Opinión

Honduras: Extradición del ex narco dictador Joh

¿Qué significa y qué hacer?

El ex narco dictador, Juan Orlando Hernández (JOH), fue finalmente extraditado  a EE. UU. Cercado por el ejército (que antes le guardó servil fidelidad), en medio de un gran despliegue militar, escoltado y esposado, se convirtió en todo un espectáculo mediático internacional. Compartimos la enorme alegría de nuestro hermano pueblo hondureño, que ha sufrido con creces la terrible pesadilla sangrienta de JOH. Sin duda, es un gran triunfo del aguerrido pueblo hondureño. Sin embargo, hay que analizar crítica y serenamente la situación actual y perspectivas.

¿Qué es Libre?

Honduras tradicionalmente ha estado sometido a un bipartidismo. La tradición liberal en Honduras ha expresado a los sectores de la burguesía media urbana y terrateniente, vinculados a la producción para el mercado interno, como el propio Mel Zelaya, terrateniente de Olancho, que ha captado el entusiasmo popular con un discurso progresista, mientras  su partido ha sido objeto de recurrentes golpes y persecución política por parte de la siniestra cúpula del Partido Nacional (“cahureco”), que representa a la oligarquía exportadora, financiera y a la mafia narco, agente del imperialismo gringo.

Libertad y Refundación (Libre) se constituye con el sector del Partido Liberal, con fuerte arraigo y apoyo de organizaciones sindicales, juveniles  y populares;  en alianza con el Partido Salvador de Honduras (PSH), de centro derecha, cuya cabeza es el exvicepresidente depuesto, Salvador Nasralla; pequeños reductos de la antigua socialdemocracia y el socialcristianismo; grupos y activistas provenientes del extinto Partido Comunista, las organizaciones guerrilleras de los 70-80 y  hasta algunas figuras provenientes del trotskismo. Es decir, se trata de una amplia y variopinta  coalición, con la aspiración de cambiar, por la vía electoral, a la narco dictadura de JOH, como en efecto sucedió. Y de esa manera Libre asumió el Poder Ejecutivo, encabezado por Xiomara Castro (esposa del caudillo  Mel Zelaya), con una multitud de alianzas.

El forcejeo parlamentario en la propia toma de posesión de Xiomara

Coalición electoral no tardó en fracturarse con la maniobra a la que se prestó un sector de Libre, con dos directivas parlamentarias confrontadas, la oficial de Libre, bajo el mando de Luis Redondo, y otra encabezada por el desertor Jorge Cálix (presuntamente allegado a Mel Zelaya) y los cachurecos. La crisis parlamentaria fue breve. El forcejeo por la directiva parlamentaria es clave para el control de la Corte Suprema de Justicia (CSJ); así como restarle espacio al partido de Nasralla. Forcejeo que ya concluyó, poco antes de la extradición del tirano JOH, no por casualidad.

La extradición: ¿Es una graciosa concesión de EE. UU.?

Conversando con un apreciado camarada hondureño sobre la extradición de JOH hacia Estados Unidos, señalaba: “Ellos (el imperialismo gringo) lo crearon, que ellos se lo lleven”. No concordamos con esa postura.

¿Por qué? Justamente porque la potencia gringa no tiene una pizca de autoridad política y moral para juzgar al narco dictador, pues como bien señaló el mencionado camarada catracho: es su propio Frankenstein.

Se puede replicar con razón: ¡Pero sucede que la Corte Suprema de Justicia fue impuesta a dedo por la narco dictadura! Así las cosas, se podría concluir: no hay esperanza alguna en ese podrido marco institucional para que sea juzgado, realmente y con dureza, el jefe máximo de la banda criminal. Cierto, no obstante, la extradición para nada es una generosa colaboración de Biden y sus halcones como Blinken, tiene un gran trasfondo.

El pueblo catracho debería enjuiciar a JOH y su banda, no el imperio gringo

¿Pero cómo se podría hacer eso?, me podrían ripostar, si precisamente no existe marco ni garantía institucional para hacerlo. Respondo de inmediato: pues de lo que se trata es de demoler la institucionalidad podrida, colonialista y represora que subsiste. Cuando decimos que es el pueblo hondureño el que debería enjuiciar a JOH, a sus asesinos y cómplices por crímenes de lesa humanidad, no lo vemos como una abstracción, como algo imposible. Estamos pensando en generar al menos una justicia popular y soberana.

Porque no se trata de deshacerse de un títere gringo y capo narco, que de seguro será relevado por otro capo de recambio en esa banda criminal. No, se trata de resolver de raíz el problema. Refundar realmente el país y no cosméticamente. Por ello, una consigna fundamental y urgente que se impone para avanzar es: ¡destituir ya a la Corte corrupta heredada por la narco dictadura!

La verdad detrás de la extradición

Es más que evidente que el imperio gringo le zafó la tabla a JOH. A diferencia de la administración Obama (demócrata) y Trump (republicano), Biden se percató que era insostenible y lo desechó. Ya no le es útil, requiere recomponer el régimen, para someter al Estado colonial y garantizar la continuidad de su dominación estratégica. Por otra parte, la potencia  EE. UU. es decadente:  está perdiendo terreno comercial y militar en el mundo, particularmente en Asia Central, Medio Oriente y parte de Europa, y más que nunca debe asegurar el control más férreo posible de sus patio trasero: América Latina y muy especialmente: México, Centroamérica y el Caribe, área de seguridad vital de EE. UU. De la misma forma que la heroica e inevitable insurrección nicaragüense, y la extensión de su ejemplo como un volcán en el istmo centroamericano, obligó al expresidente de EE.UU.,  Carter, y a la socialdemocracia internacional a promover la caída de Somoza, para contener y desgastar al sandinismo, que terminó degenerando y firmando el nefasto Plan de Paz de Esquipulas II, que le valió el Premio Nobel de la Paz al oligarca costarricense Oscar Arias.

