Opinión

Mala praxis periodística

¿Por qué algunos periodistas informan tan mal de los asuntos de la Iglesia Católica?

¿Por qué algunos periodistas informan tan mal de los asuntos de la Iglesia Católica?

El obispo de San Isidro de El General, fray Enrique Montero, pronunció una homilía interesante el 2 de agosto, en presencia de las mayores autoridades civiles y eclesiásticas y de un público que llenaba la plazoleta de la Basílica. Habló de la fe católica como componente básico de la identidad nacional, en circunstancias históricas decisivas como el logro pacífico de la independencia; la defensa de la soberanía ante la invasión filibustera; la brevedad de nuestros conflictos bélicos internos; la convivencia pacífica con otros pueblos; la abolición del ejército. En todo lo cual, según su criterio, se aprecia una mano delicadamente femenina. Monseñor Montero señaló también motivos de preocupación, entre ellos, el ateísmo práctico que, incluso, incentiva la desobediencia a la autoridad religiosa. Se refirió también a “los esfuerzos significativos de algunos de nuestros anteriores y actuales gobernantes en favor de una mayor distribución de los bienes”; la urgencia de una reforma fiscal; de combatir la vergonzosa evasión tributaria y la creciente brecha entre ricos y pobres. Novedoso y digno de destacarse resulta que un obispo costarricense diga “que los católicos debemos renunciar a ciertos complejos de superioridad que por siglos hemos ostentado delante de otros cristianos”, lo mismo que pretender poseer el monopolio de la verdad.

Como parte de su descripción de la actualidad nacional, el obispo hizo referencia a la promoción de una educación sexual basada en cierta idea mecánica y hedonista de la sexualidad y de nuevos modelos de pareja presentados como iguales o hasta mejores que la institución tradicional del matrimonio cristiano.

La mala praxis periodística radica en que se ignora la variedad de temas y solo se informa sobre los asuntos sexuales, para regocijo de los evasores de impuestos. Es el caso de Extra (3 de agosto) que titula “Iglesia endurece defensa del matrimonio. Pide frenar impulso a uniones homosexuales y aborto”. En sentido similar desinforma La Nación en la misma fecha y, además, pretende crear fisuras entre el gobierno y la opinión pública, en lo que se han venido empeñando ambos diarios desde que comenzó la presente administración.

Ninguno de los dos periódicos se ha interesado en indagar sobre el origen internacional de las campañas pro aborto y matrimonio entre personas del mismo sexo. Tampoco sobre la afluencia de fondos para mantenerlas.

 

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