Para analizar el tema de educación costarricense es necesario conocer aspectos generales de la educación a nivel mundial, el rol del docente en la educación superior, debilidades de estudiantes en el proceso de formación y la importancia de reconocer el tipo de formación para los estudiantes en comparación con el conocimiento y las habilidades con las que salen a enfrentar el mundo laboral.
Con esto se puede hacer un análisis primeramente de lo que enfatiza la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (Unesco) en su Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo, que es “vital contar con programas de estudios bien ideados, que promuevan la diversidad, proporcionen las competencias necesarias y contrarresten los prejuicios; estos pueden tener un efecto multiplicador positivo más allá de las aulas” (p. 7). Según esta afirmación, la educación en general debe pasar de ser un acto de enseñanza, a una simbiosis entre enseñanza y aprendizaje, que fortalezca las habilidades de los estudiantes que pasan por las aulas, que rompa con los prejuicios para ir generando una población estudiantil y, como consecuencia, una sociedad inclusiva. La Organización Mundial de Trabajo (OMT) indica que los sistemas educativos del mundo entero están unidos en su compromiso por garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos y no dejar a nadie atrás.
Otro aspecto significante es la educación como elemento esencial y transformador de la sociedad, que es en la que menos se quiere invertir y por ello se cuenta con condiciones precarias para los discentes. En los objetivos del desarrollo sostenible, con respecto a la educación, se menciona:
La educación es la base para mejorar nuestra vida y el desarrollo sostenible. Además de mejorar la calidad de vida de las personas, el acceso a la educación inclusiva y equitativa puede ayudar abastecer a la población local con las herramientas necesarias para desarrollar soluciones innovadoras a los problemas más grandes del mundo (ONU, 2015, parr. 1).
Como lo menciona la Organización de las Naciones Unidas, las instituciones de educación deben dar las herramientas necesarias para que los estudiantes se enfrenten ante un mundo globalizado lleno de retos, de esto surge la gran pregunta ¿cómo hacer que nuestros estudiantes logren esto?, lamentablemente nuestro sistema de educación no responde a la realidad país, la distribución del espacio en las escuelas, colegios y universidades sigue siendo la misma de siglos pasados (sin generalizar): clases tradicionales, poca tecnología en las aulas, métodos de enseñanzas obsoletos.
Tomando en consideración a las instituciones mundiales en tema de educación, ahora se analizan algunos datos sobre lo que se refleja en el VI Estado de la Educación en Costa Rica, donde se menciona que “se están dando experiencias de innovación importantes que tienen el potencial, aunque no la magnitud, para desencadenar mejoras generalizadas en el acceso y la calidad de la educación”; es decir, a pesar de que el tema de la innovación está presente en la educación costarricense, no se logra una gran cobertura en esa área. Y es que el tema de innovación tiene gran peso para mejorar la calidad de la educación en cualquier parte del mundo.
Al respecto, el Ministerio de Educación Pública de Costa Rica (MEP) menciona que dentro de sus acciones pretende dotar a ciertas instituciones de recursos tecnológicos, bibliográficos, así como de capacitación y actualización, que les permita trascender al paradigma educativo de la sociedad del conocimiento y de la Información.
Este Estado de la Educación también se evidencia la pérdida de tiempo en actividades no relacionadas con el aprendizaje y el predominio de técnicas didácticas tradicionales. Lamentablemente, es un situación que se debe controlar cada vez más. En Costa Rica, a pesar de tener un sistema educativo bastante sólido y con la promulgación de una educación más centrada en el desarrollo de habilidades y tener una política educativa donde resume el quehacer en el campo de la enseñanza-aprendizaje, se sigue trabajando en algunos casos bajo esquemas de enseñanza tradicional. Existe poca organización y poca planificación en la forma de enseñar y aún más en lo que se enseña, planes de estudios desactualizados que no van de la mano con la actualidad mundial y que no se ajustan a la necesidad país.
Otro de los aspectos para analizar es la formación de estudiantes que respondan a la necesidad país; en el mismo Estado de la Educación se afirma que nuestro sistema educativo:
Carece de instrumentos para dar un seguimiento individualizado a estudiantes y profesores, no hay información suficiente para diseñar estrategias de apoyo y acompañamiento a lo largo del proceso educativo, para que los niños, niñas y jóvenes puedan alcanzar los logros que el país espera (p. 32).
Finalmente, es requerido apoyo y acompañamiento a los estudiantes que se encuentran en las aulas del sistema educativo, con el fin de lograr un conjunto de cualidades y aspectos en cada estudiante. Para Mendía y García (2015) “el acompañamiento educativo fomenta la educación en valores, autoestima, competencia social y ciudadana y el emprendimiento social, el diálogo, la acción cooperativa y la toma de decisiones” (p. 49). Se puede establecer un punto de comparación entre dos elementos importantes y son la formación que se les da a los estudiantes vs. el conocimiento que tienen para desenvolverse tanto en la sociedad como en un ámbito laboral. Es de cuestionarse si realmente se les está dando una formación de calidad a los estudiantes, que no solamente el docente y los discentes se presenten a una clase y que se pierda la conexión entre lo que se enseñó y lo que aprendió.
