Resulta de modo especialmente significativo, para la comunidad universitaria costarricense en general y para el gremio de la Politología en particular, el hecho de que la carrera en Ciencias Políticas de la Universidad de Costa Rica se encuentre celebrando en 2018 el cincuentenario de su fundación, la cual acaeció en 1968.
Acontecimiento que lejos de lo que podría inferirse, no tuvo sus antecedentes inmediatos en el siglo XX, sino que presentó sus primeros pasos en la centuria decimonónica. A lo que cabe agregar la especial circunstancia de que sus pioneros forjadores fueron algunos de los más destacados miembros del conglomerado jurídico nacional.
Prolegómenos. Tras su fundación en 1843, la Universidad de Santo Tomás inició funciones al año siguiente, con la llamada cátedra de Jurisprudencia (actual carrera de Derecho) como una de sus primeras propuestas académicas. Lo cual fue seguido en 1849 y a raíz de la emisión de un nuevo reglamento orgánico, de la llamada Facultad de Leyes y Ciencias Políticas.
El hecho anterior fue resultado del preclaro objetivo de incorporar a la carrera forense una serie de materias que complementasen el acervo educacional del futuro abogado con cursos como Economía Política, Legislación Universal, Derecho Político, Filosofía y Humanidades. Todo lo cual permitió la apertura de la nueva Facultad en setiembre de 1850 y hasta 1888, cuando fue cerrada como parte de la clausura general que experimentó dicha Universidad.
Ahora bien, tanto para 1890 con la creación de la Escuela de Derecho (puesta bajo la égida del Colegio de Abogados), como con la fundación en 1940 de la Universidad de Costa Rica (la cual asumió la regencia sobre dicha Escuela en ese año y la reconvirtió en Facultad de Derecho en 1952), los acápites académicos relacionados a las Ciencias Políticas no fueron retomados.
Antesala jurídica. La Universidad de Costa Rica verificó su segundo Congreso Universitario en 1966, cuando en una de sus sesiones, el reconocido jurista y profesor de la cátedra de Teoría del Estado, Dr. Alfonso Carro Zúñiga, presentó una ponencia bajo el sugestivo nombre de: Los estudios políticos en la Universidad de Costa Rica. Texto cuya principal tesitura estribaba en la idea de fundar una Escuela de Ciencias Políticas en la citada casa de estudios superiores.
Casi de seguido, la propuesta de Carro fue aprobada en el citado Congreso, a lo cual se sumó el decidido apoyo del Lic. Carlos Monge A. (quien fungía como Rector). Entonces en 1967 se nombró una comisión de destacados docentes universitarios para que la materializasen.
Este ente académico estuvo constituido por Carlos J. Gutiérrez Gutiérrez (Decano de la Facultad de Derecho y Coordinador de los trabajos), los juristas Manuel Formoso Herrera, Eugenio Fonseca Tortós, Walter Antillón Montealegre, Rodrigo Fournier Guevara y el ya citado Alfonso Carro, así como Rodrigo Madrigal Montealegre (politólogo graduado en Francia) y el Presb. Benjamín Núñez Vargas.
A raíz de lo anterior, la comisión docente presentó ante la rectoría, en 1968, el escrito La Escuela de Ciencias Políticas: estudio sobre su creación. Texto que sirvió de base para la creación del citado ente universitario.
El resurgimiento. Tras ciento veinte años de su primer antecedente histórico, fue precisamente en el mes de agosto de 1968 cuando se abrió la Escuela de Ciencias Políticas, cuya regencia quedó bajó la Facultad de Derecho y con el Dr. Carro como primer Director. Situación que se mantuvo incólume hasta 1973-1974, cuando se le trasladó a la Facultad de Ciencias Sociales en virtud de lo dispuesto en el tercer Congreso Universitario.
Con posterioridad, el radio de acción de dicho ente académico se amplió con la apertura de varios posgrados: la Maestría Académica (1990), la Maestría Profesional (1998) y el Doctorado en Gobierno y Políticas Públicas (1999). Todo lo cual se complementó en 2008 con la creación del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP).
Así, sirvan estas líneas para efectuar un sincero reconocimiento para una de las más destacadas entidades de la Universidad de Costa Rica, la cual, dicho sea de paso, es única en su género en el país. Misma que en sus primeros cincuenta años de historia, ya cuenta con el honroso hecho de que tres de sus integrantes hayan ejercido la Presidencia de la República, así como, con un ostensible número de politólogos esparcidos en los más diversos estratos del quehacer nacional.
