Cuando los españoles llegaron a Cuba fue una gran desgracia para los nativos, destrozaron el edén donde una humilde raza de indios vivían como Dios había dispuesto; seguramente que la forma de vida de aquellos no maltrataba la naturaleza, los bosques llenaban la isla de punta a cabo, los ríos daban todo el pescado para alimentarse y en fértiles praderas cosechaban la yuca de la cual elaboraban el casabe que trascendió hasta hoy, seguramente recolectar frutas y verduras no sería muy difícil en bosques vírgenes.
La frase de Colón: Esta es la tierra más hermosa que ojos humanos vieron, se puede decir también hoy, sin embargo la desgracia nos acompaña desde entonces; los españoles desaparecieron una cultura a punta de látigo, obligando a los nativos a trabajar duro y transmitiéndoles enfermedades mortales de la época y cuando se vieron dueños, pero solos, trajeron a nuestros hermanos africanos, que sirviendo de esclavos, no solo contribuyeron a la prosperidad de España, sino que junto a los españoles dieron surgimiento a una generación de criollos y así a una nacionalidad, la cubana; por todo esto Nicolás Guillén, el poeta nacional sentenció: el que no tiene de Congo tiene de carabali.
Los españoles fueron dueños y señores de una riqueza natural incalculable, y a España fue toda esta junto a la que encontraron en todo el Caribe y parte de América, dominaron por cuatro siglos excepto en 1763 en que La Habana cayó en manos de los ingleses por 11 meses, los 11 meses más prósperos de la ciudad,11 meses en que los criollos cubanos no tuvieron la desgracia del zapato del español sobre su cabeza y pudieron hacer negocio libremente, pero alegría en casa pobre dura poco pues los españoles no podían perder La Habana, la llave del golfo y la negociaron por la Florida y volvió nuevamente la desgracia sobre el próspero criollo cubano, pues sus mercancías tenían que ir al puerto de Cáliz y allí los españoles eran los que controlaban los precios de ese mercado.
Llega una nueva época y a fines del siglo XIV los cubanos logran la paz pero sin independencia, los españoles se retiran de Cuba, pero aparecen en escena los norteamericanos manipulando a gobiernos títeres que respondían a sus intereses, atropellando a una población que vive la desgracia del hambre, el analfabetismo, falta de empleo, en fin, una desgracia que hace que un grupo de jóvenes combatan a un gobierno que no respondía a los intereses de un pueblo humilde.
Es así como triunfa la Revolución cubana en 1959 y todo iba muy bien hasta que en 1961 proclaman el carácter socialista del estado cubano y empiezan a expropiar a todos los dueños, grandes y chicos; en este párrafo tengo que recordar a Eloisa, una señora de edad avanzada y que era propietaria de un pequeño negocio en mi pueblo natal y en la madrugada que la expropiaron no le permitieron sacar del negocio ni siquiera el poquito de café para colar como cada mañana; así empezó una nueva desgracia para un pueblo que lleva 50 años esperando se cumplan las promesas por las que tantos jóvenes dieron sus vidas.
Es cierto que la salud es gratis y la educación también, pero la desgracia de salarios equivalente 1 o 2 dólares diarios es algo realmente inhumano, comer es el acto más humano que existe, comer en familia un deseado menú pudiera parecer algo normal pero acá es muchas veces literalmente imposible.
En medio de una apertura económica, que no es tal apertura, se anuncia la visita de Obama, presidente del país al cual se le achaca la culpa de todas nuestras desgracias, y yo, aún un poco confundido me pregunto: ¿Veremos los cubanos de a pie los resultados de este cambio de política? Me imagino que para el ambiente diplomático será bueno, pero, para mí, cuando me siente en mi mesa, podré sentir el cambio en unas relaciones, que, según me han dicho durante 50 años, es la culpable de todas nuestras desgracias.
Todos esperamos con ansias por el desarrollo de esta visita, es el tema de hoy por doquier; es tanta la necesidad que pretendemos ocurran milagros sin que bajen los santos, pero estoy seguro que los milagros los hacen los propios pueblos, guiados por líderes que se acuestan cada noche pensando y soñando cómo mejorar la vida de los suyos y se levantan haciendo realidad esos sueños.
Espero que el señor Obama dialogue con nuestros líderes y escuche el bello cuadro que le dibujarán, pero que se interese por los salarios de un pueblo que se sostiene básicamente de un mercado negro al que no todos pueden acceder. Me gustaría se interesara por saber cómo se revierten las ganancias del turismo pues la canasta básica es la misma que cuando no llegaban turistas al país.
Sería muy bueno que preguntase ¿cómo un país puede ser una potencia médica a la vez que tiene tantos médicos prestando servicios en tantos países del mundo? En fin, quisiera que el acontecimiento diplomático, más importante en la isla en los últimos 50 años, sirva no solo para un buen reportaje en los grandes medios de comunicación sino para un mejoramiento significativo en la vida de un pueblo que vive solo de la esperanza que mañana todo pueda ser diferente.
Y si mañana algo, solo algo es diferente, habría cumplido el objetivo esta visita, de lo contrario, si todo sigue igual, habrá sido un fracaso más.