Opinión

El Estado tiene religión confesa

Con alegría leí en el periódico La Nación, una noticia publicada el domingo 10 de enero del presente año, donde se establece que el MEP

Con alegría leí en el periódico La Nación, una noticia publicada el domingo 10 de enero del presente año, donde se establece que el Ministerio de Educación Pública, siguiendo un mandato de nuestra Sala Constitucional, cambiará los programas de educación religiosa en las escuelas y colegios, por estar estos centrados en el catolicismo, a programas que colaboren en la formación integral o el desarrollo pleno de la persona, mediante la enseñanza de una dimensión espiritual trascendente y religiosa del estudiantado.

El artículo 75 de nuestra Carta Fundamental establece que la religión del Estado Costarricense es la Católica, Apostólica y Romana, permitiendo otros cultos que no se opongan a la moral universal, ni a las buenas costumbres.

Costa Rica confesó una religión y la historia mundial ha demostrado que esta manifestación ha traído consigo, como consecuencia, problemas de enfrentamientos sociales donde se contraponen criterios alrededor de los diferentes cultos religiosos, llegando estos, en algunos casos a manifestarse, en conflictos extremos no deseados.

No hace mucho hubo una polémica nacional, centrada en la figura del entonces exministro de la Presidencia, de la actual administración, Melvin Jiménez, por ser este Ministro de la República y a su vez Sacerdote Luterano; precisamente por el hecho de que Costa Rica tiene una religión confesa constitucionalmente establecida. Al respecto, también se aplicó, la máxima de nuestra Constitución Política que establece que para ser Ministro de la República, hay que pertenecer al Estado Seglar. La Sala Constitucional se pronunció y estableció que esta norma solo aplicaba a la religión Católica, y que esta había sido la intención original del Constituyente, por lo que se hizo una evidente discriminación, permitiendo a los sacerdotes de otras religiones que no fueran de la Católica, participar en el Ejecutivo sin problema alguno.

Precisamente, por estas situaciones que ocasionan el choque entre religiones, es que los estados, al menos los de cultura Occidental, han venido, en los últimos tiempos, poco a poco secularizándose, no confesando una fe religiosa para así dar paso a una espiritualidad moderada, donde las religiones convivan en paz y armonía, guiadas bajo principios éticos fundamentales.

Pero todo este proceso debe comenzar con una formación desde el seno del hogar, desde que el niño entra en contacto con la sociedad, hasta que termina su carrera por la vida. No es sino a través de la educación que se puede lograr este cambio en las posiciones religiosas radicales… mostrando alternativas, enseñando ética y la importancia de una vida espiritual respetuosa.

Por el hecho de que un Estado tenga una religión adoptada, es que se manifiesta de manera indirecta, un rechazo a otros credos religiosos que no sean el confeso por el Estado, apareciendo así la necesidad de establecer, estados laicos, en el que la nación o estado, es independiente de cualquier organización o confesión religiosa y donde las autoridades políticas no profesan ningún tipo de afinidad religiosa, ni estas creencias religiosas influyen en la vida del país. Esta posición, es en mi opinión personal, la ideal, ya que esta condición de estado laico determina que exista una nula injerencia religiosa en los Poderes del Estado.

Este proceso, en que los estados se declaran laicos, viene en contraposición a los estados confesionales, que poco a poco se van radicalizando al profesar una fe religiosa y que llegan al extremo de declarar guerras para expandir la fe que profesan. Esto nos lleva a plantear la necesidad de un cambio tanto en la cultura Occidental como en la Oriental, para que se vaya adoptando una posición de vida más pacífica, de respeto y tolerancia religiosa, en este mundo en el que miles de personas mueren en nombre de una religión.

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