Opinión

Entender la historia de la reforma social

En la página xxiv del sugerente y documentado libro del doctor David Díaz Crisis social y memorias en lucha

En la página xxiv del sugerente y documentado libro del doctor David Díaz Crisis social y memorias en lucha: guerra civil en Costa Rica, 1940-1948 (2015), se comenta mi trabajo Secretos de un acuerdo. Monseñor Sanabria y Manuel Mora. Junio de 1943 (2013). Ofrezco las siguientes aclaraciones para defender que la reforma nació de la triple alianza entre Calderón Guardia, monseñor Sanabria y Manuel Mora.

  1. Tanto David Díaz como Iván Molina han procurado desacreditar a doña Ivonne Clays, primera dama del presidente Calderón Guardia, políglota, de exquisita cultura y cercana a las gestiones del gobierno. Necesitan desautorizarla para, a su vez, invalidar las declaraciones de Manuel Mora dadas a Óscar Aguilar B., publicadas en su libro sobre la guerra civil del 48. Mora relata se le convocó a una reunión para preparar el golpe de Estado contra Calderón, promovido por personas ligadas al capital. El líder comunista rehusó participar y propuso al presidente ayudarlo a sostenerse en el poder e impulsar juntos la aprobación de las Garantías Sociales y el Código de Trabajo, que no avanzaban en el Congreso. El relato de Mora acarrea consecuencias ineludibles para la interpretación de proceso de reformas, motivo por el cual algunos investigadores han procurado negarlo.

Para anular la validez del testimonio de Mora se adujo que era el único testigo. Cuando apareció un segundo testimonio, el de doña Ivonne, convergente con el relato de Mora, Molina alegó que el entrevistador, Guillermo Villegas H., había formulado preguntas tendenciosas para obtener una respuesta predeterminada. Sin embargo, en una entrevista posterior, hecha por Miguel Acuña, la señora Clays reafirmó lo declarado, pero Molina continúa guardando silencio (ver La Nación 23 nov. 2014).

  1. Por su parte, Díaz intenta descalificar el testimonio de Clays poniéndola a decir algo absurdo: que Franklin D. Roosevelt impuso nuestra reforma social. Argumenta Díaz que, siendo esta opinión insostenible, a doña Ivonne tampoco se le puede creer lo relativo al complot.

En realidad, ¿qué dijo doña Ivonne? Transcribo de Miguel Acuña, Ivonne Clays: testigo de la Neurosis de una Administración, p. 34s. “(Roosevelt, para derrotar al comunismo) recomendó iniciar, de inmediato, una reforma de las estructuras sociales (…) se trataba de un sistema sencillo de seguros, pagado en forma tripartita: el Estado, los patrones y el obrero”. Asimismo, propuso para defenderse de la conjura comunista, “una policía muy bien entrenada, de ser posible por los propios americanos”.

Opino que las declaraciones de Clays, contenidas en dos libros, son una valiosa fuente que, como toda fuente, requiere una crítica responsable y cuidadosa. Es exagerado convertir la recomendación de Roosevelt en una imposición. Pero sirvió para avalar el propósito reformista de Calderón, algo decisivo habida cuenta de las reformas sociales abortadas manu militari por Estados Unidos en Centroamérica y el Caribe. Que el New Deal haya sido podido ser una fuente de inspiración, lo indica en el prólogo el tutor de Díaz, profesor Jeffrey L. Gould. Ahora bien, no concuerdo con doña Ivonne en restar importancia a los factores internos: el catolicismo social de Calderón y de Sanabria (y los respectivos seguidores) y el comunismo criollo. (No es esta la oportunidad para una valoración del conjunto de los testimonios de Ivonne Clays).

  1. Díaz afirma que Mora expresó que la reforma social “fue idea suya”, cosa que –hasta donde sé- don Manuel nunca aseveró.
  1. Díaz sostiene que partir de las declaraciones de Clays no se concluye que las intentonas golpistas hayan ocurrido antes de setiembre de 1943. No indica por qué otorga tanta importancia a esa fecha, aunque supongo que por la aprobación definitiva de la reforma social y que, entonces, las tentativas golpistas no habrían tenido por objeto impedir la reforma social. De ser así, el relato de Mora sobre la conjura golpista sería inútil. En mi opinión, la fecha de la entrevista entre Calderón y Mora, cuando se delató el complot, pierde relevancia si se valora la trayectoria conjunta de ambos políticos, quienes conversaron no una sino muchas veces, lo que les permitió pasar de adversarios a aliados para aprobar y luego defender la reforma social. Juntos favorecieron la victoria electoral de Teodoro Picado y lo sostuvieron en la presidencia enfrentando una oposición despiadada. Pertenecieron al mismo bando en la guerra del 48 y experimentaron el exilio. Por algo sus adversarios crearon el término calderocomunismo.

¿Por qué un presidente católico acepta un aliado que le traería tantos problemas? Para Calderón aliarse con los comunistas era casarse con el diablo, ponerse en la mira de los cañones del anticomunismo, aunque en 1943 los EE.UU y la URSS luchaban juntos contra los nazis. Escribir historia rebasa el agrupar acontecimientos para formar un relato; implica explicar el porqué de los hechos. La circunstancia indispensable para que se produjera una alianza preñada de tormentas fue la amenaza cierta de un golpe de Estado, del que tenemos los testimonios de Mora y de Clays, y la voluntad compartida e invencible de lograr la reforma social.

Ya que tanto interesa a Díaz datar la alianza Calderón-Mora, le sugiero buscarla en fecha próxima a la del acuerdo entre monseñor Sanabria y el líder comunista (junio de 1943), igualmente riesgoso, sin el cual dicha alianza perdía mucho de su fuerza. Todo se hizo por la urgencia de respaldar la reforma social, gravemente amenazada. Con esa finalidad, el partido de Manuel Mora, pasó a llamarse Vanguardia Popular y aceptó un programa social enmarcado en las encíclicas papales. Por su lado, el arzobispo autorizó a los católicos ingresar en el Vanguardia Popular y participar en sus sindicatos.

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