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Occidente busca consumar el “gambito ucraniano” en conversaciones de paz

Tras nueve meses de una guerra devastadora para Ucrania y terribles pérdidas para Rusia, que también ha costado un gran precio para la Unión Europea, los países occidentales, encabezados por EEUU, presionan ahora para que se den negociaciones de paz que pongan fin al conflicto armado, cosa que Kiev no ve con beneplácito.

Washington, EEUU

Estados Unidos está presionando a Ucrania para que esté abierto a mantener conversaciones de paz con Rusia, mientras un alto funcionario del Pentágono dice que a las fuerzas de Kiev les resultará difícil recuperar todo el territorio que Rusia ha capturado en la guerra.

El presidente del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, el general Mark Milley, dijo el miércoles que el apoyo de Washington y sus aliados no ha disminuido, pero agregó que el éxito de Kiev en contrarrestar la invasión de Rusia lo coloca en una mejor posición para comenzar las conversaciones.

La semana pasada, Milley comparó la situación actual con la Primera Guerra Mundial, cuando las dos partes llegaron a un punto muerto en cuestión de meses pero siguieron luchando durante tres años más a costa de millones de vidas.

Dijo que los rusos ahora están reforzando su control sobre aproximadamente el 20% del territorio de Ucrania y que las líneas del frente desde Kharkiv hasta Kherson se están estabilizando. “La probabilidad de una victoria militar ucraniana, definida como expulsar a los rusos de toda Ucrania (…), de que suceda pronto, no es alta”, dijo.

“Puede haber una solución política donde, políticamente, los rusos se retiren, eso es posible”, agregó Milley.

“Quieres negociar desde una posición de fuerza. Rusia en este momento está de espaldas”, dijo.

Reunión secreta

El portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby, insistió el viernes en que Estados Unidos no está tratando de obligar a Kiev a mantener conversaciones o ceder territorio.

Solo el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, “puede determinar si está listo para las negociaciones y cuándo, y cómo son esas negociaciones”, dijo Kirby a los periodistas.

“Nadie de Estados Unidos lo está empujando o arrinconando contra la mesa”.

Sin embargo, a principios de este mes Zelenski levantó su condición de que el presidente ruso, Vladimir Putin, tenía que estar fuera del poder antes de aceptar las conversaciones, un cambio que, según los medios ucranianos, se produjo después de la presión de la Casa Blanca.

El lunes, el director de la CIA, William Burns, sostuvo conversaciones con el jefe de inteligencia ruso SVR, Sergei Naryshkin, en Ankara, la reunión en persona de más alto nivel de funcionarios estadounidenses y rusos desde que comenzó la guerra en febrero.

Los detalles de la reunión siguen siendo secretos, pero Burns voló a Kiev para reunirse con Zelenski inmediatamente después.

Burns “no está realizando negociaciones de ningún tipo… Nos apegamos firmemente a nuestro principio fundamental: nada sobre Ucrania sin Ucrania”, insistió la Casa Blanca.

El ejemplo de la Primera Guerra

El apoyo de Estados Unidos a Ucrania sigue siendo fuerte. Esta semana, la Casa Blanca solicitó al Congreso otros 38.000 millones de dólares para apoyar a Kiev.

Pero tampoco ha contradicho la opinión de Milley. La semana pasada, Milley dijo en Nueva York que Ucrania lleva casi 100.000 muertos y heridos en el campo de batalla, cerca de las pérdidas estimadas de Rusia, y unas 40.000 bajas civiles.

El número podría multiplicarse si Kiev insistiera en luchar hasta llegar a sus fronteras anteriores a 2014, sugirió.

En ese sentido, el máximo responsable militar de Estados Unidos comparó con lo sucedido en la Primera Guerra Mundial, cuando murieron un millón de personas entre agosto y diciembre de 1914. Pero ante la negativa de las partes a negociar, eso “se convirtió en 20 millones de muertos en 1918”, dijo.

“Entonces, cuando haya una oportunidad para negociar, cuando se pueda lograr la paz, aprovéchala”, agregó.

