En días pasados, el Semanario Universidad (SU) acogió para su publicación, en la sección de Opinión (versión digital), un extenso artículo escrito por los historiadores Josué Jiménez Álvarez y José David Ramírez Roldán acerca de las luchas sociales y la guerra civil de 1948.
Plagado de inexactitudes históricas, falto de una revisión cuidadosa de la bibliografía existente y con un enfoque ampliamente superado por las investigaciones históricas sobre ese tema realizadas desde la década de 1990, tal artículo fue publicado, según indicó el editor de Opinión Javier Córdoba, porque “el Semanario Universidad es un medio de comunicación que respeta la libre expresión de sus colaboradores”.
Sin duda, todo medio periodístico serio debe respetar la libertad de expresión, pero también tiene la responsabilidad de velar por la exactitud de la información aportada por sus colaboradores, aun la de quienes lo hacen en la sección Opinión.
Desde esta perspectiva, la defensa que el señor Córdoba hace de la libertad de expresión es menos una defensa de tal principio y más una declaración de que no es responsabilidad de él ni del SU revisar lo que este órgano institucional de la Universidad de Costa Rica (UCR) publica en su sección Opinión.
Al auto-eximirse de esa responsabilidad, que es inherente a la condición de editor de una sección de Opinión y a la índole de un medio de comunicación universitario que es también escuela de formación de nuevas generaciones de periodistas, Córdoba y el SU no solo se distancian, sino que rompen con la cultura institucional de la UCR, construida en torno a la producción de conocimiento.
Precisamente porque ni el señor Córdoba ni el SU reconocen la responsabilidad que les compete, han dado espacio nuevamente en la sección Opinión a Jiménez y Ramírez, quienes, en un nuevo artículo, minimizan las inexactitudes de su escrito original, evidencian que desconocen las conexiones entre lucha social, competencia política y políticas públicas, y citan como experto en la materia a que se refieren al historiador Francisco Javier Rojas Sandoval.
No resulta sorprendente para los suscritos esa invocación a la autoridad académica de Rojas, cuyas abundantísimas e internacionalmente prestigiosas publicaciones sobre el tema tratado por Jiménez y Ramírez solo son de conocimiento de ellos, y justifican de sobra la concepción de libertad de expresión que defienden Córdoba y el SU.
