesidad de negociar acuerdos perdurables (no coyunturales, como la elección del directivo legislativo) y generar coaliciones entre las distintas fuerzas políticas. Aquí, conviene destacar la obligatoriedad de discutir si se reforma el reglamento legislativo para ello o si se aprueba el artículo 208 bis.

Los desafíos son muchos y el tiempo es corto, pues cuatro años no bastarán para sacar al país del atolladero donde se encuentra tras varias administraciones que han pasado. Se necesita una visión de largo plazo que trascienda el período presidencial para ofrecer mayor bienestar a la ciudadanía.

No obstante, un llamado a la concertación podría arrojar dividendos, si se incluyen no sólo a las élites políticas, sino también a los gremios, cámaras empresariales, sindicatos y asociaciones solidaristas (y podemos seguir enumerando actores sociales con influencia), para permitir que el gobierno camine hacia un buen derrotero.

En síntesis, sea cual sea el vencedor de las elecciones 2018, el Poder Ejecutivo tendrá la difícil tarea de buscar la conciliación entre distintos sectores, agilizar prontamente la toma de decisiones oportunas y, no menos importante, retirar la judicialización de la política, en manos de la Sala Constitucional. Estas tareas son necesarias para que el Congreso asuma su responsabilidad, gobierne con transparencia y administre con eficiencia, ya que para eso fue electo democráticamente por la sociedad.

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