Mundo Batista le dice a Temer:

Una conversación impagable entre un empresario y el presidente

La han hecho pública y ha sido devastadora.

La han hecho pública y ha sido devastadora. Es una conversación entre Michel Temer y Joesley Batista, grabada clandestinamente a principios de marzo por el empresario que, seguramente, ya veía venir lo que se vino.

Batista, uno de los dueños de la empresa JBS (un monstruo de la industria de carnes, sin duda de las más grandes del mundo), ha financiado la política (y los políticos) brasileños. En sus delaciones a la policía, habla de 150 millones de dólares para el PT, desde el 2004. Y de otros millones para todos los demás. Las delaciones le sirven para reducir una eventual condena por sobornos. A cambio de sus propinas, ponía a antiguos empleados de ministros, negociaba nombramientos en Hacienda, en la presidencia del Bando Nacional de Desarrollo (BNDS), etc.  –Yo solo trataba de ayudar y ahora me tienen aquí, reclama Joesley a los fiscales.

La prensa

En editorial del viernes, 19 de mayo, el diario O Globo reconoce ser patrocinador del golpe contra Dilma Rousseff y del nombramiento de Temer como presidente.

Este periódico –dice el editorial– “apoyó desde el primer instante el proyecto reformista del presidente Michel Temer”, al que ahora le pide la renuncia.

En realidad, eso no es exactamente cierto. El diario hizo mucho más que apoyar el “proyecto reformista”. Promovió, estimuló, creó las condiciones para facilitar el golpe institucional. Los sectores que el diario representa temen ahora que, con el presidente que ayudaron a poner, se hunda también el proyecto. Hablan de principios “morales y éticos”.

O Globo se lamenta de que, “en menos de 40 minutos de conversa”, el empresario “encontrara tiempo para quejarse de un exfuncionario suyo, actual ministro de Hacienda”.

En el editorial dice que el empresario, “con desfachatez”, se lamenta de que “viene enfrentando resistencia del ministro de Hacienda para cambiar algunos de los más altos funcionarios del gobierno en el área económica: el secretario de la Receita Federal (oficina de impuestos internos), la presidenta del Banco Nacional de Desarrollo (BNDES), el presidente del Consejo Administrativo de Defensa Económica (Cade, organismo dependiente del ministerio de Justicia) y el presidente de la Comisión de Valores Mobiliarios (CVM)”, encargado de la regulación de los instrumentos de mercado para el financiamiento de las empresas.

Los textos –el editorial y la transcripción del diálogo entre Batista y el presidente­– muestran la democracia y sus actores funcionando. La democracia real, en todo su esplendor, con todos los poderes desempeñando su papel. Una lección de política práctica que solo en estas situaciones excepcionales salen a la luz.

Reunión clandestina

No se trató, como dijo O Globo en su editorial, de un encuentro público, en el palacio de gobierno, entre el presidente y un empresario. ¡No! Es una reunión “clandestina”, dice el periódico, a las once de la noche, en la residencia del presidente, a la que el empresario llegó solo, manejando su propio vehículo. Y con una grabadora escondida… Como él mismo relata, no necesitaba controles para ingresar a la residencia del presidente.

Investigado por la policía en cinco casos, acusado del pago de millones de dólares en propinas a políticos, los enormes intereses de JBS pueden ser vistos en la página de la empresa: http://jbssa.com/about/history/

Solo así se puede entender la magnitud de lo que está en juego y el diálogo entre Batista y Temer, que puede ser leído completo (en portugués) en esta dirección: https://www.publico.pt/2017/05/19/mundo/noticia/a-conversa-entre-joesley-batista-e-michel-temer-na-integra-1772819.

Batista le repite a Temer lo mismo que, en su día, le dijo el presidente del Senado Renán Calheiros: –Estamos juntos (Calheiros ya no es presidente del Senado, ni aliado de Temer, pero le sopló la frase al oído hace poco más de un año, apenas acabada la ceremonia en la que Temer asumió la presidencia, luego de la destitución de Dilma Rousseff).

Al “estamos juntos”, Batista agregó: –Lo que usted necesite, me lo dice.