Una ruta diplomática

Los comentarios de Milley generaron temores de que Estados Unidos quisiera reducir el objetivo de Kiev de recuperar todas las tierras que ocupan los rusos, incluidas Crimea y el Donbás, donde perdió el control en 2014.

“Cualquier idea expresada de las concesiones de nuestra tierra o de nuestra soberanía no puede llamarse paz. Los compromisos inmorales conducirán a sangre nueva”, dijo Zelenski el viernes en el Foro Internacional de Seguridad de Halifax.

El profesor de la Universidad de Georgetown, Charles Kupchan, dijo que es más probable que la administración de Joe Biden solo esté tratando de asegurarse de que la puerta esté abierta para las conversaciones, y que Milley simplemente es “un poco más progresista”.

“No creo que sea prematuro. Creo que es prudente. Los rusos y los ucranianos deben tener la perspectiva de que existe una ruta diplomática”, dijo. Y también es una señal para Zelenski, cuya estridencia está poniendo a prueba la paciencia de algunos aliados.

Los costos de la negociación

“Zelenski, comprensiblemente, se calienta un poco y dice cosas que a los aliados no les agradan”, dijo Kupchan. Y agregó que la Casa Blanca busca adelantarse a cualquier presión de los aliados europeos para poner fin a la guerra antes de que Kiev esté lista.

“La administración Biden quiere moverse lentamente, para asegurarse de que el consenso transatlántico se mantenga sólido como una roca”.

Pero el experto en estrategia de defensa Frederick Kagan, del American Enterprise Institute, dijo que Milley no refleja todo Washington. En lugar de presionar a Zelenski, Estados Unidos debería aumentar los suministros de armas para ayudar a Ucrania a derrotar contundentemente a las fuerzas rusas, dijo.

“No estoy convencido de que los ucranianos no puedan recuperar todo o la mayor parte de su territorio”, agregó. “Deberíamos ayudar a acelerar la victoria de Ucrania en esta guerra”, dijo Kagan. “Disminuir la velocidad ahora no es lo correcto”.

Las tentativas de las potencias occidentales de que Ucrania, fortalecida por los éxitos de su contraofensiva militar, se siente a negociar con Rusia equivalen a pedirle que se rinda. “La guerra terminará cuando retomemos el control de nuestras fronteras y cuando Rusia le tenga miedo a Ucrania”, afirmó Mijaílo Podoliak,  un asesor clave de la presidencia ucraniana a la AFP.

“Cuando uno tiene la iniciativa en el campo de batalla, es un poco extraño recibir propuestas del tipo: de todos modos, no podrán hacer todo por medios militares, lleven a cabo negociaciones”, dijo Podoliak en una entrevista en su oficina.

“Eso significa que el país que ataca, que recupera sus territorios, debe rendirse ante el país que está perdiendo”, añadió.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, rechaza negociar sin que se retiren las fuerzas rusas de todo el territorio.

Podoliak insiste en que Moscú no ha hecho “ninguna propuesta directa” a Kiev respecto a estas negociaciones. Prefiere transmitirlas por intermediarios e incluso menciona la posibilidad de un alto el fuego.

Una idea que no tiene sentido para Kiev, que la ve como una maniobra del Kremlin para obtener un respiro que le permita preparar una nueva ofensiva.

“Rusia no quiere negociaciones. Rusia está llevando a cabo una campaña de comunicación llamada ‘negociaciones'”, afirmó el asesor.

Pese a los reveses militares, el presidente ruso, Vladimir Putin, aún piensa que “puede destruir Ucrania, es su obsesión”, insistió el asesor. Negociar con él “no tiene ningún sentido”, sentenció.

Impulsada por estas victorias, Ucrania no puede “permitirse ninguna pausa” en su contraofensiva lanzada a finales de verano, pese a la llegada del frío y de las primeras nevadas, que empeoran la situación en el terreno.

“Hoy, cada pequeña interrupción no hace más que aumentar las pérdidas sufridas por Ucrania”, dijo el funcionario.

Occidente “no presionaba a Ucrania”, asegura. “Nuestros aliados aún piensan que es posible regresar a la época de antes de la guerra, cuando Rusia era un socio fiable”, añadió.

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