Opinión

Adaptación de las elecciones de Rectoría por COVID-19

Entre los muchos impactos que la pandemia por COVID-19 ha tenido en la Universidad de Costa Rica, uno de los más serios ha sido la decisión del Tribunal Electoral Universitario (TEU)

Entre los muchos impactos que la pandemia por COVID-19 ha tenido en la Universidad de Costa Rica, uno de los más serios ha sido la decisión del Tribunal Electoral Universitario (TEU) de suspender el proceso de elección de la persona que debe asumir la Rectoría en el período 2020-2024.

Recientemente, mediante Circular TEU-10-2020, el TEU informó sobre la reactivación de ese proceso electoral, estableciendo como fecha de inicio el 10 de agosto y calendarizando la elección para el 9 de setiembre de 2020. Como candidato debidamente inscrito para dicho proceso y como universitario, me alegra ver que el TEU haya dado un paso crucial al establecer el nuevo calendario electoral.

En días pasados, y de forma escrita, tras expresar mi más profundo respeto a lo establecido por  el artículo 135 de nuestro Estatuto Orgánico, que define al TEU como un “órgano supremo en materia electoral”, y, por tanto, soberano en el ejercicio de sus competencias y potestades estatutarias y reglamentarias, le sugerí a ese Tribunal realizar una reunión con las personas candidatas, con el fin de intercambiar ideas sobre el proceso que se avecina, pero esa sugerencia fue rechazada por el TEU al considerar que “está obligado a tomar sus propias decisiones de manera neutral y al margen de toda influencia ajena al seno de quienes lo integran (…)”.

A pesar de la respuesta indicada, he considerado que algunas de las ideas que deseaba compartir en esa posible reunión podrían ser consideradas para la elaboración de los protocolos que deberán seguirse, tanto durante la campaña electoral, como el propio día  de la elección.

La normativa que rige los procesos electorales institucionales permite un cierto margen para la realización de estas importantes actividades. Tradicionalmente, las elecciones para la Rectoría han incluido dos tipos de actividades que implican reunir a muchas personas: 1) las Asambleas de Facultades y de Sedes Regionales en las que las personas candidatas exponen sus ideas, y 2) las elecciones mismas.

En el caso de las asambleas, el artículo 17 del Reglamento de Elecciones Universitarias indica: “Para las elecciones de Rector y Miembros del Consejo Universitario, el Tribunal organizará la presentación de candidatos, mediante mesas redondas en Asambleas de Facultad u otras actividades, en procura de que sus mensajes lleguen a todos los electores” (énfasis nuestro). Quisiera destacar que, entonces, las asambleas no son la única opción de información, pueden ser ampliadas o reemplazadas por “otras actividades”, que incluyen debates transmitidos por radio, televisión y otros medios digitales, o bien bajo modalidad virtual.

El hecho mismo de que el TEU haya decidido, desde hace tiempo, extender las asambleas para presentaciones de candidaturas a las Sedes Regionales, sin que estas estén contempladas en el citado artículo, es prueba suficiente de que, históricamente, el Tribunal ha estimado no solo posible, sino también conveniente y necesario, adecuar los procesos electorales a la realidad institucional en la que estos se llevan a cabo. Si eso fue así en condiciones “normales” de salubridad nacional, tanto más lo es en la actual situación de emergencia por pandemia.

En cuanto a la elección, existen diversos modos de adecuarla a las circunstancias, algo que el TEU ya hizo en el pasado, cuando estableció, para algunas de las mesas receptoras de las elecciones para Rectoría y Consejo Universitario, un horario de apertura distinto del establecido en el artículo 20 del Reglamento de Elecciones Universitarias.

Entre las ideas y escenarios que podría analizar el TEU para la realización de las elecciones, he pensado en estos:

  1. Establecer varios centros de votación en la Sede Rodrigo Facio, por ejemplo, en diferentes fincas.
  2. Descartar la instalación de todo tipo de kioscos o toldos informativos y divulgativos por parte de las personas candidatas.
  3. Garantizar la presencia, cerca de los locales de votación, únicamente de aquellas personas votantes y las que expresamente estén autorizadas por el TEU para apoyar la logística necesaria al proceso.
  4. Exigir, en las colas de votantes fuera y dentro de los locales de votación, una distancia mínima estipulada por el Tribunal.
  5. Dotar a las personas que actúen en las mesas de votación de los todos medios necesarios para su protección, tales como gorros, mascarillas, gafas, guantes y batas protectoras.
  6. Diseñar procesos que garanticen que las cédulas de identidad requeridas para la votación serán esterilizadas antes y después de su entrega durante el acto de verificación de identidad y en la mesa misma a la hora de votar.
  7. Tomar la temperatura de las personas votantes al momento de ingresar al recinto electoral. Las personas que exhiban síntomas de fiebre serán advertidas de ello y dirigidas a votar a un sitio especialmente preparado para esos casos.
  8. Asegurar que se tomen las medidas necesarias para facilitar el traslado de votantes, especialmente de la población estudiantil, quienes por la modalidad de virtualización podrían estar lejos de los centros de votación.

Queda pendiente también que el TEU responda a dos cuestiones que parecen ser simples, pero que son muy relevantes: ¿cuál será el padrón que se utilizará para la elección?, esto al considerar los cambios que ha habido en los últimos meses, y ¿cuáles serán las fechas exactas del periodo de gestión para la próxima administración?, algo que puede indicarse de manera relativa, por ejemplo iniciando “x” cantidad de días después de la proclamación de la persona ganadora y hasta cuatro años después, según lo establece en el Estatuto Orgánico.

La pandemia ha obligado a la institución, a sus estudiantes y a su personal a tomar iniciativas y a hacer acopio de creatividad al enfrentar los desafíos que las circunstancias nos han impuesto. No ha habido más remedio, e incluso los costos han sido elevados, incluyendo el costo humano, como un mayor aislamiento, recargo de labores de educación de hijos e hijas, etc.

Sin embargo, también hemos mostrado que la institución y la comunidad universitaria podemos reaccionar con acierto y empeño frente a este tipo de retos, así como adquirir y manejar nuevas habilidades en un corto tiempo. Posibles cambios como los propuestos en el proceso electoral y las elecciones mismas se enmarcarían en este camino de adaptación a la situación y de respuesta creativa a los retos que se le plantean, algo definitivamente muy útil, por no decir necesario, en estos tiempos.

Suscríbase al boletín

Ir al contenido