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“Sabemos que el sistema financiero crece en la sombra… pero otra cosa es tener 11,5 millones de documentos que muestran cómo”

La frase del título no es mía, es de la columnista de la revista Time, Rana Forrohar. Su artículo, publicado la semana pasada

La frase del título no es mía, es de la columnista de la revista Time,  Rana Forrohar. Su artículo, publicado la semana pasada, tenía como  título “Los papeles de Panamá pueden llevar a una gran crisis del  capitalismo”.

Sabemos que el sistema financiero crece en la sombra, pero verlo  operar, ver cómo los grandes grupos financieros –USB, HSBC, Société  Génerale, cita Forrohar– ayudan a las élites a esconder su riqueza en  paraísos fiscales es otra cosa.

“Los papeles de Panamá iluminan un aspecto clave de por qué el  sistema no está funcionando: porque la globalización ha permitido que  el capital y las acciones del 1% (ya sea de individuos o de  corporaciones) viajen libremente, mientras que los del 99% no pueden”.

De forma similar, el diario británico The Guardian, uno de los que  también participó en al divulgación de los papeles de Panamá, advirtió  en su editorial del 4 de abril que algo había escapado del baúl del bufete  Mossack Fonseca: la sensación de que las reglas no se aplican para las  élites globales.

“Esta impresión puede ser venenosa en cualquier momento, pero es  especialmente peligrosa en esta hora, en particular.

La respuesta a la  crisis financiera ha sido constante: una permanente exigencia al  ciudadano común para que haga sacrificios en nombre de la austeridad”.

Lo verdaderamente dramático de esos papeles –agrega The Guardian–  tiene que ver con los intereses secretos que envuelven.

Ya no se trata  de corporaciones y financieros sin rostro, sino líderes políticos y sus  círculos, a veces los mismos políticos que exigen, a los demás,  sacrificios.

Los intereses de la City (del sector financiero y de las corporaciones  británicas), concluye el periódico, han sido tratados como si  representaran los intereses de toda la nación.  Estos papeles muestran, como lo señalan tanto Time como The  Guardian, que no es así.

Unión Europea

Los papeles de Panamá revelaron cómo más de medio millar de grandes  bancos de todo el mundo registraron casi 15.600 sociedades  instrumentales o pantalla a través del bufete panameño Mossack  Fonseca.

La mayor parte de esas sociedades fueron inscritas a partir de los años  90, según los documentos hechos públicos ahora por la filtración.

Tal como se pude ver en el recuadro (y al contrario de lo que los papeles  de Panamá podrían sugerir), la lista de paraísos fiscales está  encabezada por Suiza. Estados Unidos ocupa el tercer lugar,  Luxemburgo el sexto y Alemania el octavo.

Panamá está apenas en el décimo tercero e Inglaterra (sin sus colonias  o posesiones pues de lo contrario, podría estar en el primero), en el  décimo quinto.

Pese a que la Comisión Europea reivindicó estar “muy activa en todos  los frentes” de combate a la evasión y el fraude fiscal, la afirmación  difícilmente se puede sustentar en hechos.

Hace tan solo año y medio, en noviembre del 2014, los LuxLeaks  dejaron en evidencia el papel de Luxemburgo como paraíso fiscal,  precisamente en el período en que el actual presidente de la Comisión  Europea, Jean-Claude Juncker, se desempeñaba como Primer Ministro y  ministro de Finanzas del Gran Ducado.

Se dijo entonces que esa pudo haber sido, precisamente, una de las  cualidades que lo llevaron a ser elegido en su puesto actual.

Fue después del 2005, cuando una directiva de la Comisión Europea  gravó las cuentas bancarias individuales –no las empresariales– de los  clientes residentes en los países miembros, que los bancos empezaron  a transferir activos de particulares hacia sociedades opacas.

Solo en 2005 ayudaron a constituir, junto con bufetes como Mossack  Fonseca, 1.814 sociedades, más de tres veces las 543 creadas dos años  antes.

“Estos casos demuestran que existe una auténtica sociedad paralela,  opaca, ilegal e integrada por multimillonarios que mantienen lazos  estrechos con personalidades políticas, cuando no son directamente  políticos”, dijo el eurodiputado español del partido Podemos, Miguel  Urbán.

“Europa es un coladero fiscal, donde las grandes fortunas pueden no  pagar impuestos porque desde las instituciones no se hace nada,  aseguró.

Remezones 

Las repercusiones internacionales de los papeles de Panamá se  extienden por casi todo el mundo: Rusia, China, América Latina; pero no  por Estados Unidos, donde está vigente un secreto bancario total en los  estados de Nevada, Dakota del Sur, Wyoming y Delaware, considerados  “paraísos fiscales.

