“Faceboleando” es el nuevo verbo/gerundio o sujeto/gerundio que me fascina usar desde que ingrese al maravilloso mundo del Facebook, donde sin “querer queriendo” me entero de miles de confidencias, pues pese a que esta red social es un medio de comunicación, pareciera que se usa más para banalidades o “verborrear” (otra violación a la RAE)
Siento que una gran mayoría de los costarricenses nos hemos encerrado en la burbuja de las redes sociales y conste que, pese a ser comunicadora social, soy bastante retrógrada, pues no uso celular, no veo televisión y trato de “facebolear” una hora al día. Claro, a veces, doy rienda suelta al morbo y la comunicación (chismeadera) y me excedo.
Sin embargo, llevo meses pensando que la sociedad actual está encerrada en una gran burbuja-redes sociales, donde pareciera que todo es perfecto, o bien, tan me permite ingresar a mi realidad inmediata. Sin embargo, cuando vuelvo al mundo real -hacer los quehaceres domésticos, dar mis motivaciones (donde me retroalimento con la madre sencilla/trabajadora), leer, escribir, pagar cuentas y lidiar con la vida diaria- sé que Facebook es una simple máscara de la realidad.
El resultado electoral del 4 de febrero reafirma más mi teoría, pues todavía sigo viendo a muchos tratando de justificar sus postulados y publicar comentarios sobre las guías sexuales, la decisión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la ideología de género, la idea de que “Fabricio es mejor, no-Carlos Alvarado”, entre otros temas. Pareciera que muchos no quieren salir de la gran burbuja para ver la gran realidad de Costa Rica: déficit fiscal, desempleo, aumento de pobreza y desigualdad social, narcotráfico, sindicatos, convenciones, pluses salariales, pensiones de lujo y muchas otras más injusticias.
Pienso que ya es hora de aterrizar y salir de esa burbuja-redes sociales, principalmente cuando somos adultos, padres responsables, profesionales, académicos, educadores, comunicadores o médicos que deben afrontar la verdad Me intriga ver que muchos en la burbuja-redes sociales quieren ignorar que los votantes gritaron “basta de injusticia y desigualdad social” con la gente de las provincias y zonas alejadas del gran área metropolitana. Creo que es hora de hacer conciencia y pensar con mayor humanidad en esos ciudadanos que parecieran ser pobladores de segunda y tercera categoría: el joven desempleado (muy preocupante que, como dijo Carlos Alvarado del PAC, la mayoría son de clase baja y sin escolaridad), el ama de casa o jefa de hogar, el obrero, el campesino, el microempresario, la estilista, la vendedora ambulante, el trabajador por horas, la doméstica y el obrero, entre otros.
Es hora de salir de la burbuja-redes sociales y poner un granito de arena por la patria y por la humanidad.
