Opinión

¿Privados de saber?

Los investigadores hacen investigaciones sobre un tema, las revistas científicas publican los mejores artículos

¿Cómo funciona el sistema de la edición científica ?
Los investigadores hacen investigaciones sobre un tema, las revistas científicas publican los mejores artículos (elegidos por otros investigadores), y con frecuencia cobran a los autores por publicar en ellas, posteriormente venden suscripciones a esas mismas revistas a las universidades. Dentro de esas mismas universidades, encontramos estos mismos investigadores que se encargan de revisar las investigaciones de sus colegas de trabajo. Es un círculo (vicioso) lucrativo que según Schimmer, Geschuhn, Vogler (2015) ronda los 7,6 mil millones de euros.
Desde un posicionamiento ético surge la pregunta : ¿Cómo es que dejamos que las personas que dirigen estas empresas de edición ganen tanto dinero por medio de la explotación del conocimiento?
En el mundo los recursos económicos de las universidades son muy variables. La disponibilidad del saber universitario se queda en las manos de una élite de investigadores trabajando para las universidades que pueden adquirir las suscripciones. Los temas discutidos en las publicaciones científicas pueden ser esenciales para el progreso de la sociedad. En efecto, informan sobre problemas importantes incluyendo los virus zika o ébola, calentamiento global, medicina, diferentes cáncer etc.) ¿Por qué no dejar acceso a todos los científicos para buscar soluciones para problemas mundiales ?
Además, la edición científica vende suscripciones más y más caras, aprovechando las ventajas de la edición numérica para aumentar su margen de beneficio, y cerrar un poco más este mercado. Un control capitalista tan fuerte de un mercado del saber no es aceptable. El conocimiento es dinámico, se cambia en función de las ideas que cada quien puede proponer a través de la combinación de su saber todavía aprendido y lo que los investigadores desarollan. La evolución humana es exponencial cuando los conocimientos se mezclan. Es primordial valorar los medios de aprendizaje libre y apartarlos de influencia privada. Necesitamos proponer soluciones diferentes, alternativas, oportunidades para combinar las ideas y hacerlas más grandes.
Esta lógica de acaparar el saber construye una sociedad de alienación. En efecto, los países del Norte trabajan con frecuencia desde el etnocentrismo, y crean pensamiento orientado por su percepción del mundo y por la “cultura” científica que se desarrolla en el país emisor de la mayoría de las investigaciones universitarias, mientras que los investigadores en el Sur tienen menos opciones para publicar y poner en común sus conocimientos. Además, esta manera de desarrollar la ciencia excluye el conocimiento tradicional, alternativo, y progresista, que es esencial para una sociedad diversificada.
Es la hora de abrir las fuentes de conocimiento y valorar nuevas soluciones. En esta era de cambio climático, social, humano, un acceso libre al saber, como lo propongo en la plataforma OpenAccess, es una puerta para soluciones nuevas.

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