El presidente Barack Obama reconoció la semana pasada que muchas  de esas operaciones en esos escenarios son “legales” pero destacó que  ese es “precisamente el problema”.

Obama se refirió a la estrategia empresarial mediante la cual grandes  empresas adquieren pequeñas competidoras extranjeras para cambiar  su domicilio fiscal y beneficiarse así de menores tasas impositivas.

Esto –agregó– supone “un daño enorme” a la economía norteamericana,  pues la priva de ingresos que podrían financiar otros programas de  gasto público.

En un artículo sobre Estados Unidos como paraíso fiscal, el periodista de  BBC Mundo, William Márquez, recordó que en ese país “los ricos y las  grandes corporaciones pagan menos impuestos que un ciudadano  común”.

Reformas fiscales iniciadas por Ronald Reagan en 1986 redujeron los  impuestos a las rentas del capital a un 15%, mientras los impuestos a  los salarios pueden llegar a 35%.

Según datos del grupo Ciudadanos para la Justicia Impositiva,  divulgados luego de conocerse los papeles de Panamá, empresas como  General Electric, Verizon Communications, Wells Fargo, Boeing o DuPont  no solo evitaron pagar impuestos en algún año entre 2008 y 2010, sino  que el gobierno les quedó debiendo dinero.

En el caso de General Electric, según la misma fuente, ese retorno  alcanzó la enorme cifra de $4.737 millones. Verizon habría recibido  $951 millones; Wells Fargo, $681 millones y Boeing, $178 millones.

Panamá  El gobierno panameño, por su parte, reaccionó ante el escándalo: “no  aceptará que se use a Panamá como un chivo expiatorio” por filtraciones  sobre empresas offshore.

Panamá “rechaza y lamenta” que se quiera “pisotear” su nombre  “convenientemente ignorando la participación en las operaciones  offshore de instituciones e individuos de otras naciones”, dijo el ministro  de la Presidencia, Álvaro Alemán, en una rueda de prensa en la sede del  gobierno.

Ya en diciembre del año pasado, un columnista del diario La Prensa, de  Panamá, Álvaro Tomas, había filtrado una carta enviada el 17 de  septiembre del 2015 a Ángel Gurría, Secretario de la Organización para  la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

En esa carta, James Bacchus, una autoridad mundial en temas  comerciales, exponía por qué Panamá no estaba obligado, según su  criterio, a atender las exigencias de la OCDE sobre la regulación de su  plataforma de servicios financieros internacionales.

Tomas afirma que, en París, sede de la OCDE, “nunca se imaginaron que  Panamá estaba dispuesta a defenderse contratando una firma de  abogados estadounidense de la talla de Greenberg Traurig”.

Tomas habla de “evitar que la OCDE y sus países miembros nos  avasallen y acaben con el centro financiero panameño”.

Concluye: “No  podemos dejar que un grupo de países ricos, que solo pretenden  disminuir sus déficits fiscales mediante la búsqueda de fondos no  declarados por sus ciudadanos, afecten nuestra seguridad económica”.

¿Qué sigue? 

Rana Forrohar sugirió, en su artículo de Time, que está en marcha una  profunda evaluación de cómo funciona –o no funciona– nuestro sistema  de mercado.

El debate sobre libre comercio es parte de esta  revaluación.

Los llamados para una campaña global contra al evasión  impositiva o la tercerización de la mano de obra, agregó.  Las tres cosas son claves en el moderno capitalismo globalizado, pero  pueden repercutir en la campaña electoral de los Estados Unidos,  advierte la periodista.

Los electores están cada vez más enojados con los privilegios de la élite  financiera, corporativa y política, nos recuerda citando al economista

Peter Atwater mientras destaca las cifras: los flujos ilícitos de capital  están creciendo a una tasa de 6,5% al año, dos veces la del crecimiento  del Producto Interno Bruto.

El dato explica, en parte, el porqué de la prolongada crisis de  crecimiento que afecta a algunas de las principales economías del  mundo desde 2007.

En todo caso, si fuera cierto que estas revelaciones impactarán al  electorado norteamericano probablemente lo harían en favor de los  candidatos más críticos del sistema: el senador demócrata Bernie  Sanders y el empresario republicano Donald Trump.

Países con más secreto financiero

1. Suiza

2. Hong Kong

3. EE.UU.

4. Singapur

5. Islas Caimán

6. Luxemburgo

7. Líbano

8. Alemania

9. Bahrein

10.Dubai

11.Macao

12.Japón

13.Panamá

14.Islas Marshall

15.Reino Unidos

Fuente: Tax Justice

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