Opinión

La lengua de Cervantes o el privilegio de hablar español

El idioma es uno de los tesoros más valiosos que cualquier sociedad tiene y es, además, algo de lo que cualquier hablante debe estar orgulloso

El idioma es uno de los tesoros más valiosos que cualquier sociedad tiene y es, además, algo de lo que cualquier hablante debe estar orgulloso. Según el Instituto Cervantes, el español es, exceptuando el chino, el idioma más hablado del mundo; más de 480 millones de personas tienen el privilegio de atesorarlo como su lengua materna. Asimismo, el español se estudia en 107 países. De esta manera el español es una lengua viva y universal. El mismo Sigmund Freud aprendió nuestra maravillosa lengua, para poder leer los escritos originales de los autores hispánicos, especialmente los de Miguel de Cervantes, creador de la obra maestra de la literatura universal: El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha.

Así, es lamentable ver el repugnante hábito de enajenación que se ha reproducido entre muchos de los hispanohablantes, cuando en sus diálogos insertan palabras ajenas a nuestra lengua materna que perfectamente se podrían decir en español. Incluso se puede ver y escuchar cómo insertan en sus ideas oraciones enteras en idiomas foráneos. De esta forma, es posible encontrar por ahí personas que usan la palabra outfit en vez de “ropa” o “vestimenta”, usan password en vez de “contraseña”, usan hobby en vez de “pasatiempo”, usan khowhow en vez de “experiencia”, usan skills en vez de “habilidades”, entre otra gran cantidad de expresiones de este tipo.

Lo más preocupante de esta situación, lejos de la aberración que constituye por sí sola, es que algunas personas hacen esto porque asumen que decir muchas palabras extranjeras, especialmente provenientes del inglés, los incorpora a una mejor condición social, cuando lo único que demuestran es su ignorancia. Usemos más “te amo” en vez de love you, más “genial” en vez de cool, más “perdón” en vez de sorry, más “compras” en vez de shopping

Por supuesto que se pueden usar palabras extranjeras en una conversación, cuando estas son nombres propios o cuando no existe una traducción precisa, entre otros casos. Por otra parte, así como el español toma prestadas palabras del inglés, el italiano o el francés, estos idiomas también se apropian a veces de palabras de origen español o de algún otro idioma, con lo cual no hay ningún problema. No obstante, no existe menester de corromper las frases que pronunciamos agregando palabras extrañas a nuestra lengua, para las cuales existe una traducción precisa.

El motivo de este artículo, por supuesto, no es atacar a los demás idiomas ni dar mayor estima a uno que a otro. Después de todo, entre más idiomas aprende una persona, en mayor medida se enriquece a sí misma. Como alguna vez dijo Cervantes “el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho”. Ciertamente al igual que Freud aprendió español para leer a Cervantes, a muchos les gustaría tener las facultades para leer a Dante Alighieri en italiano, a Alexandre Dumas en francés o a William Shakespeare en inglés. Las lenguas son amigas del conocimiento y del arte, sin embargo, se debe aprender a disfrutar cada una desde su propia individualidad.

En fin, a sabiendas de que cada individuo habla como quiere, es importante también que cada persona conozca sus vicios y la posibilidad latente que siempre existe de corregirlos. Más importante aún es que cada hispanohablante sepa el privilegio y el orgullo que ostenta por hablar español, la lengua de Cervantes.

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