Opinión

CCSS y Situación Financiera

Es lamentable cómo la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), desde hace más de veinte años, ha tenido que soportar decisiones políticas, internas y externas que van más allá de comprometer su gestión. Basta con observar los resultados e indicadores sobre las listas de espera en las citas, exámenes y operaciones que difieren a cinco años o más, a pesar de la urgencia, La falta de equipos, médicos especializados, actualización de equipo y sistemas computacionales, así se pueden enumerar un sinfín de falencias y desaciertos con la administración y asignación de recursos.

El evento más reciente, que tiene gran relevancia, corresponde a la detención total o parcial de proyectos de inversión en infraestructura, principalmente en hospitales. Estos proyectos de inversión se han planificado desde hace varios años con la idea de remozar algunos hospitales y construir otros nuevos. El detonante de esta situación fue cuando doña Martha Esquivel, presidenta ejecutiva de la Caja, anunció que se detendrían estos proyectos de inversión debido a que la institución estaba “quebrada”, aún no sé qué significa para ella que la Caja esté quebrada. Teniendo en cuenta que esta señora asumió el cargo de presidenta ejecutiva tras la destitución del señor Álvaro Ramos por el Presidente de la República, no se puede ser ingenuo por lo que es de suponer que su estrategia le fue impuesta “desde arriba”.

Y, como desde hace años se ha venido maquillando números de suma importancia para la toma de decisiones, encontró tierra fértil al tomar el informe que había realizado un equipo técnico formado por nueve colaboradores de la Caja, quienes concluyeron que se podía llevar a cabo todo lo planificado para inversión de infraestructura, pues la Caja cuenta con los recursos financieros sanos y suficientes para financiarlos. Siendo este pronunciamiento diferente a los intereses de la señora Esquivel, de una forma muy sagaz, procedió a buscar no solo el conejillo de indias, sino el bastión que, de alguna manera, sea consistente y creíble. Pues, sí, recurrió a la persona que tenía una mejor investidura de los nueve. En este caso, conociendo que quien estaba a cargo de la Dirección Actuarial no solo cuenta con poca o ninguna experiencia como directora, —además de que ella asumió esa Dirección en esta Administración—, decidió que era la persona ideal para modificar el afanado informe, de manera que contuviera los resultados acordes a sus pretensiones.

Ante tal situación, algunos de los nueve colaboradores que formaron parte del equipo técnico se desligaron del informe presentado ante la Junta Directiva, insistiendo que el informe que ellos apoyan no es el que contiene los cambios solicitados por doña Martha. En mi experiencia en la Caja como jefe del Departamento Actuarial, presidentes ejecutivos de turno como don Guido Miranda (q.D.g.), don Elias Fonseca (q.D.g.) y don Álvaro Salas, así como las correspondientes juntas directivas, solían cuestionar informes técnicos, pero nunca nos obligaron a modificar un indicador, índice, supuesto, o resultado final para sus intereses políticos.

Los técnicos de la Caja son profesionales capacitados y especializados, que desempeñan un papel fundamental en la estabilidad financiera y actuarial de la Caja, tanto en el sistema de salud como el de pensiones que administra. Por lo que quienes se valen de investiduras para presionar o ejecutar cambios por decisión política o antojadizos, sin lugar a dudas, comprometen la estabilidad  actuarial y financiera que, de por sí, sigue siendo tema de debate y preocupación, tal y como ha sido en los últimos años. Por último, los presidentes ejecutivos conjuntamente con las juntas directivas, deben velar por la sana administración, y no administrar de forma autoritaria sin considerar el consejo y asesoría técnica de los colaboradores, que en su mayoría son los que conocen a fondo la misión y visión de la institución.

 

 

 

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