Opinión

Costa Rica no va por la senda de un crecimiento económico adecuado y no propicia el desarrollo social

En nuestro país, en los últimos años, no se ha tenido un crecimiento del PIB superior al  3% y de acuerdo con las proyecciones del Banco Central

En nuestro país, en los últimos años, no se ha tenido un crecimiento del PIB superior al  3% y de acuerdo con las proyecciones del Banco Central se espera un crecimiento para el 2019 de un 3.2%.

De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), para que se pueda disminuir la pobreza, tiene que darse un crecimiento del PIB Superior al 5%. Es importante recordar que actualmente Costa Rica tiene un nivel de pobreza de un 21.1%, con más de un 1.100.000 pobres. En los últimos 24 años el porcentaje de población en estado de pobreza general ha permanecido en un 20% y el de pobreza extrema alrededor del 6%. Pese a leves disminuciones de corto plazo durante el periodo, las  cifras siempre han regresado a sus valores entre un 20.0 % y un 21%.

Actualmente nuestro país está en el top 10 de los países más desiguales del mundo. Las causas de la desigualdad social son principalmente económicas, culturales y sociales. En algunas sociedades, el desempleo y los bajos salarios son la principal causa de desigualdad. Se da también desigualdad entre los individuos que han obtenido un buen nivel de educación y los que no han podido alcanzarlo. De acuerdo con el economista, Rafael Arias, la desaceleración del sector agrícola y de la construcción repercute en los ingresos de los más pobres, quienes se dedican a dichas ocupaciones menos calificadas y, por ello, de menor remuneración. Además, agrega, el país carece de un aparato productivo capaz de absorber la mano de obra existente. Se indica que Costa Rica encara la desigualdad más alta de los últimos 28 años, pese a la creciente inversión en ayudas sociales. Así, los ingresos netos promedio del 20% de los hogares más ricos, fueron 13 veces mayores que los del 20% de hogares más pobres.

El desempleo es uno de los aspectos que más preocupan a los costarricenses, es pertinente señalar que el mercado laboral costarricense viene arrastrando dificultades para absorber la cantidad de hombres y mujeres que año a año forman parte de la población en edad de trabajar. Si la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas era necesaria para mejorar las finanzas públicas, disminuir el déficit fiscal y tratar de disminuir la deuda pública, va afectar más a los pobres y a la clase trabajadora, al establecer un IVA para la canasta básica de un 1 % y un porcentaje del 2 % para las materia primas que se utilizan en los productos agrícolas.

Asimismo, al establecer la regla fiscal, va existir un menor crecimiento en el monto de los recursos que se destinan a ayudas sociales. Es de hacer notar que una parte importante de los recursos adicionales que genere el plan fiscal se va a destinar en los primeros años, principalmente al pago de la deuda interna y externa, por lo que no va a propiciar el desarrollo económico y, por ende, no disminuirá la pobreza y la desigualdad social.

Además, es pertinente señalar que con la implementación del IVA van subir de precio muchos servicios y por ende el costo de la vida. Si se requieren los servicios de salud privada,  se pagaría un  4 % de IVA y en los servicios de corte de pelo un 13%. Me parece que no hay propuestas muy efectivas para disminuir el desempleo y poder enfrentar adecuadamente la triada de la pobreza, desempleo y desigualdad. Nos esperan años difíciles a los costarricenses. Se siguen presentando casos de corrupción en el  sector público y privado y mal uso de los recursos públicos. Es necesario un esfuerzo de todos los costarricenses, un diálogo permanente y que los políticos actúen más transparentemente y con propuestas del Gobierno. Los partidos políticos, los empresarios, trabajadores y sociedad civil deben esforzarse por llevar al país por la senda del crecimiento económico, el desarrollo social y la paz social.

Es fundamental renegociar la deuda pública para pagar tasas de intereses  menores,  establecer el salario único y reestructurar el sector público que con 321 entidades y más de 990 programas tiene un accionar ineficiente, poco transparente y con costo económico muy alto y es necesario disminuir el gasto público así como el nivel de endeudamiento. Actualmente más del  50 % del  Presupuesto Nacional está financiado con deuda.

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