El empresario estaba inquieto. El otro antiguo aliado de Temer, cabeza de la articulación parlamentaria que llevó a la destitución de Rousseff, el entonces presidente de la Cámara de Diputados, el obispo Eduardo Cunha, ahora preso por corrupto, se ha transformado en una amenaza. Si habla, caerán otros más. Le preocupa el caso. Cunha le está pidiendo plata para quedarse callado.

­–¿Cómo está usted en este caso de Eduardo Cunha?, le pregunta Batista al presidente.

–Eduardo decidió atacarme, le responde Temer, y le recuerda que el juez del caso rechazó 21 preguntas de la defensa que los abogados del expresidente de la Cámara querían hacerle. “Eran para fregarme”, le dice a Batista.

Batista responde que en conversaciones telefónicas de Cunha, hechas públicas también, lo tocaba a él y a sus intereses. –Me estoy defendiendo, afirma. –Ya me arreglé con Eduardo.

–Tienes que cuidar de eso, responde Temer.

–Todos los meses, contesta Batista.

–Estoy siendo investigado, agrega. No hay todavía una denuncia en mi contra. Ya me arreglé con un juez… También logramos meter a un procurador en la fuerza-tarea… que me está dando información. Y estoy tratando de cambiar el otro procurador, que anda detrás de mí…

Cuando la investigación en su contra trascendió, un importante programa nacional de la televisión brasileña trató el caso.

–Menos mal que tengo buena relación con la prensa y logré acallarlo rápidamente, dice Batista.

–Le estoy dando 50 mil (poco más de 15 mil dólares) al muchacho y me da información.

Temer escucha.

O Globo pregunta, en su editorial: “¿Qué hizo el presidente? ¿Expulsó el empresario de su casa y lo denunció a las autoridades? No. Exclamó satisfecho: “excelente, excelente”.

Temer le recomienda hablar con el ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, cuando tenga cosas que tratar.

–De la mayor confianza, le asegura.

Batista le dice (está hablando de su antiguo empleado): –Henrique es muy disciplinado, lógico. Un día le dije: Henrique, hay que mover eso de la Receita Federal. Rachid (el Secretario de la Receita) está ahí hace mucho tiempo; pon otro en el cargo, más dinámico.

–Yo trabajé con él cuatro años, dice Batista, refiriéndose al ministro. –Si soy más firme con él, creo que él responde…

Luego habló de la presidenta del BNDS y del presidente del CADE, “importantísimo”.

–También hay que cambiar el presidente de la CVM. Es otro lugar fundamental.

–Debería hablar con él, responde el presidente, recomendando a Batista tocar el tema con el ministro.

–Si hablo con él y él me remite a usted, puedo decirle: no, no, no…

–Puede, le responde Temer. Puede hacer eso.

–Es solo eso lo que yo quería saber. Para que él se dé cuenta de que nosotros… (la frase está interrumpida, pero el sentido parece claro)

Quizás por eso el nombre de Meirelles era citado el miércoles pasado como uno de los probables sustitutos de Temer, si ese dejaba la presidencia. ”El candidato ideal”, “político con experiencia, respetado nacional e internacionalmente”. Dos días después la publicación de esta conversación parece haber disipado toda posibilidad del ministro y exempleado de JBS.

La conversación dura ya más de media hora. Batista se despide del presidente. Antes le dice, resumiendo: –Quedamos en lo siguiente: primero, si necesita algo, me dice. ¡No tenga pena! Segundo, estamos ahí, defendiéndonos. Tercero, el asunto de Henrique. ¡Excelente!

–¡Estás más delgado!, comenta el presidente.

–Reeducación alimenticia, responde Batista. Me estoy alimentando bien, comiendo más saludable, menos dulces, menos industrializados, dice uno de los dueños de la mayor industria de las carnes del mundo.

Se despiden. Termina la conversación.

Dos días después, la prensa brasileña anuncia un acuerdo de “delación premiada”, una figura que permite a los acusados que quieran revelar detalles de sus crímenes e involucrar a otros en las fechorías recibir un tratamiento privilegiado de la justicia.

Joesley ofrece contar todo a cambio de no ser procesado y pagar una multa de 110 millones de reales en el plazo de diez años. Alrededor de unos 35 millones de dólares.

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