La decisiva visita de Kamala Harris, vicepresidenta de EE. UU.

Kamala Harris, vicepresidenta de EE. UU., viajó a Honduras  (incluso sus emisarios viajaron antes de las elecciones) y ella en persona después de efectuarse las mismas, a negociar la transición ordenada y permitir como salida inevitable la asunción de Xiomara Catro, pese los fraudes recurrentes que anteriormente los EE. UU. han auspiciado o  tolerado.

Bajo riesgo de caer en su trampa siniestra, es fundamental no capitular al imperialismo gringo, sus militares serviles y aliados. Es un millón de veces justo y necesario someter a juicio y castigo de una vez por todas a JOH y su pandilla de corruptos, narcos y criminales, al mismo tiempo que el pueblo recupera lo que se robaron. Nada de borrón y cuenta nueva, como ocurre hoy, pues la sanguinaria cúpula militar y delincuentes de alto vuelo de la narco dictadura están hoy impunes.

  1. UU. buscará, como es su costumbre, pactar condenas, confiscar toda la plata en banco y propiedades, para ingresarlas a sus arcas monetarias.

Recordemos que Honduras es clave para frenar la migración de hambrientos centroamericanos (ya pactaron con López Obrador al respecto). No olvidemos que Honduras sigue siendo un Estado colonial y geoestratégico. En sus negociaciones y presiones, EE. UU. está imponiendo, a capa y espada, la impunidad al grueso de la oficialidad militar masacradora y su enclave militar geoestratégico de Palmerola (diagonal a Cuba en el Caribe), principal base de acopio y distribución del mayor cartel narco del mundo: la DEA, así como la continuidad del paraíso fiscal extraterritorial de las Zonas de Empleo y Desarrollo ZEDE  (Se recomienda leer: Las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE), y el perfeccionamiento de los mecanismos de despojo en Honduras https://www.redalyc.org/journal/153/15363782007/html/ ). Obviamente, Biden, aunque se disfraza de demócrata, es el conspicuo representante de Wall Street y el Pentágono.

¿Gobierno de colaboración de clases?

Hay una gran discusión en el seno de la izquierda hondureña y centroamericana. Algunas voces se apresuran a calificar al nuevo gobierno de Xiomara como un gobierno revolucionario (sic). Otros sectores, grupos y activistas creen que se trata de un gobierno de colaboración de clases (similar al de Kerensky que combatieron y derrotaron en la acción de masas a los bolcheviques rusos). En esta tesis se supone es un gobierno compartido entre una fracción “progresista” de la burguesía del Partido Liberal (Mel Zelaya), Nasralla, por un lado,  y las organizaciones obreras y populares, que lo respaldan, por el otro; se trata, según esta visión de un gobierno en disputa. Discrepamos de esas caracterizaciones del nuevo Gobierno.

Gobierno de pacto social con aval de EE. UU.

No por casualidad, la extradición y captura de JOH se firmó el mismo día de la toma de posesión de  Xiomara, cuando aún su nueva administración no ejerce funciones ejecutivas, justamente estando formalmente en funciones la dictadura del Partido Nacional (narco corrupta hasta la médula y masacradora). La orden la dio el propio Estados Unidos.

Por otra parte, la repartición de puestos ha sido una gran pugna interna en Libre o una verdadera rebatiña entre los distintos sectores, aparatos, partidos. El resultado: hay personajes como el Ministro de Desarrollo Económico de Honduras, Pedro Barquero, de la oligarquía financiera, el Ministro de Salud, José Manuel Matheu, del Opus Dei (desmovilizador en su tiempo del gremio de trabajadores de la Salud, Sitramedhys), mientras el Ministerio de Defensa lo asume el propio Mel Zelaya (y nombra como nuevo Jefe del Estado Mayor del Ejército al contraalmirante José Fortín). En apariencia, de forma contradictoria, en ese mismo gobierno se nombra como Ministro de Educación a Arnaldo Bueso (quien militó en el PST trotskista) y como Ministro sin cartera de Comunicaciones y Estrategia a Milton Benítez, El Perro Amarillo, que encabeza la agrupación Honduras Humana, muy popular por su programa radial con denuncias frontales contra la hoy extinta narco dictadura.

Me parece que queda claro que el nuevo gobierno de Libre pactó (antes de las elecciones) con Kamala Harris a fin de volver al redil gringo (y dejar sus coqueteos con China), con la bendición del mayor grupo oligárquico local de Flores Facusse, cuyos cuadros controlan ministerios claves como Economía y Salud, al mismo tiempo, que con la concesión de algunos ministerios y puestos calma a la base radicalizada obrera, juvenil, campesina y popular de Libre, y así simula ser un gobierno en disputa. Pero nunca hay que confundir la dirección de un gobierno o partido con sus bases.

Se reafirma que el gobierno de Xiomara es fruto de un pacto social, de unidad nacional, con la venia de Biden y la CIA, para controlar, entubar y cerrar la caudalosa primavera democrática que derrotó a JOH con la persistente y valerosa lucha del hermano pueblo hondureño.

Conclusión: 4 grandes tareas pendientes:

1) ¡Por la segunda y verdadera independencia!: Demoler al estado colonial ocupado por los yankis

2) Unir a las fuerzas revolucionarias con un programa consecuente

3) ¡Juicio y castigo a todos los asesinos, narcos cachurecos que sostuvieron a JOH y desmantelar totalmente su régimen oprobioso! Cero impunidad

4) Y estratégicamente en esta etapa: ¡Asamblea constituyente, libre, soberana, popular y originaria, para refundar al país sobre nuevas bases!

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