Opinión

Celebramos la justicia ambiental de las comunidades del pacífico central

Tal y como fue denunciado semanas atrás por la Alianza de Comunidades en Defensa del Agua, el río Abangares había muerto por el desvío ilegal de más del 80% de su caudal.

Tal y como fue denunciado semanas atrás por la Alianza de Comunidades en Defensa del Agua, el río Abangares había muerto por el desvío ilegal de más del 80% de su caudal. Sin embargo, la semana anterior distintas comunidades  de Puntarenas decidieron devolverle la vida.

El pasado viernes, vecinos de la comunidad de Abangaritos decidieron actuar para destruir los tranques que habían causado la sequía total del río Abangares, en sus últimos kilómetros desde hace más de diez días. Un día después de eliminar las presas de agua, las cuales fueran construidas por maquinaria de la empresa Pedregal para beneficio de algunos hacendados en el margen oeste del río, el Abangares volvió a tener su caudal en estado natural.

De acuerdo con las inspecciones solicitadas a la Dirección Nacional de Aguas, se constató que el río Abangares sufría de un desvío ilegal de agua de más de 80 litros por segundo, esto muy a pesar de que el caudal histórico del río Abangares ha rondado los 100 litros por segundo.

En el verano 2016, se había eliminado tres tranques que habían secado la parte baja del río Lagarto. Las inspecciones de la Dirección Nacional de Aguas ha demostrado que las haciendas del pacífico no tienen límite en sus acciones, por lo que las acciones colectivas de este tipo seguirán siendo una respuesta ante la amenaza que sufren los ríos del pacífico central.

Las organizaciones comunales de Puntarenas celebramos la recuperación del estado natural del río Abangares y felicitamos a las personas que estuvieron detrás de este esfuerzo por restablecer la justicia ambiental, para permitir que el río llegue de nuevo al mar y beneficie a todas las comunidades y no a unos pocos hacendados del pacífico central.

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