Opinión

Ninguna confianza en la Sala IV

El 19 de octubre 12 legisladores del fundamentalismo neopentecostal (PRN), Walter Muñoz del PIN y José María Villalta del FA, faltando cinco días para que se inicie el segundo debate del Combo Fiscal...

El 19 de octubre 12 legisladores del fundamentalismo neopentecostal (PRN), Walter Muñoz del PIN y José María Villalta del FA, faltando cinco días para que se inicie el segundo debate del Combo Fiscal, presentaron una consulta facultativa de constitucionalidad ante la Sala IV. Muchos y muchas guardan ilusiones en esa instancia del más elevado rango jerárquico del aparato estatal capitalista. Mucho cuidado con fomentar vanas esperanzas, no sea que el tiro salga por la culata.

Recordemos que fue la Sala IV quien, en grosera contradicción con la Carta Magna, permitió la reelección para favorecer a Arias. No olvidemos también que el propio José Merino (fundador del Frente Amplio), junto con otros diputados, presentó un recurso de la misma índole sobre el nefasto TLC y el resultado fue lamentable: de manera campante, esa instancia dictaminó que no había problemas de constitucionalidad, cuando estos eran más que evidentes. Así que: “en guerra avisada no muere soldado”.

Asimismo, no hay que perder de vista que los magistrados de la Sala IV, superprivilegiados, han sido electos (en secreto, óigase bien) por la cueva de bandidos que es en su enorme mayoría el parlamento. En segundo lugar, nótese que, ante la presión mediática y el chantaje gubernamental, el magistrado Fernando Cruz ya anunció que se inhibe de participar en esa votación, pues ya adelantó criterio. En tercer lugar, es un secreto a voces que hay magistrados que están a punto de pensionarse y no les afectaría en los personal las medidas de austeridad que se impondrán en materia de salarios y pensiones. Si a eso sumamos, finalmente, la campaña feroz de la dictadura mediática (Teletica, Repretel, “La Nazión”) y del propio gobierno y sus socios del PUSC y el PLN amenazando al Poder Judicial y a las universidades públicas con recortes presupuestarios, pues el panorama no está para nada claro en el recinto cerrado de la Sala Constitucional. Como dice el refrán popular: “ojo al Cristo y mano a la cartuchera”.

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