Desde hace más de 100 años, el 8 de marzo, es un día que celebramos derechos conquistados por las mujeres en todos los ámbitos, muchas luchas y sacrificios para conseguirlos.
Estamos en pleno siglo XXI, se siguen organizando marchas y manifestaciones en el mundo, para denunciar que todavía queda camino por recorrer, hasta alcanzar la igualdad real entre hombres y mujeres; según datos nacer mujer en muchos países es un escollo, un estorbo social.
En las manifestaciones las mujeres exigen de forma apasionada y desgarradora equiparación laboral y salarial, presencia igualitaria en puestos políticos y empresariales, rechazo al portas la violencia de género así como la exigencia de más política pública para frenarla, no pedimos ni menos ni más, es lo justo y no vamos echar para atrás hasta obtenerlo.
En 1993, se acuño el término “efecto Matilda”, para destacar la discriminación del logro de las científicas, cuyos aportes suelen atribuirse a los hombres, ejemplo Henrietta Swan, madre cosmología moderna.
En nuestro país surgen interrogantes no distinto a nuestros pueblos hermanos:
el tema del desempleo y subempleo, equidad e igualdad, es un tema solo del Estado?, ¿o solo ámbito privado o de ambos?, el empoderamiento de las mujeres, capacitación ha sido suficiente o no?
Estamos viviendo una dinámica distinta al siglo pasado, con la era digital, del conocimiento, las redes sociales, inteligencia artificial, transformando por el fondo, nuestro estilo de vida en materia productiva, sociopolítica, educación, economía, es decir, nuestra forma de relacionarnos con nosotras mismas y nuestro medio circundante.
Asimismo, en nuestro país, los indicadores de la población desempleada, según el INEC (correspondiente al trimestre setiembre, octubre, noviembre 2023), “se estimaron en 159 mil personas, de las cuales 95 mil eran hombres y 64 mil mujeres “mucho del empleo recuperado corresponde al empleo informal y el subempleo se ha incrementado, en otras palabras, las personas trabajan menos de 40 horas y quieren trabajar más”, la canasta básica sumamente onerosa, para las mujeres en alta vulnerabilidad social.
En relación a la tasa de desempleo nacional fue de 7.2%, la tasa masculina se estimo en 6.9% y la femenina en 7.6%.
Concerniente al empleo informal, se estimó que la población ocupada con un empleo informal para el trimestre setiembre, octubre y noviembre 2023, fue de cerca de 777 mil personas, de las cuales 495 mil correspondieron a hombres y 283 mil a mujeres.
La población en la fuerza de trabajo nacional fue de 2.22 millones de personas, de las cuales 1.38 millones eran hombres y 838 mil eran mujeres. Este indicador presentó una disminución estadísticamente significativa de 253 mil personas a nivel nacional, 95 mil hombres y 159 mil mujeres, con respecto al mismo trimestre del año 2022.
Con estos datos, llego la hora, desde hace tiempo, que las mujeres Ingenieras del Hogar, reciban un salario mínimo, hacen malabares día con día; no es un regalo, trabajan 24/7, merecen ser remuneradas. Tanto la Asamblea Legislativa, INAMU, Defensoría de los habitantes, PANI, las Universidades Públicas, MEP, los Sindicatos, entre otros , deben plantearlo. La discusión hay que darla.
No es de recibo, que las mujeres, estén viviendo día con día esta zozobra, de no tener ni un platito “gallo pinto en la mesa”, para darles a sus hijos, además de un techo seguro y educarlos con dignidad.
Hoy 8 de marzo, conmemoramos el Día Internacional de las Mujeres, es un deber ético y moral, en equipo tejer acciones más concretas, tanto con los entes gubernamentales como el ente privado.
¿No es posible, que un país como el nuestro, amante de la paz, del verdor, la justicia, la igualdad y equidad, nuestras mujeres la están pasando muy mal, tienen hambre, no podemos tapar el sol con un dedo, mostremos sensibilidad, algo de sentido de humanidad o acaso ya perdimos hasta eso?, ya no hay ternura en nuestro corazón?, solo les importa el Patrón, aunque sea por estrategia, mostremos PIEDAD.
Lo triste, lo bochornoso, el Ejecutivo y muchos señores diputados, perdieron la brújula, especialmente el Oficialismo.
No basta con entregarles solo un diario, hay que educarlas, capacitarlas, enseñarlas a “pescar” no solo darles el pescado, ya que sería perpetuar el problema.
Es importante asegurar las condiciones sociales de la población, especialmente las mujeres cabezas de familia , tengan un empleo digno y ser vigilantes de sus derechos laborales, salario igual que los hombres, estamos hablando del BIEN COMUN