Opinión

Buenos libros para vacaciones

Están próximas las vacaciones; por eso, el tiempo libre se avecina.

Están próximas las vacaciones; por eso, el tiempo libre se avecina. Aprovechando este espacio, el periódico de una universidad, deseo realizar algunas sugerencias en materia de libros nacionales. Comentaré brevemente obras que no lo defraudarán. Propongo la siguiente lista no exhaustiva por motivos de espacio.

Duncan, Quince (2004). Cuentos escogidos. Editorial Costa Rica (ECR). Obra de contenidos relevantes para pensar la vida social. El autor describe dinámicas étnicas y culturales apelando a una descripción vívida. La profundidad psicológica de estos relatos contrasta con la usual simpleza temática de muchas obras narrativas costarricenses, porque Duncan desmenuza realidades y aborda los juegos intra e intersubjetivos.

Alvarenga, Patricia (1996). Cultura y ética de la violencia. El Salvador 1880-1932. Educa. Las obras de los historiadores muchas veces suelen evidenciar un ingenuo empirismo inglés del siglo XVII, corto de miras para analizar el mundo social. Esto nunca sucede con esta obra de Alvarenga. Ella estudia la cruda realidad salvadoreña desde un enfoque innovador y de grandes posibilidades analíticas. Infaltable para los estudiosos de Centroamérica.

Margery, Enrique (2010). Complejidad, transdisciplinariedad y competencias. Cinco viñetas pedagógicas. Uruk Editores. Este libro pone al día los estudios locales acerca de las nuevas teorías científicas, por ejemplo la teoría del caos o el enfoque de la complejidad. Muy útil como introducción en tales materias, dado su estilo pedagógico.

Sánchez, José León (1986). Tenochtitlan. Editorial Grijalbo. Es una de las mejores novelas de la literatura costarricense de los últimos cuarenta años. Narra, en clave ficcional, sucesos históricos que habrían de marcar a México (y con este a la América Latina). Su narración despierta el interés desde la primera página y encierra una bien lograda contextualización histórica.

Muñoz, Sergio (2003). Urbanos. ECR. Visibiliza a sectores marginales de la ciudad. Muñoz emplea un método de trabajo de corte fenomenológico, distante del prejuicio conservador y derechista, pero también lejano al panfleto plañidero izquierdoso. Allí donde muchos abogan por una literatura kitsch de tonos pastel y fantasía sosa e inofensiva, agradable a las mentes cómodas, Muñoz se atrevió a recorrer otros mundos.

Jiménez, Max (2006). El Jaúl. EUCR. Las obras obligatorias del MEP suelen dejarnos malos recuerdos; pero ese no es el caso de El Jaúl. Esta novela, censurada en su época, por muchas décadas anticipó las críticas que más tarde realizaron científicos sociales a la identidad nacional y a la idílica descripción del pasado costarricense. Obra clásica, de mayor valor que muchos libros de la gastada generación de los cuarenta. Relata las tribulaciones de una sociedad que homogeniza a punta de tiros de sal.

Jiménez, Jorge (2003). Filosofía de ciudades imaginarias: ficción, utopía e historia. Tesis Doctoral en Filosofía, UCR. Ideal para aquellos de gusto más filosófico y crítico. El autor retoma y dialoga con clásicos (Platón, Aristóteles, Kant), y también con autores más alternativos (Kastoriadis). Tiene por propósito probar la idea de que la imaginación, lejos de ser vaga o improductiva, constituye una vía epistémicamente válida de abordar la realidad social. Trabaja rigurosamente clásicos literarios y prueba sus hipótesis.

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