Opinión

Ciclos de cambio

En el transcurso de este comentario hablaremos de la necesidad que tenemos de cambiar muchísimas cosas que nos hacen daño

En el transcurso de este comentario hablaremos de la necesidad que tenemos de cambiar muchísimas cosas que nos hacen daño  y que les hacen daño a nuestros semejantes.  Porque los viejos paradigmas lo que han hecho es separar a los seres humanos  de muchas maneras, por ejemplo en sectas religiosas, explotando la buena fe de las personas y auspiciando  la esclavitud mental sin que medie el razonamiento lógico.

Ahora empezaremos este comentario. Alguien dijo que lo único permanente en el mundo es el cambio.  Desde el inicio de la creación universal, este ha sido la tónica dominante.  La creación ha  sido y es un proceso alquímico de permanentes transformaciones, de saturaciones y de nuevas combinaciones químicas que han cristalizado en sistemas solares, universos y galaxias con la dirección de las leyes de la naturaleza.

Este universo o macrocosmos se refleja  en el microcosmos hombre  por ley de correspondencia, por lo tanto estamos sometidos a las mismas leyes de creación universal.

Los ciclos de cambio que nos afectan.  A través del tiempo, el planeta y sus habitantes han pasado por innumerables ciclos cósmicos de cambio.  Son ciclos evolutivos de aprendizaje en secuencias graduadas de conocimiento.  El conocimiento se despliega a través de los programas que trae consigo cada era.   Las eras constan de 2.000 años y son parte del plan  de Dios para hacernos evolucionar y para que  despertemos la consciencia.  Y, de esta manera, podamos acceder a nuevos aprendizajes.    Hace muy poco dejamos atrás la Era Cristiana, año 1999 e iniciamos la  Nueva Era en el año 2.000.

Al trascender el umbral del año 2.000 se ha empezado a vivenciar un nuevo orden de influencias planetarias.  Cada 2.000 años, el Sistema Solar sale de la influencia de determinada constelación y empieza un nuevo recorrido en la siguiente constelación.

El otro ciclo de 26.000 años. Se da cuando el Sistema Solar le da una vuelta completa al Cinturón Zodiacal.  Este acontecimiento cósmico tuvo lugar el 21 de diciembre del año 2012.  Según los matemáticos Mayas, es la sumatoria de cinco cuentas largas.  Este acontecimiento  se complementa con la salida de la era pasada y el inicio de la nueva edad.   Con el final de la Era Cristiana nos salimos de las  dimensiones  3 y 4, lo que quiere decir de la temporalidad y entramos en la intemporalidad o sea sin tiempo.   Es el ascenso del planeta a la V dimensión.

Como todo es energía tenemos ante nosotros la disyuntiva o seguimos con la vieja energía que es de dolor, enfermedad y posiciones inflexibles negativas  o nos involucramos en la nueva energía que es de esperanza, de amor, de sabiduría, de nuevos aprendizajes, tecnología y otros, dejando atrás los miedos y sinsabores que preconiza la ignorancia espiritual.

Actual periodo de transición.  El tiempo actual, vertiginoso y caótico es de transición a un mundo más justo y solidario en donde carezcamos de egoísmos de toda clase y sean los méritos propios los que califiquen a las personas y no los compadrazgos.

Requisitos para calificar en los nuevos tiempos.  Acabar con los condicionamientos políticos, religiosos, científicos, personales, tradicionales, prejuicios y de otras índoles.

Esto significa un trabajo serio de observación de nuestra conducta, es decir del ego que todos cargamos, con el firme propósito de enrumbarnos hacia el camino de la luz.  Enderezar la vida tomando en cuenta que si deseamos  calificar necesitamos transformarnos igual que lo hace la oruga cuando se transforma en mariposa.

Llegó la hora de reportarnos como seres espirituales que  sabemos  que los obstáculos que encontramos en el camino de la existencia, son solo para trascenderlos sin que medien los resentimientos ni las quejas porque sabríamos que los hemos transformado en luz.

A pesar de que es mucha la exigencia y que el tiempo apremia, contamos con la Misericordia Divina que escudriña los corazones  y nos ayuda en todas las decisiones positivas de transformación que acompañen nuestros actos.  Así es.

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