Opinión

Ciencia, religión y cognición

Aunque respeto a quienes creen que la ciencia y la religión se "complementan" en tanto formas "igualmente válidas" para comprender la realidad, considero que esto no es así.

¿Se complementan o se excluyen la ciencia y la religión entre sí? Soy consciente de que este es un tema controvertido en nuestro conservador medio y que mucha gente se ofende con facilidad a cualquier cuestionamiento a la validez de sus creencias religiosas, así que aclaro que no pretendo “imponer” nada, ni ofender a nadie, solo compartir mi opinión.

Aunque respeto a quienes creen que la ciencia y la religión se “complementan” en tanto formas “igualmente válidas” para comprender la realidad, considero que esto no es así. ¿Por qué? Veamos algunos puntos:

  1. Mientras la ciencia debe basarse en evidencia fáctica recolectada y analizada sistemáticamente, la religión no tiene ninguna necesidad de demostrar las creencias en que se basa, empezando por la existencia de una o varias deidades. La religión asume la veracidad de sus creencias por mera “revelación divina”. Ningún científico en su sano juicio podría acudir a esta idea como justificación de la veracidad de sus planteamientos.
  2. Por supuesto que la ciencia es falible y por ello hablar de “exactitud” no sería una buena caracterización de lo que la mejor ciencia logra. Muestra de esto es que todo trabajo científico debe reportar sus limitaciones metodológicas, sus márgenes de error y las restricciones del alcance de sus hallazgos y conclusiones. Mientras que para la ciencia, la demostración de errores es una virtud, en la religión encontrar errores en las doctrinas es amenazante. Por ejemplo, cuando Galileo planteó que la tierra no era el centro del universo y se mueve alrededor del sol, la institucionalidad religiosa le obligó a desdecirse bajo amenaza de tortura. De la misma forma, cuando Darwin planteó su teoría de que los humanos somos otra especie más y que todos los primates provenimos evolutivamente de un mismo origen primigenio, las autoridades religiosas y conservadoras de su tiempo se lanzaron a descalificarlo y ridiculizarlo.
  3. Curiosamente, muchas personas que creen que la ciencia y la religión se “complementan”, piensan que la religión no puede ser estudiada científicamente por referirse a cuestiones que están “más allá” del universo físico. ¿Es esto así? Creo que no, pues, por ejemplo, en los últimos años se ha venido desarrollando un nuevo y vibrante campo llamado como las Ciencias Cognoscitivas de la Religión, que está avanzando el estudio de cómo los seres humanos somos cognitivamente capaces de crear religiones y sistemas de creencias que vemos como separados del mundo físico, y que, cada vez más, se pueden explicar como el producto de sistemas cognitivos avanzados cuya base física es el cerebro y el sistema nervioso, sin la cual, con toda seguridad, no sería posible la existencia de la religión.
  4. Durante mucho tiempo, se pensó que la consciencia humana estaba separada del cuerpo y que pertenecía a otra “sustancia” llamada “alma”, que ni siquiera necesita del cuerpo para existir. Sin embargo, la investigación neurocognitiva reciente sobre fenómenos como el sueño, las lesiones cerebrales, la pérdida de la memoria o los estados vegetativos dan cuenta de que los diferentes estados de la consciencia se pueden explicar en términos de estados físicos del cerebro y del sistema nervioso.

Por ende, la gente debe poder tener todas las creencias mágicas que quiera y esto debe ser incluso protegido por un Estado laico independiente e imparcial religiosamente, pero esto no equivale a que sean correctas, y no se vale decir que la ciencia y la religión son formas equivalentes e igualmente válidas para abordar la realidad, pues no es así, como me parece lo explican los puntos aquí señalados.

 

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