Mundo En Asamblea General de ONU

Pese a amenazas, Estados Unidos sufre abrumadora paliza

Con 128 votos se aprobó resolución que condena reconocimiento de Jerusalén como capital israelí.

A pesar del tono amenazante y agresivo exhibido tanto por la delegación estadounidense como por la Casa Blanca, la Asamblea General de Naciones Unidas votó abrumadoramente a favor de una resolución que condena el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel.

La resolución A/ES-10/L22 recibió el apoyo de 128 naciones, entre ellas Costa Rica; mientras que en contra sólo votaron siete países además de Israel y el propio Estados Unidos: Guatemala, Honduras, las Islas Marshall, Micronesia, Nauru, Palau, y Togo.

Se abstuvieron 35 delegaciones, entre ellas aliados importantes de Estados Unidos como Canadá y México -con quienes renegocia el tratado de libre comercio- o Australia.

La resolución apunta que el tema de Jerusalén es “una cuestión relativa al estatuto definitivo que debe resolverse mediante negociaciones, de conformidad con las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas” y como primer punto de acuerdo señala que “todas las decisiones y los actos que pretendan haber modificado el carácter, el estatuto o la composición demográfica de la Ciudad Santa de Jerusalén no tienen efecto jurídico alguno, son nulos y sin valor”.

Añade que por ello “deben revocarse en cumplimiento de las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad y, a este respecto, exhorta a todos los Estados a que se abstengan de establecer misiones diplomáticas en la Ciudad Santa de Jerusalén”.

La votación llega después de que el pasado 6 de diciembre el presidente de Estados Unidos Donald Trump, anunciara el reconocimiento de su gobierno de Jerusalén como capital de Israel y el traslado de la embajada de su país de Tel Aviv a esa ciudad.

Esa decisión ha incidido en un agravamiento de la situación en Medio Oriente y las protestas que ha generado por parte de la población palestina ya se han saldado con cuatro muertes.

En vista de que tanto palestinos como israelíes reivindican secciones de la ciudad como su capital, la llamada solución de dos estados conviviendo uno al lado de otro requiere que no se tomen acciones unilaterales respecto al estatus de la ciudad, como la decidida por la Casa Blanca.

Además, el pasado 18 de diciembre Estados Unidos vetó una resolución adoptada por los otros 14 miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, igualmente crítica de la decisión de Trump sobre Jerusalén.

AMENAZAS

De nada valieron las palabras de la embajadora estadounidense Nikki Haley, quien en los días anteriores a la votación asumió un tono abiertamente amenazante hacia el sistema de Naciones Unidas como tal y expresó en su cuenta de Facebook que “siempre se nos pide hacer más y dar más, y en el pasado lo hemos hecho. Así que cuando tomamos una decisión según la voluntad del pueblo estadounidense, sobre dónde ubicar NUESTRA (en mayúsculas en el original) embajada, no esperamos ser el blanco de quienes hemos ayudado”.

Añadió que “este jueves habrá un voto en las Naciones Unidas criticando nuestra decisión. Y sí, Estados Unidos tomará nombres”, con lo cual reeditó su célebre amenaza proferida al inicio de su gestión.

En la víspera de la votación, medios internacionales como The Guardian informaron que el gobierno de Estados Unidos, a través de la embajadora Haley, envió una carta a al menos 180 de los 193 estados miembros, en la cual los amenazó con suspender fondos de asistencia o cooperación si votaban a favor de la resolución.

Desde la Cancillería se informó que Costa Rica no figuró entre los estados que recibieron la misiva.

El propio Trump apuntaló las amenazas emitidas por Haley: “todos estos países toman nuestro dinero y votan en contra nuestra, toman cientos de millones de dólares, hasta miles de millones y votan en contra nuestra. Estamos siguiendo esos votos. Que voten en contra nuestra, vamos a ahorrar mucho, no nos importa”.

De momento la Casa Blanca ni la delegación estadounidense ante Naciones Unidas han reaccionado al resultado de la votación.

Sin embargo, la vocera del Departamento de Estado Heather Nauert ofreció una conferencia de prensa poco después en la que suavizó el tono de los últimos días y manifestó que el voto en la resolución de hoy “no es el único factor que la Administración tomaría en cuenta en nuestras relaciones internacionales y con los países que decidieron votar de una forma o dela otra”.

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