Opinión

Enfermería en Salud Mental

Siempre existirán opiniones diversas en cuanto a un tema, pero ninguna que no pueda ser resuelta a través del diálogo y la negociación

Siempre existirán opiniones diversas en cuanto a un tema, pero ninguna que no pueda ser resuelta a través del diálogo y la negociación. Es inadmisible utilizar herramientas como la desacreditación, la violencia o el esquema patriarcal para defender una posición desarrollada por estigmas y discriminación entorno a una disciplina.

El campo de la salud, en específico de la salud mental, tiene muchas áreas de intervención que trabajan por el bienestar común. Por ejemplo: la Enfermería en Salud Mental, la psiquiatría, la psicología, entre otras, y todas merecedoras de su reconocimiento. A pesar de esto, parece que dentro de la diversidad no existe “comunión” y se prefiere invertir el tiempo en procesos legales absurdos de censura, entorpeciendo la atención de las necesidades de la población.

En contraposición a las ideas globales de mercado que capitalizan y privatizan el conocimiento, se puede decir que en su esencia no tiene dueño, en cambio, se ha creado para el fortalecimiento de la humanidad a través de las disciplinas científicas con un sentido colaborativo, no territorial. Lo anterior, lo menciono en defensa de los aportes propios de la Enfermería, negados y discriminados de manera caprichosa. En este caso, me referiré a la Enfermería en Salud Mental (ESM), como profesión crítica y analítica, para que quienes la demeritan tengan claridad en su ser, saber y hacer independiente.

Desde un punto de vista epistemológico, el fundamento conceptual de la ESM tiene un enfoque de determinantes sociales, es decir, sus estrategias de atención son ante todo de promoción, y no curativas. La ESM promueve la atención comunitaria, dejando de lado la institucionalización de las personas. Su intervención es guiada por teorías de Enfermería que tienen como propósito dirigirla, tomando en cuenta los principios de la promoción de la Salud Mental y la prevención de la enfermedad mental como Derechos Humanos, ciudadanía, libertades, democracia y solidaridad. Algunas de las teorías son las Relaciones Interpersonales en Enfermería, el Modelo de Sistemas de Neuman, el Modelo de Stuart de Adaptación del Estrés en Enfermería psiquiátrica, entre otras.

Además, la ESM se fundamenta metodológicamente en el proceso de Enfermería compuesto de cinco etapas: valoración, diagnóstico, planeación, ejecución y evaluación. El proceso garantiza la validación de la intervención independiente a las indicaciones de otros. A través del proceso se busca comprender las necesidades de las personas tomando en cuenta todas sus aristas para confortar, en tanto se visualizan los diagnósticos centrados en la respuesta de la persona. De esta manera, el proceso de trabajo en ESM funciona de una manera distinta a los diagnósticos médicos integrados en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-V). Por esto, al trabajar en sus respuestas, se brindan herramientas para que tomen control de los determinantes por medio del empoderamiento en el marco de la Atención Primaria de Salud.

Como se puede observar, la ESM no es una idea antojadiza ni caprichosa sino que tiene bases claras en las que se fundamenta su intervención. Debido a razones obvias, no se expuso en totalidad sus competencias, solo se escribió lo básico. Por lo tanto, los colegas de la salud mental al caracterizar a una profesión como técnica y asistencial caen en una opinión vaga y carente de fundamento. La persecución es la idea más subdesarrollada jamás inventada, es la antítesis del Humanismo, la intelectualidad, la ética y la seguridad en sí mismo.

Al contrario, desarrollemos nuestro pensamiento para que juntos elaboremos propuestas según las políticas que el país visualiza en sus planes, proyectos o programas para el mejoramiento de la calidad de vida en la sociedad costarricense.

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