Opinión

La lucha por proteger a la tortuga baula

Arranca marzo y con ello la temporada de anidación de la tortuga baula, la más grande de las tortugas marinas

Arranca marzo y con ello la temporada de anidación de la tortuga baula, la más grande de las tortugas marinas y uno de los animales más hermosos y particulares del planeta.

Costa Rica es uno de los países de mayor importancia a nivel mundial, con dos litorales importantes, visitados anualmente por cientos de tortugas, quienes recorren distancias abrumadoramente grandes para llegar a desovar. El Caribe y específicamente Playa Moín es uno de los lugares predilectos de la baula. En esta playa, en 2016, se contabilizaron más de 1.000 nidadas de esta especie.

La tortuga baula cuenta con la particularidad de ser la única tortuga sin caparazón duro. En cambio, posee una piel suave color negro o marrón sin escamas. El tamaño de la tortuga baula es tan impresionante, que puede llegar a alcanzar los 2,3 metros y su cabeza puede representar hasta un 20% de la longitud del caparazón.

Desafortunadamente, las especies marinas que anidan en Costa Rica, como la baula, la cabezona, la carey, la lora y la verde se encuentran en peligro de extinción. La disminución dramática de las poblaciones de tortuga se debe principalmente a la cacería, la extracción de huevos y la pesca incidental. Aunque las poblaciones de tortuga baula en el Caribe de Costa Rica se han mantenido estables, no se puede bajar la guardia en su protección y conservación.

De ahí la importancia de emprender acciones a favor de la conservación de estos animales marinos, quienes se encuentran entre los más antiguos del planeta, con 110 millones de años de evolución. Por esa razón, APM Terminals, como compañía socialmente comprometida, ejecuta un programa de conservación de tortugas marinas, que busca resguardar la vida de esta especie y la tortuga verde en el Caribe.

Desde 2015, cuando se inició la construcción de la Terminal de Contenedores de Moín (TCM), APM Terminals, en alianza con el Centro Científico Tropical (CCT) y la Fuerza Pública han ejecutado acciones de conservación en los 18 kilómetros de Playa Moín, entre las que están la recopilación de datos de las tortugas, la protección de sus nidos y el traslado al vivero, ubicado cerca de la nueva terminal.

En la TCM contamos con un equipo de ocho personas entre biólogos, especialistas en temas de conservación y veterinarios quienes se encargan de velar por el rescate, atención y resguardo de las tortugas marinas, a lo que hay sumar la colaboración de voluntarios. Como parte de este esfuerzo, durante la temporada 2016 se protegieron 172 nidadas, las cuales produjeron 4.866 neonatos.

Aunado a ello, en 2016, junto con el Ministerio de Educación Pública, se capacitó a 30 maestros de biología en temas de conservación, para que, dentro del currículo escolar, pudieran impartir el programa de educación ambiental de la TCM en escuelas y generar conciencia, entre niños y jóvenes, sobre la importancia de proteger a estos reptiles.

Las tortugas marinas son uno de nuestros tesoros. Su extinción significaría un desastre ambiental. Costa Rica, como uno de los países referente en temas de conservación y biodiversidad, necesita proteger a esta especie. No se trata de un capricho, es una necesidad que debemos asumir responsablemente, por el bien del planeta.

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