UNO. Hay que remitirse a los hechos, y estos dicen que para el 2017 se tendrá un escenario base, de algún tipo de austeridad para la función pública. Sobre esto, se puede como en casi todo, tener perspectivas y visiones al respecto. Uno se puede limitar a ofrecer la que construye y comprende desde el lugar/tiempo que vive. Los recortes han sido muchos y no es menester el centrarse en todos. Me gustaría al menos intentar dar una visión para lo que sucedió con el Instituto Meteorológico Nacional (IMN).
DOS. La reducción en la partida para capacitaciones para meteorólogos, disminución para la compra de insumos y materiales, su mantenimiento e incluso la seguridad de estos. Cuando me enteré de lo anterior, solo alcancé a recordar que no hacía mucho, un huracán había pasado por el país, y bueno, los pronósticos del IMN (esto es importante) ayudaron a reducir un poco el riesgo ante la amenaza. De otro modo, desde un humor negro, uno podría interpretar que las personas diputadas, al realizar estos recortes en específico habrán dicho en grupo: “Ay deporsí aquí nunca pasa nada y Dios y la Virgen nos protegen”. Error. Gracias al IMN y la educación que realizan en estos temas junto a otros profesionales, posiblemente ayudaron a prevenir una desgracia aun mayor. Pero en Cuesta de Moras, así es como premian.
TRES. Matices. El IMN es de esas instituciones que realizan una labor silenciosa. Salvo cuando salen en los noticieros dando noticias sobre el tiempo o informando sobre un fenómeno hidrometeorológico en particular, por así decirlo, el resto del tiempo ni nos enteramos que un grupo de profesionales están, trabajan y proporcionan datos para toma de decisiones. Por otro lado, tenemos una Asamblea Legislativa (A.L) donde en su mayoría 57 diputados se dedican a «figurar»; discusiones insulsas, sin contenido y donde literalmente mediante el “control político” se pasan de administración en administración sin resolver temas; aparte son 57 personas con un salario nada molesto; estos también pareciera son silenciosos en su trabajo (pero aquí habría que interrogarse si lo son producto de la necesidad, siendo más bien el rechazo a un “control político” de parte de la ciudadanía que hace que a manera de código secreto de Cuesta de Moras esto sea así). Conclusión: En el IMN de manera silenciosa las personas ahí realizan una labor importante; no nos gobiernan, pero sus datos pueden ayudar al país. Por otro lado en la A.L.…sí, son silenciosos (al propio ¿?), nos “gobiernan” y con los datos a veces, pareciera que bueno… solo sirven para el archivo.
CUATRO. Datos fríos. 19 diputados que al momento de la discusión estaban ausentes o decidieron “salirse” de la sesión (se puede revisar en el acta ORDINARIA N. º 109 DE 29-11-2016). De esos, cuatro pertenecían a la provincia de Alajuela; dos a la de Limón; y uno a la de Puntarenas. El resto se reparte entre San José, Heredia y Cartago; de Guanacaste todos estuvieron presentes. Aquí en orden quisiera establecer estas preguntas: 1) ¿Los diputados de Alajuela-Limón-Puntarenas podrían volver a ver los ojos a los habitantes de su provincia, si otro huracán u efecto directo de este pasara por su territorio, cuando ni siquiera estuvieron en la discusión de fondo el día que hablaron del presupuesto y recortes al IMN?; 2) ¿Los diputados de Cartago-Heredia-San José son portadores del discurso innato del Valle Centralismo y entonces NUNCA nos va a pasar nada?.
CINCO. El IMN posiblemente seguirá desarrollando su labor de una forma ardua y comprometida. Sobre lo que hacen los «silenciosos» en Cuesta de Moras, como ciudadanía es necesario replantear lo que sigue, porque pa’luego es tarde dicen… y el 2018 está cerca; a veces es bueno al menos intentar tener memoria a corto plazo y no olvidar. Tarea pendiente.
