Opinión

El combo fiscal y el crecimiento económico

He analizado los debates generados a partir del combo fiscal.

He analizado los debates generados a partir del combo fiscal. La discusión central es: ¿qué tan regresivo o progresivo es el proyecto 20580? Entendemos que una reforma tributaria es regresiva si implica un cobro desigual de impuestos entre ricos y pobres. Por el contrario, decimos que es progresiva cuando hay un cobro proporcional a sus ingresos entre los ricos y los pobres, lo que denominamos justicia tributaria.

Hay varios estudios que demuestran la regresividad del proyecto en cuestión. En este artículo, además planteó otro problema mayúsculo: el llamado combo fiscal excede con creces la materia tributaria e introduce arbitrariamente un deterioro del empleo público. Sin embargo, cabe remarcar que en las presentes líneas me concentro en subrayar el impacto en el crecimiento económico que puede generar dicho proyecto.

Se sabe que el impuesto al valor agregado hará contraer el consumo de la población, debido al aumento en los precios de los bienes y servicios que este va a provocar. Asimismo, los recortes a los componentes del sector publico harán disminuir el poder adquisitivo de este sector, impidiéndoles mantener el consumo actual.

También debemos saber que las reglas fiscales, incluidas en el capítulo 4 del proyecto, implican una disminución en el crecimiento del gasto corriente del Gobierno central en relación con el aumento de la deuda pública y el crecimiento cuatrianual promedio del Producto Interno Bruto (PIB). Esto es sumamente grave, pues hay tres variables: 1) el consumo de los hogares costarricenses 2) el ingreso de los trabajadores del sector público y 3) el gasto del Gobierno.

Estas son las que paradójicamente levantaron y siguen levantando el crecimiento del PIB. De acuerdo con el Banco Central de Costa Rica, podemos analizar la siguiente tendencia (Véase Gráfico 1).

Nos damos cuenta de que efectivamente la demanda interna, la cual se desdeña y está encabezada, en primer lugar, por el consumo de los hogares costarricenses y, en segundo lugar, por el gasto del gobierno, es una de las variables que más aporta al crecimiento económico del país y que será precisamente más reducida e impactada por el Impuesto al Valor Agregado (I.V.A), los recortes a las remuneraciones del empleo público y las reglas fiscales. Esto nos puede llevar a dilucidar el siguiente cuestionamiento: ¿es verdaderamente la reforma fiscal una propuesta que nace desde un horizonte técnico- científico o es la concatenación de propuestas que obedecen a los poderosos intereses de los beneficiarios de este combo fiscal regresivo? ¿Hacia a dónde nos llevan en materia de empleo?

Si analizamos la franja amarilla del grafico anterior, nos damos cuenta de que el PIB ha venido decreciendo, al menos, desde el primer semestre del 2016. Esta disminución en la actividad económica repercute en variables fundamentales para la sociedad. Aparentemente, las condiciones del empleo se mantienen invariables respecto al año pasado en términos absolutos.

Pero, si nos ponemos a revisar con lupa las estadísticas brindadas por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), nos damos cuenta de que el desempleo para las mujeres aumentó de 10,6 % a 12 % con respecto al mismo periodo del año anterior.

Esto se debió principalmente a la incorporación significativa de mujeres desempleadas con experiencia laboral (16 mil personas), secundaria completa aprobada (9 mil personas) y jóvenes de 15 a 24 años (7 mil personas).

La tasa de crecimiento del desempleo en el último trimestre desciende por la mayor participación de personas en ocupaciones elementales, agropecuarias y agrícolas, artesanales, construcción, mecánica y manufacturas, además del montaje y operación de instalaciones y máquinas.

Es decir la incorporación de mano de obra barata al mercado laboral es la variable de mayor peso. Por otra parte, otro elemento desapercibido por las estadísticas del INEC reside en que no contabilizan las personas desalentadas, que han dejado de buscar empleo y no son tomadas en cuenta por la encuesta.

El impacto que generará en estos sectores el combo fiscal puede hacer retroceder las mejoras coyunturales o, más bien, el estancamiento que ha venido experimentando el empleo. (Véase Gráfico 2).

De acuerdo con las estimaciones realizadas por el Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas de la Universidad de Costa Rica, la desigualdad luego del combo fiscal aumentará de un 20.03% a un 20.41%, en unas 18.000 personas. Este impacto sobre los sectores de menores ingresos repercute no solo en sus condiciones de vida como seres humanos, sino también en sus condiciones de consumo y, por ende, en su incentivo al crecimiento económico. A menor crecimiento económico, menor recolección de impuestos de ventas y utilidades.

En consecuencia, las medidas como el I.V.A, o la regla fiscal pueden hacer contraer la economía a un nivel en que el Estado deje de percibir ingresos por concepto de estos impuestos y se vuelvan las medidas parte del problema de la condición fiscal. Para el primer semestre del año este fenómeno sucedió; es decir, la disminución en la actividad económica provocó menos empleo y, por ende, menos consumo (disminución en la recolección del impuesto de ventas) y menos ingresos para las empresas reflejado en una disminución en el impuesto de utilidades para el año venidero.

De manera que podemos deducir que, sin una verdadera reactivación económica, el impacto en la economía que generará el combo fiscal será catastrófico.

En conclusión, el combo fiscal no es solo malo ética y moralmente, en virtud que se asienta sobre una distribución de las responsabilidades desproporcional entre las clases sociales; sino que también es una amenaza latente a las condiciones de crecimiento económico, gravando a los sectores más dinámicos e incentivando un declive del crecimiento económico que puede desembocar en una menor recolección de impuestos para el fisco inclusive.

Demandamos una reforma fiscal que se sustente en la progresividad, pero también en criterios técnicos serios, desde el punto de vista macroeconómico, que garanticen empleo y riqueza para las mayorías.

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